La fortaleza del dólar deprime a Chicago

Por Pablo Adreani* 

Mientras Estados Unidos fortalece el dólar, Brasil, México y la Unión Europea llevan adelante una política de devaluación para frenar la pérdida de competitividad de sus exportaciones, propia de la fortaleza de la moneda estadounidense.

Como consecuencia inmediata está la caída en el precio de los granos que profundiza aún más los ajustados márgenes de los productores agrícolas de la región. En el caso del Brasil, la decisión oficial de devaluar el real (38 por ciento desde comienzos del año) ha salvado a la mitad de los productores brasileros de entrar en bancarrota. En el caso de la Argentina, el Gobierno decidió profundizar el atraso cambiario, quitando cada vez el oxígeno de los productores

En muchos casos, como el NEA, NOA y Entre Ríos, los productores están en situación límite ya que sus rendimientos de indiferencia se encuentran por arriba de los rendimientos reales obtenidos. En términos prácticos y económicos significa que los productores están produciendo a pérdida.

Como un ejemplo del impacto del atraso cambiario y la inflación sufrida por los bienes y servicios en pesos, veamos los costos que tenía el productor 2010 y ahora. Cinco años atrás, un conductor tractorista tenía un salario bruto de 1,894 pesos, el precio del trigo en julio de ese año era de 630 dólares y para el productor equivalía a 3.000 kilos de trigo.

Hoy el salario bruto de un tractorista es de 6.684 pesos, el precio del trigo disponible es de 1,170 pesos y el productor necesita vender 5.713 kilos de trigo para cubrir el mismo salario en equivalencia trigo.

El productor tiene que vender 90 por ciento más de trigo para poder asumir el costo del mismo servicio que hace cinco año. Este ejemplo es válido para un productor del sudeste bonaerense donde el trigo es el principal productor de su cosecha.

Para el caso de productores localizados en el centro y sur de Córdoba, analizando la relación del costo salario tractorista y el precio de la soja, vemos que hoy el productor necesita vender 3.038 kilos de soja para cubrir dicho salario, tomando un precio de soja disponible de 2.200 pesos la tonelada. Cinco años atrás necesitaba vender 1.868 kilos de la oleaginosa que tenía un valor disponible de 1.012 pesos en julio de 2010. En este caso el productor tiene que vender 62 por ciento más de soja, para cubrir el mismo costo del servicio.

Veamos ahora cuánta soja es necesaria para cubrir el costo de una UTA.

En 2010, la UTA tenía un costo de 29 dólares por tonelada, y se podía cubrir vendiendo 107 kilos de soja (la soja disponible cotizaba a 270 dólares); hoy con un costo 41 dólares y un precio de la soja de 240 dólares, el productor debe vender 171 kilos de soja para cubrir el mismo servicio. Se trata de un aumento directo en el costo de las labranzas del 60 por ciento.

En el caso del análisis de la relación servicio fletes/producto soja, la situación es mucho más dramática.

En 2010, un productor debía vender 1.944 kilos de soja por camión carga completa 35 toneladas, para hacer frente al costo del flete. Hoy ese mismo productor debe vender 4.667 kilos de soja, tomando como base 150 kilómetros.

Si tomamos en cuenta el costo del flete a 350 kilómetros del puerto, el productor hoy tiene que vender 6.125 kilos de soja equivalente al 17,5 por ciento de la carga total. En 2010 debía vender 2.593 kilos, equivalente en su momento a 7,4 por ciento de la carga.

Cada semana que pasa, con la actual política cambiaria, el productor debe vender cada vez más soja y más trigo para pagar el mismo servicio.

Con este escenario, al productor no le conviene retener el grano si tiene que afrontar el pago de servicios. Hasta le conviene vender la soja hoy en lugar que dentro de dos meses; pues si el mercado no sube, deberá vender más soja sólo para pagar el mismo flete al puerto.

*Analista del mercado (www.agripac.com.ar)