Por la caída de los precios internacionales se pierden 6.500 millones de dólares

Así surge de los números que estima el FMI como escenario base hasta 2019, previsión según la cual los valores de los commodities oscilarán en torno a los precios actuales.


Quien asuma el 10 de diciembre la presidencia no será tan beneficiado en los próximos años por los precios de las materias primas que la Argentina exporta, como sí ocurrió en los últimos ocho. Así surge de los números que estima el FMI como escenario base hasta 2019, previsión según la cual los valores de los commodities oscilarán en torno a los precios actuales.

El Fondo elabora un índice en el que se monitorean 45 productos, entre los que se encuentran commodities agrícolas, industriales y alimentos. Según este indicador, los precios internacionales cayeron un 35% en los últimos 12 meses. Por caso, sólo la soja (principal producto de exportación argentino) bajó en Chicago un 17% desde el 18 de agosto de 2014, hasta los u$s 340,62 la tonelada que cerró ayer.

De hecho, los u$s 340 la tonelada para la soja distan de manera significativos con los valores medianos que hubo durante la primera y la segunda presidencia de Cristina de Kirchner. En el primer período fue de u$s 449 la tonelada (más de u$s 100 de diferencia por tonelada con el precio actual o un 32% más) y, en el segundo (período en el que la oleaginosa tocó el récord en Chicago de u$s 650,74 el 4 de septiembre de 2012), el valor mediano fue de u$s 527 la tonelada, es decir, u$s 187 por encima del precio actual.

La disminución en los commodities se asemeja en magnitud a la que se dio en la última crisis financiera internacional, entre 2008 y 2009, según compara un informe del IERAL, instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea. En esos años, los precios de los commodities bajaron un 42% en relativamente pocos meses. Luego, en 2010 y en 2011, se dio un rebote económico a nivel global que estimuló la demanda y se tradujo en una mejora en los precios. "Pero este efecto rebote no se espera para 2016 y 2017 por el hecho de que este ciclo de ajuste de precios no se está produciendo en un mundo en recesión, sino más bien en un mundo en crecimiento", sostiene el informe.

Un ejercicio en el que se toman siete productos de exportación relevantes como trigo, soja, maíz, harina de soja, aceite de soja, leche en polvo y carne bovina, y se consideran cantidades anuales de exportación similares a los que se dieron entre 2012 y 2014, pero teniendo en cuenta los precios actuales, arroja una disminución en el ingreso de dólares al país de poco más de u$s 6.500 millones, es decir, un 24% menos para este grupo de productos.

Si se observa en detalle, la principal caída en el ingreso de divisas se explicaría sólo por las exportaciones del complejo sojero, de en torno a u$s 5.000 millones. "Los dólares agroindustriales que se generen este año pueden ser una referencia bastante aproximada del flujo esperado para el próximo Gobierno, considerando que el ajuste de precios de commodities se está produciendo este año, atenuado en parte por una gran campaña agrícola y mayores volúmenes de exportación en particular en el complejo sojero", señala el documento elaborado por Juan Manuel Garzón. De hecho, al observar los datos de las exportaciones argentinas entre julio 2014 y junio 2015 llegan a u$s 65.370 millones, según el INDEC, una disminución de casi un 16% respecto de los 12 meses anteriores.

La estimación de la baja para las exportaciones del agro podría ser atenuada, en parte, sólo por "los elevados stocks de soja que existen que podrían cubrir la diferencia entre el récord productivo del ciclo 2014/2015 (más de 60 millones de toneladas) y campañas más normales, manteniendo de esa forma el nivel de actividad del complejo sojero", reflexiona el IERAL.

Cuando uno de los puntos de mayor discusión entre los presidenciables es qué harán con las restricciones en el mercado cambiario, no podrán pasar por alto que, como en otros mercados, a menor oferta (por un ingreso más magro de divisas) subirá el precio del dólar, variable sensible en la economía argentina.

Ambito Financiero – María Iglesia