La demanda marca récords para soja y maíz Guillermo Rossi

Se acerca el inicio de los trabajos de recolección de la soja y los compradores refuerzan sus estrategias de originación para cubrir el empalme de campañas, ofreciendo diferenciales de hasta u$s 30/ton entre los precios para entrega casi inmediata y los contratos pactados para mayo. En los últimos días hubo negocios en la zona de Rosario en el rango de $ 3.650 a 3.670 por tonelada bajo condición disponible, bien por encima de los u$s 210-212 que prevalecen para la descarga diferida hasta la cosecha. Estas referencias se fueron debilitando a lo largo de la semana, producto de la caída que sufrió el mercado internacional.
En vista del volumen en juego, se avizoran dificultades logísticas en la zona portuaria de Rosario a partir de la segunda quincena de marzo, período desde el cual las áreas de descarga de los puertos trabajarán al límite de su capacidad. En días pico el ingreso de camiones a las terminales rondará las 15.000 unidades diarias, es decir, alrededor de unos 10 camiones por minuto (uno cada seis segundos). Afortunadamente, fuentes del sector confían en que este año habrá menor conflictividad gremial, lo que permitirá cumplir con los programas de entrega y desarrollar la actividad de las plantas con normalidad. El gran interrogante son las condiciones climáticas, puesto que se esperan nuevas lluvias que podrían seguir deteriorando el ya pésimo estado de los caminos rurales.
En los próximos meses el ritmo de procesamiento de soja crecerá todavía más, partiendo de altos niveles en el verano. El Ministerio de Agroindustria estimó preliminarmente el crushing de enero en 3,84 M tn, volumen que significa un récord histórico para el mes y más que duplica a los registros correspondientes al mismo período del año pasado. De este modo, el acumulado de la campaña 2014/15 (período abril-marzo) se encamina a cerrar tentativamente en 45,5 M tn, suponiendo una leve reducción en el nivel de actividad de las plantas durante febrero. Esto se suma a exportaciones por 11,5 M tn –más de un 80% hacia China- y otros usos domésticos por alrededor de 3,1 M tn.
El maíz protagonizó la otra gran sorpresa del verano, con muchísima actividad en los puertos en cumplimiento de los programas de embarque. Todavía sin datos oficiales, se estiman provisoriamente unas 2,5-2,7 M tn de exportación entre enero y las primeras tres semanas de febrero, volumen que de cumplirse implicaría un incremento superior al millón de toneladas frente al mismo lapso del año 2015. En vista de estos números, el Ministerio de Agroindustria corrigió recientemente su proyección de exportaciones de la campaña 2014/15 a 19,1 M tn, dejando un stock de 4,30 M tn como remanente para el nuevo ciclo comercial.
Algo similar ocurrió con la cebada, aunque a una escala obviamente menor. El cereal recuperó competitividad externa y los compromisos con el exterior treparon rápidamente hasta 1,5 M tn, con embarques a razón de más de 100.000 tn semanales. En puertos del sur hubo buques que salieron con destino a China, siempre con estándar para alimentación animal. En este producto la estimación de producción oficial se ajustó recientemente hasta 4,9 M tn, cantidad que dejaría un saldo exportable superior a 2 M tn. En términos de volumen, el escenario de oferta luce similar al de la campaña 2013/14, con la diferencia de que este año la calidad de la cosecha es menor y el mercado  forrajero internacional se encuentra mucho mejor abastecido.
Trigo y sorgo, por su parte, se mostraron más rezagados que el resto de los granos. De hecho, recién en los últimos días pudo detectarse en el cereal panadero un repunte en el ingreso de camiones a las terminales portuarias. La creación de las DJVE-90 -que conceden mayor plazo para el embarque- contribuyó a agilizar la operatoria de los traders, favoreciendo la salida exportadora de los holgados inventarios disponibles. Desde el 17/02 se concertaron operaciones con el exterior por 1,3 M tn, incluyendo un negocio pactado el último jueves con el GASC de Egipto por 60.000 toneladas de trigo con 11,5% de proteína, a valor FOB de u$s 172/ton. La expectativa es colocar un mayor volumen del cereal en el mercado brasileño a partir de la segunda quincena de marzo, para cuando la industria molinera de este país debería comenzar a prever una reposición de los stocks de la materia prima.
