Sembrar apenas se pueda y esperar las lluvias del verano

Aunque desestima que se pueda hablar del predominio del fenómeno Niña, el doctor Juan Leonidas Minetti considera que el descenso de la temperatura en toda la costa del Pacífico se traduce en un “corrimiento” de las precipitaciones
Para el doctor Juan Leonidas Minetti, doctor en Ciencias Meteorológicas de la Universidad Nacional de Tucumán y director del Laboratorio Climatológico Sudamericano, nuestra área agrícola se encuentra afectada por un fenómeno de gran escala que supera al de la Niña o el Niño, pero que genera una situación de sequía parecido a lo que ocurre con la Niña. Esto provocaría un “corrimiento” de las lluvias de primavera hacia el verano que se traduce en un traslado masivo de la siembra hacia variedades tardías de soja y de maíz. El peligro, alerta, es que después la cosecha vuelva a ser complicada por los excesos hídricos que podrían provocar las lluvias de verano y otoño.

Minetti formuló estas apreciaciones en el transcurso de la II Jornada de Actualización Agrícola organizada por el instituto PCG Río Cuarto, formador de peritos clasificadores de granos.

“El de la Niña es un tema muy controvertido –dijo Minetti- porque en este ciclo 2017/18 han quedado descolocados la mayoría de los centros climatológicos internacionales, porque primero se dijo que continuaría el Niño, después se dijo que sería neutral y ahora se habla de Niña”, afirmó, para expresar que hay un fenómeno de mayor escala que se superpone sobre lo que es el Niño o la Niña, y que “está entroncado con el problema del cambio climático”.

-Si mal no recuerdo, su grupo de estudios maneja un modelo que incluye a la incidencia de las corrientes del Océano Atlántico.
-Nuestro modelo trabaja con 22 predictores, de los cuales las condiciones de los océanos Pacífico y Atlántico son esenciales. Y hay otros comportamientos más que tienen que ver con los procesos de muy gran escala que hacen a la circulación atmosférica entre más menos 30 grados de latitud norte y sur, y que están mostrando una deriva de las condiciones climáticas hacia una situación más seca, desde después de la inundación de Santa Fe, que fue en el año 2003.

-¿Y qué puede decirnos de esta variabilidad que fue haciendo cambiar los pronósticos?
-Bueno, si bien es cierto no está definida la Niña, un pronóstico climático del Centro Internacional para la Investigación sobre la Variabilidad Climática de Estados Unidos, está prediciendo que habrá condiciones de sequía para todo el este de Argentina, como si fuera un fenómeno de la Niña, sin serlo.

-¿Cómo es eso?
-Bueno, si uno se guiara por Niño o Niña, ese es un fenómeno que se decide por la temperatura del océano Pacífico a la altura del Ecuador, más o menos, en abril o mayo. Y si nos atenemos a eso, se esperarían condiciones cálidas en la costa sudamericana y más lluvias en la Pampa Húmeda, entre los meses de octubre y diciembre.

-Pero no fue así.
-Desgraciadamente, eso no sucedió porque empezó a ocurrir un súbito enfriamiento del océano que no tiene mayor explicación por el momento, porque el movimiento de las corrientes es lento generalmente. Y muchos más lentos que los movimientos del aire, que generan fenómenos como los frentes, las depresiones, los anticiclones o lo que fuere.

-Y esto cambió el panorama.
-Así es. Se produjo un fuerte enfriamiento del agua en las costas del Pacífico, desde Tierra del Fuego hasta el Ecuador, cuando la Niña o el Niño están prácticamente restringidos a la zona casi ecuatorial. Y sobre esto hay muchas especulaciones sobre la incorporación de la corriente de Humbolt u otros fenómenos.

-Se complicó todo.
-Y si, como son especulaciones, yo diría que si hay un pronóstico difícil de hacer, es el de esta campaña. De todos modos, dado el enfriamiento de la zona costera, lo que nos tendría que dar es un camino hacia condiciones más secas en algunas partes del este de Argentina, en el mes de diciembre, cuando en realidad la Niña lo que hace es fallar las lluvias en la primavera y largarlas más hacia el verano y el otoño, que es lo que nuestro modelo está dando. Dicho esto sin que esté definida la Niña por la magnitud y la intensidad del enfriamiento.

-No vendría, entonces, una gran sequía como se teme.
-En el largo plazo, ya se dio en la Argentina una larga temporada seca después de la inundación de Santa Fe, que duró hasta el 2008, que le costó a Argentina la pérdida del 30% de su producción. Y en el norte de Argentina, entre 2011 y 2013. Eso nos demostró de que no se puede hacer soja en el norte argentino, salvo que tengamos variedades resistentes a sequía y de alta productividad, que es como pedirle peras al olmo. Por eso cobra importancia el plan Belgrano para recuperar el ferrocarril para neutralizar el alto costo del transporte de los granos hasta los puertos.

-Pero estamos en el centro de Argentina y en una zona marginal, donde preocupa la sequía.
-Bueno, el impacto de esta situación no será tampoco regular, porque para los campos inundados y para las zonas de napas altas, como el sur y el este de Córdoba, nos daría la posibilidad de regularizar la situación. No así para el centro y el norte de Córdoba, donde las napas no están altas y las lluvias han sido muy débiles, de entre 25 y 50 mm, que darían un promedio de 40 mm que son totalmente insuficientes para la agricultura porque la tasa de evaporación hace que se pierdan en unos pocos días.

-Hay un claro déficit hídrico.
-Déficit hídrico que, según nuestro modelo, se va a acentuar en el mes de diciembre. Entonces sólo podrán continuar con la siembra aquellos productores que tengan una lluvia que les permita ganar energía con el cultivo para tirar hasta el mes de enero, donde –siempre según nuestro modelo- habrá tres períodos de muy buenas lluvias.

-¿Y para el resto de la campaña?
-Bueno, si se da algo parecido a la Niña, se castiga la lluvia de primavera, como está pasando ahora, y se benefician las lluvias del verano y del otoño.

-Con eso se zafaría.
-Si, los que tienen napa, ya pueden estar sembrando, porque los mejores rindes se han dado con napas altas y sequía, lo que es altamente llamativo. Ahora, si tenemos buenas lluvias en enero y en el otoño, como indican nuestros modelos, vamos a volver a tener una buena cosecha corrida, tardía, pero nos vamos a volver a enfrentar con problemas de excesos hídricos en la cosecha.

Este sería, para Minetti, el panorama con que nos enfrentamos hoy en día, pero –aclara- es algo superimpuesto por un fenómeno de gran escala que no tiene nada que ver con el Niño o la Niña. “Y tiene más que ver con la gran sequía que se ha generado en Brasil, Bolivia y Paraguay, y que desde hace varios meses está presionando sobre el norte de Argentina y que ahora va llegando hacia el centro y que contrasta con la franja preexistente con mucho exceso de agua e inundación”.

Jorge Vicario