Se
acerca el inicio de los trabajos de recolección de la soja y los
compradores refuerzan sus estrategias de originación para cubrir el
empalme de campañas, ofreciendo diferenciales de hasta u$s 30/ton entre
los precios para entrega casi inmediata y los contratos pactados para
mayo. En los últimos días hubo negocios en la zona de Rosario en el
rango de $ 3.650 a 3.670 por tonelada bajo condición disponible, bien
por encima de los u$s 210-212 que prevalecen para la descarga diferida
hasta la cosecha. Estas referencias se fueron debilitando a lo largo de
la semana, producto de la caída que sufrió el mercado internacional.
En
vista del volumen en juego, se avizoran dificultades logísticas en la
zona portuaria de Rosario a partir de la segunda quincena de marzo,
período desde el cual las áreas de descarga de los puertos trabajarán al
límite de su capacidad. En días pico el ingreso de camiones a
las terminales rondará las 15.000 unidades diarias, es decir, alrededor
de unos 10 camiones por minuto (uno cada seis segundos).
Afortunadamente, fuentes del sector confían en que este año habrá menor
conflictividad gremial, lo que permitirá cumplir con los programas de
entrega y desarrollar la actividad de las plantas con normalidad. El
gran interrogante son las condiciones climáticas, puesto que se esperan
nuevas lluvias que podrían seguir deteriorando el ya pésimo estado de
los caminos rurales.
En los próximos meses el ritmo de procesamiento de soja crecerá todavía más, partiendo de altos niveles en el verano. El Ministerio de Agroindustria estimó preliminarmente el crushing de enero en 3,84 M tn, volumen que significa un récord histórico para el mes y
más que duplica a los registros correspondientes al mismo período del
año pasado. De este modo, el acumulado de la campaña 2014/15 (período
abril-marzo) se encamina a cerrar tentativamente en 45,5 M tn,
suponiendo una leve reducción en el nivel de actividad de las plantas
durante febrero. Esto se suma a exportaciones por 11,5 M tn –más de un
80% hacia China- y otros usos domésticos por alrededor de 3,1 M tn.
El maíz protagonizó
la otra gran sorpresa del verano, con muchísima actividad en los
puertos en cumplimiento de los programas de embarque. Todavía sin datos
oficiales, se estiman provisoriamente unas 2,5-2,7 M tn de exportación entre enero y las primeras tres semanas de febrero,
volumen que de cumplirse implicaría un incremento superior al millón de
toneladas frente al mismo lapso del año 2015. En vista de estos
números, el Ministerio de Agroindustria corrigió recientemente su
proyección de exportaciones de la campaña 2014/15 a 19,1 M tn, dejando
un stock de 4,30 M tn como remanente para el nuevo ciclo comercial.
Algo similar ocurrió con la cebada, aunque a una escala obviamente menor. El cereal recuperó competitividad externa y los compromisos con el exterior treparon rápidamente hasta 1,5 M tn,
con embarques a razón de más de 100.000 tn semanales. En puertos del
sur hubo buques que salieron con destino a China, siempre con estándar
para alimentación animal. En este producto la estimación de producción
oficial se ajustó recientemente hasta 4,9 M tn, cantidad que dejaría un
saldo exportable superior a 2 M tn. En términos de volumen, el escenario
de oferta luce similar al de la campaña 2013/14, con la diferencia de
que este año la calidad de la cosecha es menor y el mercado forrajero internacional se encuentra mucho mejor abastecido.
Trigo
y sorgo, por su parte, se mostraron más rezagados que el resto de los
granos. De hecho, recién en los últimos días pudo detectarse en el
cereal panadero un repunte en el ingreso de camiones a las terminales
portuarias. La creación de las DJVE-90 -que conceden mayor plazo para el
embarque- contribuyó a agilizar la operatoria de los traders,
favoreciendo la salida exportadora de los holgados inventarios
disponibles. Desde el 17/02 se concertaron operaciones con el exterior
por 1,3 M tn, incluyendo un negocio pactado el último jueves con el GASC
de Egipto por 60.000 toneladas de trigo con 11,5% de proteína, a valor
FOB de u$s 172/ton. La expectativa es colocar un mayor volumen del
cereal en el mercado brasileño a partir de la segunda quincena de marzo,
para cuando la industria molinera de este país debería comenzar a
prever una reposición de los stocks de la materia prima.
Clima y cultivos en la mira
En
aquellos lugares del centro del país en donde el clima lo permite ya
comenzó la recolección de los maíces de siembra temprana, con resultados
dispares. En la mitad norte de Santa Fe el rendimiento promedio se
ubicaría entre 85 y 87 qq/ha, aunque con una importante caída en la
superficie implantada respecto del año pasado. Hacia el extremo sur de
la provincia, en cambio, se aguarda una reducción en la humedad del
grano para comenzar la trilla, al tiempo que las expectativas de rinde
se mantienen en el rango de 70 a 115 qq/ha, según el último relevamiento
de GEA – Guía Estratégica para el Agro. El promedio de la región
rondaría 95 qq/ha, ligeramente por debajo de las marcas del año pasado.
