Cambio de paradigma: hacia un marco regional de gestión de napas

En el sur de Santa Fe se está gestando un nuevo enfoque sistémico.
Cambio de paradigma: hacia un marco regional de gestión de napas
A comienzos de este año representantes de la región CREA Sur de Santa Fe, INTA Venado Tuerto, Cambio Rural, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario y el Ministerio de la Producción de Santa Fe crearon el “Grupo Técnico Sur de Santa Fe” con el propósito de analizar el fenómeno de las inundaciones de un modo sistémico para intentar buscar soluciones estructurales al problema.
“Entendemos que el ascenso de las napas freáticas son producto de factores naturales, tales como lluvias más abundantes y geomorfología, además de cambios en el uso del suelo e infraestructura deficiente en lo que respecta a diseño y mantenimiento”, indicó Ricardo Pozzi, asesor del CREA San Jorge-Las Rosas, según un artículo publicado en InfoCREA.
Cálculos realizados en el CREA San Jorge-Las Rosas muestran que, en promedio, por cada 100 milímetros de excesos/déficit hídricos la napa sube/desciende 57 centímetros. “Eso implica que, aún partiendo, al comienzo de la campaña gruesa, con una napa a una profundidad de dos metros y medio, podemos llegar a la época de cosecha con suelos saturados en caso de registrarse un período de elevadas precipitaciones”, explicó Pozzi.
El primer aspecto por definir –según el trabajo del grupo técnico– es determinar el nivel de riesgo hídrico de las áreas de cada cuenca para poder realizar un adecuado ordenamiento territorial tanto en términos sociales como productivos y logísticos (ver gráfico 1).
“En la zona, al tratarse de una llanura, no es factible diseñar canales para trasladar los excesos de agua hacia los ríos, porque los mismos desagotan muy lentamente. Necesitamos implementar a nivel regional nuevos diseños agronómicos que permitan hacer una gestión de las napas antes excesos y también ante déficits hídricos”, remarcó Pozzi.
Para eso el asesor CREA explicó que se están modelizando diferentes propuestas que incluyen rotaciones con pasturas, cultivos de servicio en intersiembra con cultivos de gruesa unas semanas antes de la cosecha de los mismos e incluso módulos silvopastoriles en aquellos sectores más bajos.
“Calculamos que si La Picasa tuviera en sus inmediaciones 25.000 hectáreas de plantaciones de árboles, no generaría problemas. Pero se trata de una inversión importante que además requeriría estar vinculada a un polo local de desarrollo foresto-industrial para ser viable económicamente”, resaltó Pozzi.
“Se requiere trabajar en red, coordinando lo publico y privado, para poder diseñar un marco normativo que permita gestionar aspectos hídricos, viales y productivos en el marco de comités de cuencas”, finalizó.