Argentina suma porotos para volver a caber en el sayo. Los envíos de cereales al exterior explotaron en el primer semestre, y todo apunta a un agosto récord en exportaciones de maíz. En la línea de largada de las siembras para la gruesa, por primera vez en mucho tiempo la soja “plancha” y el productor argentino se inclina en favor de otros cultivos. Sin embargo, el ajuste de la oferta sojera en relación a la situación, a priori, más holgada para el maíz tiene el potencial de reacomodar los precios relativos a mediano plazo. En trigo, todo hace prever un salto productivo en Argentina con Brasil como mercado natural. |
Las
necesidades de rotación y la mejora de precios relativos entre el maíz y
la soja en favor del primero, como se sabe, ha inclinado en muchos
casos la balanza en favor de las siembras del cereal de cara a la
campaña 2016/17, que ya se encuentran en línea de largada.
Con todas las fichas en el maíz
En
este escenario, se calcula que el área nacional implantada con maíz
podría aumentar en torno al 25%, que significará sumar alrededor de un
millón de toneladas a los planteos a nivel nacional. La superficie
sembrada con soja, estimativamente, podría sufrir una merma de alrededor
del 2,5% que la dejaría apenas por debajo de los 20 millones de
hectáreas.
Sumado a lo anterior, todo favorece
en el caso del cereal el uso de la mejor tecnología disponible, con lo
que al menos en principio todas las condiciones están dadas para que el
cereal exprese su mejor rendimiento. Según apuntó GEA en su informe
semanal, el costo del nitrógeno bajó sensiblemente en comparación al año
pasado, lo que permitirá adecuar la fertilización a la optimización de
rindes objetivo, al menos en la zona núcleo.
Con
ello tenemos a la vista una buena campaña maicera en el horizonte, del
lado de la oferta. Por parte del consumo interno, las condiciones
iniciales llevarían a pensar en descartar un salto de la demanda por
encima de lo normal, que pueda acompañar ese 25% que se adiciona del
lado productivo. Con el precio del petróleo en niveles bajos a nivel
internacional y el consumo de carne amesetado, podríamos pensar que la
mayor parte de la nueva oferta se adicionaría al saldo exportable.
Al
respecto, Argentina viene mostrando en lo que va del año una situación
de embarques prácticamente sin precedente en los años recientes (ver
cuadro de texto al final). Si bien esta semana algunas terminales
apretaron el pedal de freno en la recepción de la mercadería, que se
reflejó en las ofertas de compra en el recinto del Mercado Físico de
granos ($2.000/ton para entregas cortas, $ 2.200/ton para entrega
contractual), todo apunta a que el mes de agosto se constituirá un nuevo
récord en toneladas embarcadas.
Además, las
toneladas de maíz comprometidas para exportar de la campaña 2015/16
continúan subiendo semana a semana y a la fecha ya suman casi 19
millones. Como puede verse en el primer cuadro, de ese total el
Ministerio de Agricultura informa que ya se ha embarcado un total de 11
millones de toneladas, mientras que la exportación lleva compradas 15
millones.
Incluso
considerando que la exportación ya tendrá parte de ese total en sus
plantas, se infiere que aún necesitará hacerse de más mercadería en los
meses venideros, más cuando tenemos en cuenta que se siguen anotando
operaciones (sólo en los diez últimos días, se adicionaron medio millón
de toneladas más). En tanto, la relación entre los FAS teóricos y los
FAS de mercado favorecen la actividad: según nuestros cálculos internos,
el FAS teórico en puertos del Up River para el embarque cercano está en
u$s 155,7/ton, cuando en el Mercado Físico de Granos de rosario se
ofrecían abiertamente u$s 151/ton para la entrega a fines de este mes o
153/ton por el cereal con descarga en septiembre. Con ello, el sostén de
la demanda para el mediano plazo permanece intacto.
Sin
embargo, a largo plazo y pensando ya en el próximo ciclo comercial, no
debe perderse de vista que la mejora en la rentabilidad del maíz en
Argentina ha tenido mucho más que ver con factores domésticos que con un
cambio de circunstancias en la demanda global. Es decir, devaluación,
eliminación de ROE y retenciones en cero mediante, nuestro cereal
evidenció una fuerte ganancia de competitividad en el mercado
internacional. Prueba de ello ha sido el acceso más favorable en
destinos no convencionales, como también se analiza en el recuadro de
texto al final del presente.
