¿Qué esperar del mercado de granos 2017?



La Bolsa de Comercio de Rosario estimó que el sector agropecuario necesita ganar en mayor competitividad, apostando al agregado de valor, para poder consolidar este año el proceso de recuperación que comenzó a vivir en 2016.
En un informe titulado “¿Qué cabe esperar para el mercado de granos en el 2017?”, la economista Emilce Terré plantea que “en el 2017, la euforia que despertó el cambio en las reglas de juego y redundó en una explosión de la producción y exportación de granos, irá perdiendo el efecto cautivante sobre los tomadores de decisiones”, mientras que “los factores de la realidad comenzarán a imponerse”. 
“En este sentido, la sostenibilidad en el tiempo del efecto expansivo de la actividad dependerá fundamentalmente de un único factor: la capacidad de la cadena agroindustrial argentina de continuar siendo competitiva en el mundo”, expresa el artículo.
Horizonte
Según Terré, “hacia adelante, el optimismo del productor aún prevalece”; y a pesar de los vaivenes climáticos, “aún resulta factible pensar en un salto productivo en el 2017, habida cuenta de la mayor área sembrada (especialmente con girasol, maíz y trigo)”.
En este marco, la mayor oferta tendrá como nicho natural la exportación, debido a que el consumo doméstico de los principales granos argentinos se avizora mayormente estable, aunque de profundizarse la retención de hacienda algo más de maíz podrá ir a forraje. 
Pero para que esta mayor oferta pueda colocarse satisfactoriamente, “deberemos asegurarnos de mantener la competitividad”, señala la economista. Y enumera los problemas que se necesitan resolver: excesivo aumento de la incidencia de los costos de comercialización y estructura (incluyendo la evolución de las tarifas y la incidencia de las tasas e impuestos que gravan la actividad, así como también el costo de financiamiento), o la dificultad en desacelerar el proceso inflacionario en el que viene inmerso nuestro país. 
También considera esencial seguir con atención la evolución del tipo de cambio real en relación al dólar. “Si el tipo de cambio nominal continúa subiendo menos que el nivel general de precios, los bienes argentinos se encarecen para el resto del mundo y, por supuesto, amenazará las ventas externas de todo tipo de bienes, incluidos los granos”, analiza Terré.
Grano por grano
Trigo. Acaba de comenzar el partido 2016/17 y ya se destaca la performance exportadora, que sólo entre noviembre 2016 y febrero 2017 podría estar sacando desde las terminales del Up River casi tres millones de toneladas de las cuatro que, estimativamente, podrían exportarse desde esta zona para toda la campaña.
Esto último ha sido el principal sostén de los precios en la plaza rosarina durante las últimas semanas. A futuro, sin embargo, con un mercado mundial mayormente bien abastecido, una campaña australiana llamada a ser récord histórico en producción y un dólar a priori fortalecido en el mundo, las alertas bajistas abundan.
Maíz. Argentina estaría en condiciones de conseguir un output récord de alrededor de 36 a 37 millones de toneladas. Ello permitirá conseguir un balance de oferta y demanda más holgado que en el ciclo actual, dando lugar a un potencial exportador de unos 23 millones de toneladas que, de conseguirse, también sería un máximo histórico. 
Soja. Se destaca la demanda del sector aceitero y de biocombustibles, que al menos para el primer trimestre del año luce muy robusta, mientras que para la harina cualquier recuperación de los precios estará sujeta fundamentalmente a la evolución del consumo para forraje. 
Por lo demás, si la mayor producción mundial de esta campaña no dio lugar a un desplome de precios, ello se debió fundamentalmente a la demanda China y, en medio de pronósticos de un “soft landing” de esta economía asiática, la evolución de la misma deberá ser seguida con atención. 
En lo estrictamente local, si bien la producción argentina podría rondar los 53 millones de toneladas, por debajo del ciclo anterior, los inventarios que pasarían del presente ciclo al sucesivo lucen anormalmente abultados, permitiendo que la oferta total se mantenga aún abundante. 
Proyecciones
Según la Bolsa rosarina, “a partir del segundo trimestre del año la estabilización de la oferta de aceite de palma, aunada al impulso de las siembras del Hemisferio Norte, podrían ejercer presión en las cotizaciones del poroto, en un contexto donde dólar y tasas en el mundo parecen tender a la suba post-asunción de Trump. Como siempre, el factor de incertidumbre por excelencia será el clima, según beneficie o estorbe los planes de producción americanos”. 
En cuanto al maíz, “los precios están cada vez más ligados a la evolución de las cotizaciones del petróleo, ya que cuando este último se encarece, la producción de etanol gana atractivo. Entre mediados de noviembre y la última semana de diciembre, el valor del combustible fósil aumentó 25 por ciento. Si efectivamente la producción mundial se ameseta y la tendencia alcista de su precio se mantiene, ello impulsaría la producción de etanol y, como consecuencia, actuaría como un sostén adicional para las cotizaciones del cereal”.