Maíz con valores nominales récord en el recinto. Guillermo Rossi

El maíz fue uno de los productos más beneficiados con la reciente coyuntura del mercado local, experimentando una considerable mejora de precios en el segmento disponible y manteniéndose estable en las referencias en dólares para entrega a cosecha. A lo largo de la semana los precios alcanzaron máximos de $ 1.900/ton en la zona de Rosario, equivalentes a unos u$s 145/ton al nuevo tipo de cambio. Para el cereal recolectado en los meses de julio y agosto se trata de una mejora sustancial de la rentabilidad en poco tiempo, habida cuenta de que el precio de la mercadería escaló más del 40% en lo que va de diciembre.
Si bien el estímulo que significó la eliminación de los derechos de exportación llegó algo tarde para incidir en los planes de siembra del ciclo actual en la zona central del país, la recuperación del área de intención en las provincias del norte es notable. Por este motivo, diversos estimadores comenzaron a ajustar sus previsiones de superficie, atenuando la magnitud de las pérdidas inicialmente esperadas. Si bien es prácticamente un hecho que en 2015/16 caerá la producción, el deterioro del saldo exportable será menor a lo pensado, más teniendo en cuenta la expectativa de contar nuevamente con un abultado stock cuando finalice la campaña actual.
El Ministerio de Agroindustria estimó el avance nacional de la siembra en 69% de la superficie proyectada frente a 68% a la misma altura del año pasado. Los trabajos en el centro y sur del país están prácticamente finalizados, con guarismos de 99% en Buenos Aires, 96% en Entre Ríos y 92% en La Pampa. En Santa Fe, en tanto, la implantación llega solo al 57%, sin progresos significativos en las últimas semanas. Falta cubrir el área planeada en los departamentos del extremo norte más la parte correspondiente a maíces tardíos del sur provincial, donde la proporción de temprano y tardío promedió aproximadamente dos tercios y un tercio, respectivamente.
El ritmo de ventas a cosecha siguió acelerándose en los últimos días, aunque el volumen comprometido hasta el momento muestra un retraso interanual superior al 40%. De todos modos, el maíz nuevo sigue siendo el producto más comercializado en nuestro país, incluso a pesar de que la estacionalidad favorece a otros cultivos como el trigo y la cebada. Asimismo, en el segmento disponible también se observa mayor interés de los vendedores, especialmente luego de que el mercado se acomodara en línea con la capacidad teórica de pago de los compradores sin derechos de exportación. Estos participantes acumulan compras por 17,7 M tn y los embarques concertados hasta noviembre llegan a 13,8 M tn, lo que deja un stock significativo para volcar al exterior en las próximas semanas.
En los mercados externos persiste un gran temor por la posibilidad de que los inventarios en Argentina lleguen con rapidez al circuito comercial después de las medidas del gobierno, provocando una agresiva salida exportadora en los primeros meses del año. Sin embargo, la respuesta inicial de los productores locales fue más bien cauta, aunque se espera mayor fluidez comercial para lo que resta de la campaña. Los fondos que operan en Chicago vendieron posiciones en forma agresiva durante los últimos meses, apostando a un mayor deterioro del precio. Sin embargo, cuando quedó claro que el mercado no hizo avalancha estos jugadores no demoraron en cubrir sus contratos vendidos, lo que permitió las subas del jueves y viernes.
Con esto, el productor norteamericano recibió algo de alivio luego de que los futuros con vencimiento en marzo hayan tocado mínimos históricos en la rueda del jueves. Sin embargo, la situación de mediano plazo luce complicada. Los puertos norteamericanos han perdido competitividad como origen para el mercado de exportación –los precios FOB en Argentina se encuentran entre u$s 5 y 7 por debajo del Golfo de México- y el stock físico disponible para comercializar en el medio oeste es el más elevado en décadas. Si bien el consumo interno está absorbiendo volumen en proporción mayor que otros años, la colocación de los excedentes puede ser un problema de cara al tramo final de la campaña. A esto se le suma el incremento en la tasa de interés que anunció en la semana la Reserva Federal, algo que encarece el crédito e incrementa el costo de oportunidad de diferir ventas.
Aun así, los primeros relevamientos de cara al ciclo 2016/17 anticipan un incremento en el área implantada con el cereal en Estados Unidos, apoyándose en la mejora de la relación de precios de este producto frente a la soja. La firma de consultoría Informa Economics ajustó su previsión hasta 36 M ha, unas 625.000 hectáreas por debajo del cálculo del USDA que se conoció la semana pasada. Este año cerró con una superficie de 35,77 M ha según números oficiales, la más baja desde la campaña 2010/11. Esto se debió en buena parte a la relación de precios desfavorable y al hecho de tratarse de la primera campaña posterior al fuerte deterioro de los precios, que motorizó la puesta en práctica de planteos más defensivos y que requieren menor inversión por hectárea.