El
maíz fue uno de los productos más beneficiados con la reciente
coyuntura del mercado local, experimentando una considerable mejora de
precios en el segmento disponible y manteniéndose estable en las
referencias en dólares para entrega a cosecha. A lo largo de la semana
los precios alcanzaron máximos de $ 1.900/ton en la zona de Rosario,
equivalentes a unos u$s 145/ton al nuevo tipo de cambio. Para el cereal
recolectado en los meses de julio y agosto se trata de una mejora
sustancial de la rentabilidad en poco tiempo, habida cuenta de que el
precio de la mercadería escaló más del 40% en lo que va de diciembre.
Si
bien el estímulo que significó la eliminación de los derechos de
exportación llegó algo tarde para incidir en los planes de siembra del
ciclo actual en la zona central del país, la recuperación del área de
intención en las provincias del norte es notable. Por este motivo,
diversos estimadores comenzaron a ajustar sus previsiones de superficie,
atenuando la magnitud de las pérdidas inicialmente esperadas. Si bien
es prácticamente un hecho que en 2015/16 caerá la producción, el
deterioro del saldo exportable será menor a lo pensado, más teniendo en
cuenta la expectativa de contar nuevamente con un abultado stock cuando
finalice la campaña actual.
El
Ministerio de Agroindustria estimó el avance nacional de la siembra en
69% de la superficie proyectada frente a 68% a la misma altura del año
pasado. Los trabajos en el centro y sur del país están prácticamente
finalizados, con guarismos de 99% en Buenos Aires, 96% en Entre Ríos y
92% en La Pampa. En Santa Fe, en tanto, la implantación llega solo al
57%, sin progresos significativos en las últimas semanas. Falta cubrir
el área planeada en los departamentos del extremo norte más la parte
correspondiente a maíces tardíos del sur provincial, donde la proporción
de temprano y tardío promedió aproximadamente dos tercios y un tercio,
respectivamente.
El
ritmo de ventas a cosecha siguió acelerándose en los últimos días,
aunque el volumen comprometido hasta el momento muestra un retraso
interanual superior al 40%. De todos modos, el maíz nuevo sigue siendo
el producto más comercializado en nuestro país, incluso a pesar de que
la estacionalidad favorece a otros cultivos como el trigo y la cebada.
Asimismo, en el segmento disponible también se observa mayor interés de
los vendedores, especialmente luego de que el mercado se acomodara en
línea con la capacidad teórica de pago de los compradores sin derechos
de exportación. Estos participantes acumulan compras por 17,7 M tn y los
embarques concertados hasta noviembre llegan a 13,8 M tn, lo que deja
un stock significativo para volcar al exterior en las próximas semanas.
En
los mercados externos persiste un gran temor por la posibilidad de que
los inventarios en Argentina lleguen con rapidez al circuito comercial
después de las medidas del gobierno, provocando una agresiva salida
exportadora en los primeros meses del año. Sin embargo, la respuesta
inicial de los productores locales fue más bien cauta, aunque se espera
mayor fluidez comercial para lo que resta de la campaña. Los fondos que
operan en Chicago vendieron posiciones en forma agresiva durante los
últimos meses, apostando a un mayor deterioro del precio. Sin embargo,
cuando quedó claro que el mercado no hizo avalancha estos jugadores no
demoraron en cubrir sus contratos vendidos, lo que permitió las subas
del jueves y viernes.
Con
esto, el productor norteamericano recibió algo de alivio luego de que
los futuros con vencimiento en marzo hayan tocado mínimos históricos en
la rueda del jueves. Sin embargo, la situación de mediano plazo luce
complicada. Los puertos norteamericanos han perdido competitividad como
origen para el mercado de exportación –los precios FOB en Argentina se
encuentran entre u$s 5 y 7 por debajo del Golfo de México- y el stock
físico disponible para comercializar en el medio oeste es el más elevado
en décadas. Si bien el consumo interno está absorbiendo volumen en
proporción mayor que otros años, la colocación de los excedentes puede
ser un problema de cara al tramo final de la campaña. A esto se le suma
el incremento en la tasa de interés que anunció en la semana la Reserva
Federal, algo que encarece el crédito e incrementa el costo de
oportunidad de diferir ventas.
Aun
así, los primeros relevamientos de cara al ciclo 2016/17 anticipan un
incremento en el área implantada con el cereal en Estados Unidos,
apoyándose en la mejora de la relación de precios de este producto
frente a la soja. La firma de consultoría Informa Economics ajustó su
previsión hasta 36 M ha, unas 625.000 hectáreas por debajo del cálculo
del USDA que se conoció la semana pasada. Este año cerró con una
superficie de 35,77 M ha según números oficiales, la más baja desde la
campaña 2010/11. Esto se debió en buena parte a la relación de precios
desfavorable y al hecho de tratarse de la primera campaña posterior al
fuerte deterioro de los precios, que motorizó la puesta en práctica de
planteos más defensivos y que requieren menor inversión por hectárea.