Para el nuevo
ciclo comercial, el Concejo Internacional de Cereales (CIC) en tanto
revisó al alza la producción mundial de cereales. La suba de oferta de
maíz particularmente se sustenta en la excelente campaña que viene
transitando Estados Unidos, y alcanzaría las 1.030 millones de toneladas
a nivel global. Del lado de la demanda, si bien se descuenta un repunte
del consumo forrajero que sin embargo, no alcanzaría para compensar la
mayor producción por lo que la relación stock/consumo 2016/17 alcanzaría
su máximo en 15 años.
En trigo, la figurita repetida: oferta holgada
En
lo que respecta al trigo, el nuevo informe del CIC estima la producción
mundial para la nueva campaña en 743 millones de toneladas y pese a la
suba prevista en consumo forrajero del trigo de baja calidad, los stocks
finales 2016/17 tocaría un nuevo máximo histórico de 330 millones de
toneladas. Sin embargo, lo que preocupa no es la cantidad, sino la
calidad del trigo que saldrá al mercado.
Entre
las revisiones alcistas de producción de trigo y maíz mundial, el CIC
llega a una estimación de producción mundial de granos para la campaña
2016/17 de 2.069 millones de toneladas, un máximo de todos los tiempos.
Cuando a ello, además, se le adicionan los voluminosos stocks iniciales,
la oferta global alcanza nada menos que 2.500 millones de toneladas en
el mundo.
¿Cómo se inscribe Argentina en este
marco? Descontada la mayor superficie sembrada con trigo para la campaña
2016/17, que alcanzaría según GEA los 4,6 millones de hectáreas, la
producción podría muy preliminarmente calcularse que ronde los 13,5
millones de toneladas, en base a un rinde promedio.
Con
un consumo doméstico que históricamente se mantiene estable alrededor
de las 6 a 6,5 millones de toneladas, toda la suba de producción suma al
saldo exportable. Sin embargo, en un marco global de oferta holgada,
dicho volumen probablemente encontrará como destino natural el mercado
brasileño, ya que será donde más competitivo resulte.
Al
respecto el presidente de Abitrigo estimó en la semana que Argentina
aumentaría su participación entre los orígenes de importación del trigo
del país paulista en la campaña 2016/17. Según información oficial
brasileña, de una participación argentina en las importaciones
brasileñas de trigo que promedió el 83% hasta el año 2012, cayó al 35%
en el 2013 y 27% en el 2014, cuando Estados Unidos les vendió el doble
que Argentina. En el 2015, en tanto, una incipiente recuperación lo dejó
en el 74%.
Para
la campaña 2016/17, desde Abitrigo estimaron que la importación
brasilera de trigo extra-Mercosur sería de unas 500.000 toneladas,
mayormente desde EEUU, mientras que el 90% de las compras se haría
especialmente en Argentina, pero también Uruguay y Paraguay.
¿Y la soja?
La
bonanza que venía mostrando el mercado externo de referencia para los
precios de la oleaginosa puso el freno de mano, y cerró la semana en
baja presionada por las excelentes perspectivas para la nueva cosecha.
Recordemos
que la producción sudamericana en la campaña actual no ha podido
expresar todo su potencial debido a los excesos de lluvias que coartó
los rindes. Frente a este ajuste en la oferta global, Estados Unidos se
erigió como el principal proveedor de poroto. Sin embargo, las
previsiones para el nuevo ciclo comercial 2016/17 son mayormente
positivas: mientras que la agencia oficial brasileña CONAB estima que el
país paulista sembrará un 3% más de hectáreas con la oleaginosa en la
nueva campaña, en Argentina todo apunta a que podría perderse alrededor
de un 2,5% de superficie en manos del maíz.
Incluso
con rindes promedio, el USDA está estimando que en la campaña 2016/17
la producción mundial de soja subirá un 6%, y un 5% la sudamericana.
