Exportaciones: aumentar el valor agregado como vía para evitar la reprimarización

Superado el súper ciclo del precio de los bienes básicos, la región necesita aplicar políticas para fortalecer sus cadenas de valor nacionales y aumentar la participación en cadenas globales
En años recientes se observa una renovada importancia de las políticas industriales en América latina y un creciente interés por generar un nuevo equilibrio del Estado, el mercado y la sociedad.
Este resurgimiento puso de relieve el papel de la innovación y el fortalecimiento del capital humano para reducir la brecha tecnológica así como para crear mayores oportunidades de empleo, aumentar el valor agregado de la producción local y prevenir la reprimarización de las exportaciones y la dualidad productiva.
El desarrollo de una política industrial basada en el fortalecimiento de cadenas de valor nacionales y la participación en cadenas globales de valor es el principal estímulo para las exportaciones nacionales y resulta de enorme utilidad para la instrumentación de políticas industriales porque permite identificar acciones de intervención específicas y focalizadas.
Los súper precios de las materias primas, cosa del pasado
Los súper precios de las materias primas, cosa del pasado. Foto: Archivo
Mirar sectores y cadenas
El primer paso de la metodología de la Cepal es la definición de metaobjetivos, que deben estar alineados con el plan nacional de desarrollo y las políticas públicas más relevantes. Se trata del fin último que se persigue con la resolución de las restricciones, los problemas o los cuellos de botella que se observan entre los diferentes eslabones que componen una cadena o en el ambiente o entorno institucional en el que están insertos.
En la actual fase económica de la región signada por el agotamiento del denominado súper ciclo del precio de los bienes básicos, en donde nuevamente la vulnerabilidad externa jaquea las posibilidades de crecimiento, se hace necesario el alineamiento de políticas públicas a partir de un enfoque centrado en la recuperación y escalamiento de las cadenas de valor nacionales para prevenir una tendencia creciente hacia la reprimarización de las exportaciones y lograr una participación más sólida en la provisión de insumos y servicios a escala global.
La agregación de valor y la participación en cadenas regionales y globales de valor deben ser considerados los drivers principales en el diseño de las políticas de inversión nacional y extranjera; de ciencia, tecnología e innovación; de educación (en el sentido más amplio posible, es decir, pedagógica y andragógica, formal y no formal); de infraestructura y logística; y, por supuesto, comercial.

Alta calificación
En el período 1995-2008, se observó una disminución del valor agregado doméstico en aproximadamente 85% de los productos exportados mundiales, lo que respalda la importancia de las cadenas globales de valor (Cepal, 2015) y la necesidad de generar espacios clave de inserción en ellas. Dicho de otro modo, cada vez se necesita importar más bienes intermedios para poder exportar otros bienes intermedios o finales.
De igual manera, progresivamente, tienen más peso los factores productivos del capital y el trabajo de alta calificación en la generación de dicho valor agregado por sobre el trabajo no calificado. Los procesos de transformación que se realizan en muchos países de América latina tienden a ser intensivos en mano de obra, haciendo uso de las diferencias salariales relativas, lo que provoca una baja agregación de valor nacional.
Ya el efecto precio no acompaña las exportaciones nacionales por lo que no quedará otra opción, quizás el último tango, de ajustar la oferta exportable nacional a los segmentos más dinámicos de la demanda global. La pregunta derivada sería: ¿especializarse o perecer?
El desarrollo de una política industrial basada en el fortalecimiento de cadenas de valor exige un Estado que promueva la creación y el arraigo de capacidades para mejorar la competitividad en los sectores que presentan un claro potencial de especialización toda vez que impulsa la diversificación de la estructura productiva interna. En ese esquema -que también persigue mayores y mejores encadenamientos a escala nacional- son de especial atención las micro, pequeñas y medianas empresas, proveedoras de bienes y servicios, ya que pueden contribuir con una mejor distribución de los beneficios del valor agregado total a partir de la generación de nuevos puestos de trabajo de calidad.

Dinamizar la red de acuerdos
Si no se alcanza una serie de modificaciones ad intra, es decir, la generación de políticas innovadoras que permitan un escalamiento económico y social con base en el aumento de la agregación de valor en la canasta de productos nacionales exportables, no se logrará modificar el perfil de atraso que caracteriza la inserción internacional de la Argentina.
Sin lugar a duda hay que dinamizar la red de acuerdos comerciales y preferenciales, pero ¿vale la pena hacerlo si no ha sido posible modificar el perfil productivo nacional?
La respuesta es claramente positiva si los acuerdos comerciales permiten economías de mayor escala con series más largas de producción industrial y nuevos alicientes para la diversificación de los productos por cada empresa que acceda al mercado ampliado; una especialización intraindustrial e intraproducto ya que el crecimiento del comercio de productos manufacturados se ve favorecido a partir del aumento del comercio intraindustrial; y el desarrollo tecnológico considerado indispensable para el aprovechamiento de los dos elementos anteriores.
No sólo se trata de colocar exportaciones sino de aprovechar inteligentemente las oportunidades de un mercado ampliado.
Tanto las políticas de desarrollo productivo como las comerciales deben verse reflejadas en la construcción de una legislación promotora de importaciones que permitan aumentar las exportaciones en el largo plazo, que faciliten la imitación de productos y la creación de nuevos a partir del prototipaje.
La denominada capacidad de absorción de las empresas argentinas deberá centrarse en reconocer, asimilar y aplicar el conocimiento externo y utilizarlo con fines comerciales.
El fortalecimiento de cadenas de valor se presenta como un instrumento de una política industrial renovada que hace su aparición en el contexto actual de economías abiertas y de acuerdos comerciales, multilaterales y bilaterales.
El autor es especialista en cadenas de valor y escribió junto a Ramón Padilla Pérez el Manual para el Fortalecimiento de Cadenas de Valor publicado por Cepal y FIDA