Esto se debe fundamentalmente al impacto de las altísimas temperaturas
del mes de enero y principios de febrero, que condicionaron el ingreso
de los cultivos a su madurez.
Las
lluvias de los últimos días fueron más que bienvenidas para la soja,
aunque para algunos cultivares de ciclo corto el alivio no llegó a
tiempo para contrarrestar el deterioro. De todos modos, no ha podido
estimarse aún el impacto de las fuertes lluvias de la madrugada del
viernes, que aumentaron las complicaciones de zonas anegadas como el
extremo sudeste de Córdoba y el departamento Gral. López de la provincia
de Santa Fe. Buena parte de las pérdidas de área de soja en la actual
campaña, que a nivel nacional se estiman cercanas a 800.000 hectáreas,
pertenecen a esta región del país. Hacia el oeste de Rosario, a lo largo
del cordón de localidades que bordean la ruta Nacional N° 9, hubo picos
de precipitaciones de más de 150mm hasta el mediodía.
La
situación del maíz de siembra tardía, en tanto, es más que
satisfactoria. De este modo, se repetiría por tercer año consecutivo el
éxito de esta modalidad de siembra, que reduce costos a base de una
menor densidad en la implantación y debido a la demanda menos exigente
de fertilización. Los técnicos todavía no arriesgan potenciales de
rinde, aunque probablemente los mismos se encuentren por encima de los
80 qq/ha de promedio en esta parte del país.
De
a poco comienzan a perfilarse las primeras intenciones de siembra para
el ciclo 2016/17, todavía con escasas referencias de precio. El nuevo
contexto de la agricultura argentina, con menor presión impositiva y un
tipo de cambio más competitivo –el dólar BNA comprador trepó a un récord
de $ 15,37 este viernes- debería favorecer el crecimiento de la
superficie destinada a cultivos, algo que se vislumbra prácticamente un
hecho para la campaña fina. Seguramente el trigo estará ganando una
parte del área que perdió en la última década, aunque subsiste la duda
respecto de lo que harán la cebada y otras producciones alternativas de
invierno como algunas legumbres. Una limitante podría ser la
disponibilidad de semillas. Para la gruesa, la incertidumbre es mayor,
aunque se especula con una recuperación del maíz y una caída de la soja,
con gran disenso en su magnitud entre los especialistas.
Proyecciones agrícolas a largo plazo
En
el frente externo, la atención se concentró en el Foro Agrícola anual
del USDA que se desarrolló durante los días jueves y viernes. El
organismo ofreció una perspectiva para la próxima campaña, así como
también proyecciones hacia el 2025 para las principales variables de los
mercados. En Estados Unidos se avizora una reducción de la superficie
agrícola con destino comercial superior al millón de hectáreas para el
ciclo 2016/17, en el marco de una gran pérdida de rentabilidad. El
cultivo más afectado sería el trigo, aunque también caerían el sorgo, la
cebada, la avena y en menor medida la soja. Otras 2,5 M ha se perderían
paulatinamente durante la próxima década de continuar el actual
escenario de políticas y suponiendo clima normal.
El
gran desafío para Estados Unidos es mejorar sus posibilidades de
colocación de saldos exportables entre los países importadores. La
oferta norteamericana de maíz y trigo volverá a ubicarse por encima de
la demanda durante la próxima campaña, incluso a pesar de que este
último grano utilizará la superficie más baja de los últimos 46 años. En
un contexto de amplios inventarios mundiales, el fortalecimiento del
dólar otorga mayor competitividad a orígenes alternativos. Mientras en
maíz la principal competencia llegará desde Sudamérica, en trigo se
advierte mayor potencia exportadora en Europa occidental y la zona del
Mar Negro. La excepción será Ucrania, país para el cual se espera un
importante retroceso interanual en la producción. Allí, aproximadamente
un tercio de la superficie de invierno enfrenta serios problemas.
De
cara a la próxima campaña, el USDA espera una caída en los rendimientos
de la soja y el maíz en Estados Unidos respecto de los números del
último año, volviendo a los niveles de tendencia. De todos modos, la
cosecha de maíz treparía por encima de 351 M tn gracias a mayor
superficie utilizada, mientras que la de soja se reduciría a 103,7 M tn.
Los precios promedio de estos granos en el mercado norteamericano se
avizoran en u$s 135,8 y 312,3 por tonelada, en ambos casos por debajo de
los valores de cierre de Chicago de este viernes. De cumplirse esta
expectativa, la carrera bajista que siguieron los precios en los últimos
18 meses comenzaría a atenuarse.