Según el último informe del International Grains Council, en tanto, la
producción global tocaría un récord de 325 millones de toneladas, un 3%
superior al año pasado, apoyada especialmente en el aumento de
superficie en Estados Unidos y Brasil, y gracias a las buenas
proyecciones preliminares de rindes.
En tanto,
esta semana el ProFarmer Tour recorrió los campos del Medio Oeste
norteamericano dando cuenta de excelentes condiciones de las plantas
para la cosecha sojera 2016/17 ratificando las previsiones del USDA, que
algunos habían juzgado como excesivamente optimistas.
Sin
embargo, pese al aumento previsto en la producción global, en el caso
de la oleaginosa la demanda sí muestra la fortaleza suficiente como para
absorberla. De este modo, los stocks al final de la campaña caerían por
segundo año consecutivo hasta un mínimo de los últimos tres años de
31,5 millones de toneladas, mientras que la relación stock/consumo
mundial caería un 1,4% respecto al ciclo pasado.
Ello
ratifica la premisa planteada, acerca que en el mediano plazo es la
oleaginosa la que muestra mayores elementos de sostén para los precios.
Cuadro de texto – Notable incremento de las exportaciones argentinas de origen vegetal
Según
información del SENASA, las exportaciones de productos, subproductos y
derivados de origen vegetal en el primer semestre del 2016 crecieron un
22% respecto al mismo período del 2015. Sin embargo, mientras que los
envíos de oleaginosas cayeron un 18% en la comparación, las
exportaciones de cereales crecieron un 36% entre enero y junio.
De
los 5,8 millones de poroto de soja que se exportaron en el primer
semestre del 2015, en el período enero-junio de 2016 sólo se vendieron
al exterior 4,4 millones, con una caída del 25%. Las exportaciones de
harina de soja, sin embargo, crecieron un 22% hasta los 13,2 millones de
toneladas, mientras que las de aceite de soja aumentaron un 29% a 2,6
millones de toneladas. Como referencia, los envíos al exterior de aceite
de girasol subieron un 164% hasta los 0,3 millones de toneladas.
Entre
los cereales vendidos afuera, la gran vedette de la temporada fue el
maíz, con envíos por 11,0 millones de toneladas en el primer semestre de
este año, un 18% más que en los primeros seis meses 2015. El aumento de
ventas al exterior del trigo durante el período bajo análisis, sin
embargo, fue asombroso: entre enero y julio se exportaron 6,3 millones
de toneladas, casi un 130% más que en el primer semestre del año 2015.
Con los envíos de cebada por 1,2 millones de toneladas (8% menos que en
el 2015) y arroz por 0,2 millones (creciendo un 90% respecto al primer
semestre del año previo), se completa la tétrada de los cereales,
verdaderos protagonistas de la temporada.
Además
del crecimiento en toneladas, resalta del cuadro de exportación en maíz
la relevancia que han cobrado algunos destinos particulares. Así, el
mayor tonelaje de los 11,0 millones de maíz exportado en el primer
semestre de este año fue enviado a Corea del Sur con el 13% del total y
creciendo un 18% respecto al año anterior. Viet Nam se mantiene en el
segundo lugar como destino de nuestros embarques, pese a que en tonelaje
exportado cayó un 15% con 1,4 millones, mientras que los siguientes
tres puestos del top five corresponden todos a destinos africanos:
Egipto (1,3 Mtn), Argelia (1,1 Mtn) y Sudáfrica (1,0 Mtn).
Fuera
de ello, algunos destinos de los envíos maiceros crecieron
exponencialmente entre el primer semestre del año pasado y éste. El caso
más destacado es Brasil con un aumento de los envíos de maíz argentino
del 13.484%, con casi 400.000 toneladas, pese a comprarnos un 4% menos
de trigo con 2,1 Mtn. Estados Unidos, por su parte, creció como país de
destino de nuestro maíz un 236% en un año, con compras por 50.400
toneladas. Además, nos compró un 600% más de trigo aunque ello sólo
representa 110.00 toneladas. Los envíos a Venezuela, en tanto, cayeron
casi un 100% hasta apenas 5.000 toneladas.
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