A
medida que avanzan los trabajos de cosecha, el mercado local del cereal
continúa mostrando alta disparidad de precios en función de las
condiciones de entrega y las exigencias de calidad de los compradores.
Los plazos de pago son también relevantes, ya que las tasas de interés
se han convertido en un factor a monitorear. La exportación y los
molinos han segmentado sus ofrecimientos en las últimas semanas,
concediendo considerables premios por aquellos lotes que reúnen niveles
de proteína superiores a 10,5% sobre base húmeda. De hecho, sobre el
cierre de la semana el trigo de calidad se negociaba un 30% por encima
de los valores Cámara del estándar de comercialización.
La
trilla presenta cierto retraso respecto del año pasado, tanto en
volumen recolectado como en términos porcentuales. Al 30 de diciembre la
proporción cosechada a nivel nacional era del 75%, frente a 88% a la
misma altura del ciclo 2014/15. De este modo, se estima que a finales de
diciembre el stock físico se acerca a 10 M tn, resultado de sumarle al
grano acumulado en chacra el inventario remanente de la campaña ya
concluida. Hasta ahora el consumo es muy bajo, ya que tanto la
exportación como la molienda del mes de diciembre habrían quedado por
debajo de 500.000 tn de acuerdo a relevamientos preliminares sobre
fuentes del mercado.
Asimismo,
se detecta que la proporción de oferta comercializada hasta el momento
es notablemente baja, apenas superior al 15% del total según datos
oficiales. Esto llama doblemente la atención debido a la considerable
mejora que experimentaron los precios y al hecho de que este cereal
suele utilizarse para adelantar el flujo de fondos de la empresa
agropecuaria, siendo habitual su rápida salida de la etapa primaria. Sin
embargo, las restricciones impuestas sobre la comercialización en los
últimos años han generado cambios en las pautas de venta que se
extienden hasta hoy.
Muchos
productores argumentan que los precios de pizarra se encuentran
alejados de los valores que sugiere la capacidad teórica de pago en
puertos y por ello retrasan sus decisiones de venta. Sin embargo, cabe
advertir aquí dos cuestiones. En primer lugar, los precios FOB sobre los
cuales usualmente se parte como referencia para calcular el FAS teórico
corresponden a embarques con 12% de proteína, calidad que
históricamente tenía el trigo argentino pero que en la actualidad los
compradores no pueden alcanzar en simples operaciones de originación
bajo condiciones Cámara, donde la proteína está sujeta a bonificaciones o
rebajas pero no forma parte de los parámetros que determinan el grado
–y por ende, la posibilidad de rechazo- de la mercadería.
Además,
el stock disponible en etapa primaria es realmente holgado y la enorme
disponibilidad de oferta que permanece sin vender –cerca del 85% del
total de la campaña- genera un potencial depresivo que podría acentuarse
con el paso de las semanas. Esto implica que la convergencia de los
precios de mercado con el denominado “FAS teórico” no está asegurada o
bien podría darse al revés de las expectativas, con una caída del precio
FOB. De hecho, este último acumula una baja superior a u$s 30/ton en
los últimos tres meses, ante la necesidad de los exportadores de
desprenderse de sus inventarios y la gran debilidad de la demanda
externa.
Uno
de los temas de la semana fue la confirmación por Boletín Oficial de
que se eliminan los ROE Verde, regresándose al esquema de Declaraciones
Juradas de Venta al Exterior (DJVE) vigente hasta 2008. La noticia fue
bien recibida por la cadena del cereal panadero, una de las más
afectadas por el marco regulatorio de los últimos años, cargado de
imprevisibilidad y con un alto componente de discrecionalidad. Sin
embargo, la normativa establece un régimen especial para el trigo, en el
que la DJVE sólo tiene una validez de 45 días desde su fecha de
registración. Si bien se aclara que se trata de un mecanismo transitorio
“hasta tanto se normalice el cambio de sistema”, la excepción generó
algunas dudas en los participantes del mercado. El temor es que se trate
de una continuidad encubierta, ya que la totalidad de los ROE Verde del
último mes de vigencia de la resolución 543/08 –algo más de un millón
de toneladas, incluyendo baja proteína- fueron emitidos justamente bajo
la modalidad «45 días».
Nuestro
país se muestra muy competitivo en el mercado internacional, por lo que
seguramente aparecerán buenas oportunidades comerciales durante el
resto del verano. Esta tendencia podría reforzarse si los precios FOB en
otros orígenes empiezan a subir, algo que podría ocurrir si se confirma
el deterioro en el estado de los cultivos de invierno en el hemisferio
norte tras la llegada de frío extremo al sudoeste de Rusia e
inundaciones en las planicies de Estados Unidos. De ser el caso, esto le
permitirá a nuestro país seguir llegando a destinos africanos luego de
haber colocado embarques para enero en Egipto y tras fuertes rumores que
indican que se le vendió trigo a Argelia a precios que incluían un
fuerte descuento respecto de las ofertas de exportación europeas.
Sin
embargo, el gran comprador del trigo argentino es Brasil y este jugador
sigue brillando por su ausencia, adquiriendo volúmenes limitados aunque
superiores a los registrados a la misma altura del año pasado. Hasta el
momento los molinos del sur se han abastecido mayormente de producción
local y con algo procedente de Paraguay, aunque tras un comienzo de
campaña agitado este origen ya no cuenta con un saldo exportable
remanente demasiado holgado. Se estima que todavía podrían colocarse en
el exterior unas 300.000 tn del cereal paraguayo, las que seguramente
saldrán con rapidez antes del ingreso de la cosecha de soja, que en las
regiones más adelantadas está por comenzar.