Clima y cultivos en la mira
En aquellos lugares del centro del país en donde el clima lo permite ya comenzó la recolección de los maíces de siembra temprana, con resultados dispares. En la mitad norte de Santa Fe el rendimiento promedio se ubicaría entre 85 y 87 qq/ha, aunque con una importante caída en la superficie implantada respecto del año pasado. Hacia el extremo sur de la provincia, en cambio, se aguarda una reducción en la humedad del grano para comenzar la trilla, al tiempo que las expectativas de rinde se mantienen en el rango de 70 a 115 qq/ha, según el último relevamiento de GEA – Guía Estratégica para el Agro. El promedio de la región rondaría 95 qq/ha, ligeramente por debajo de las marcas del año pasado. Esto se debe fundamentalmente al impacto de las altísimas temperaturas del mes de enero y principios de febrero, que condicionaron el ingreso de los cultivos a su madurez.
Las lluvias de los últimos días fueron más que bienvenidas para la soja, aunque para algunos cultivares de ciclo corto el alivio no llegó a tiempo para contrarrestar el deterioro. De todos modos, no ha podido estimarse aún el impacto de las fuertes lluvias de la madrugada del viernes, que aumentaron las complicaciones de zonas anegadas como el extremo sudeste de Córdoba y el departamento Gral. López de la provincia de Santa Fe. Buena parte de las pérdidas de área de soja en la actual campaña, que a nivel nacional se estiman cercanas a 800.000 hectáreas, pertenecen a esta región del país. Hacia el oeste de Rosario, a lo largo del cordón de localidades que bordean la ruta Nacional N° 9, hubo picos de precipitaciones de más de 150mm hasta el mediodía.
La situación del maíz de siembra tardía, en tanto, es más que satisfactoria. De este modo, se repetiría por tercer año consecutivo el éxito de esta modalidad de siembra, que reduce costos a base de una menor densidad en la implantación y debido a la demanda menos exigente de fertilización. Los técnicos todavía no arriesgan potenciales de rinde, aunque probablemente los mismos se encuentren por encima de los 80 qq/ha de promedio en esta parte del país.
De a poco comienzan a perfilarse las primeras intenciones de siembra para el ciclo 2016/17, todavía con escasas referencias de precio. El nuevo contexto de la agricultura argentina, con menor presión impositiva y un tipo de cambio más competitivo –el dólar BNA comprador trepó a un récord de $ 15,37 este viernes- debería favorecer el crecimiento de la superficie destinada a cultivos, algo que se vislumbra prácticamente un hecho para la campaña fina. Seguramente el trigo estará ganando una parte del área que perdió en la última década, aunque subsiste la duda respecto de lo que harán la cebada y otras producciones alternativas de invierno como algunas legumbres. Una limitante podría ser la disponibilidad de semillas. Para la gruesa, la incertidumbre es mayor, aunque se especula con una recuperación del maíz y una caída de la soja, con gran disenso en su magnitud entre los especialistas.

Proyecciones agrícolas a largo plazo
En el frente externo, la atención se concentró en el Foro Agrícola anual del USDA que se desarrolló durante los días jueves y viernes. El organismo ofreció una perspectiva para la próxima campaña, así como también proyecciones hacia el 2025 para las principales variables de los mercados. En Estados Unidos se avizora una reducción de la superficie agrícola con destino comercial superior al millón de hectáreas para el ciclo 2016/17, en el marco de una gran pérdida de rentabilidad. El cultivo más afectado sería el trigo, aunque también caerían el sorgo, la cebada, la avena y en menor medida la soja. Otras 2,5 M ha se perderían paulatinamente durante la próxima década de continuar el actual escenario de políticas y suponiendo clima normal.
El gran desafío para Estados Unidos es mejorar sus posibilidades de colocación de saldos exportables entre los países importadores. La oferta norteamericana de maíz y trigo volverá a ubicarse por encima de la demanda durante la próxima campaña, incluso a pesar de que este último grano utilizará la superficie más baja de los últimos 46 años. En un contexto de amplios inventarios mundiales, el fortalecimiento del dólar otorga mayor competitividad a orígenes alternativos. Mientras en maíz la principal competencia llegará desde Sudamérica, en trigo se advierte mayor potencia exportadora en Europa occidental y la zona del Mar Negro. La excepción será Ucrania, país para el cual se espera un importante retroceso interanual en la producción. Allí, aproximadamente un tercio de la superficie de invierno enfrenta serios problemas.
De cara a la próxima campaña, el USDA espera una caída en los rendimientos de la soja y el maíz en Estados Unidos respecto de los números del último año, volviendo a los niveles de tendencia. De todos modos, la cosecha de maíz treparía por encima de 351 M tn gracias a mayor superficie utilizada, mientras que la de soja se reduciría a 103,7 M tn. Los precios promedio de estos granos en el mercado norteamericano se avizoran en u$s 135,8 y 312,3 por tonelada, en ambos casos por debajo de los valores de cierre de Chicago de este viernes. De cumplirse esta expectativa, la carrera bajista que siguieron los precios en los últimos 18 meses comenzaría a atenuarse.