El
mercado externo de la oleaginosa recuperó volatilidad a lo largo de la
semana, con subas los días lunes y martes que llevaron los precios a
máximos desde mediados de agosto. Sin embargo, luego de eso los futuros
de Chicago con vencimiento en noviembre sufrieron tres caídas
consecutivas en el marco del rápido avance de la cosecha norteamericana y
señales desalentadoras sobre la evolución de la demanda.
A
medida que la trilla llega a los distritos del norte del cinturón
productivo de Estados Unidos las evidencias de rendimiento se consolidan
en niveles superiores a lo inicialmente esperado, generando holgados
inventarios en chacra y un acelerado ingreso del grano al circuito
comercial. Analistas privados prevén que el USDA informará el lunes un
avance de la colecta cercano al 80% de la superficie proyectada, frente a
53% del total a la misma altura del año pasado. Los modelos más
confiables anticipan condiciones climáticas favorables para el trabajo a
campo durante los próximos 5-6 días en la zona central y norte de
Estados Unidos.
La
demanda sigue mostrando pocas señales de dinamismo. El informe de
crushing de NOPA para septiembre cayó por debajo de lo esperado y el
ritmo de compromisos de exportación de Estados Unidos presenta un rezago
interanual del 26%. China es el mercado de consumo que se encuentra más
retraído, pese a que durante el mes de septiembre se firmaron en Iowa
compromisos de intercambio comercial por más de 13 millones de toneladas
del poroto para esta campaña. Sin embargo, los acuerdos firmados han
sido en general “no vinculantes”, es decir, en muchos casos no se trató
de operaciones con precio y condiciones de entrega pactadas en términos
específicos, lo que genera dudas en un momento en el que Estados Unidos
está perdiendo competitividad internacional.
Las
pequeñas subas del mercado generan desgaste en la demanda,
necesitándose precios bajos para cumplir con las proyecciones de
utilización planteadas por el USDA para el total de la campaña. La
reciente desvalorización del real ha incrementado las posibilidades de
inserción de la soja brasileña en el tramo final de la campaña, aunque
los stocks en este país y el resto de Sudamérica están declinando tras
un ajetreado programa de embarques durante el último semestre.
De
a poco los participantes del mercado comienzan a concentrar su atención
en las perspectivas de la campaña 2015/16 en el hemisferio sur. Las
condiciones climáticas en el centro-norte de Brasil no permitieron un
comienzo demasiado rápido de los trabajos de siembra, aunque la llegada
de algunas lluvias permitirá acelerar la implantación hacia fin de mes.
En tanto, en el estado de Mato Grosso -el principal distrito productor-
la siembra llegó esta semana al 14,3% del área de intención, ligeramente
por encima del 9,3% informado a la misma altura del año pasado.
En
Argentina la siembra ha comenzado con lotes muy puntuales, esperándose
que tome fuerza recién en la última semana de este mes y durante todo
noviembre, en la medida en que las condiciones climáticas lo permitan.
Según GEA – Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de
Rosario, el área a cubrir con la oleaginosa llegará este año a un récord
de 20,5 M ha, con un ligero crecimiento en la zona núcleo merced a la
superficie que libera el maíz, pero un previsible retroceso en zonas
marginales, como el NOA y NEA. De todos modos, el contexto económico y
climático en el que se desarrolla la campaña es altamente incierto y las
expectativas iniciales frente al cultivo pueden variar en las próximas
semanas.
El
mercado de los forwards a cosecha está prácticamente vacío, sin
participación activa de los compradores tradicionales y con pocos
productores en la búsqueda de ir formando precio. Los futuros con
vencimiento en mayo de Rofex superaron los u$s 220/ton a mediados de
este semana, aunque siguen sin aparecer vendedores interesados. El
volumen de soja nueva ya comercializado llega a unas 600.000 toneladas,
es decir, alrededor del 1% de la cosecha del último año, con predominio
de operaciones bajo la condición “a fijar precio”. Esta situación marca
una gran diferencia con Brasil, donde según la firma de consultoría
AgRural las ventas anticipadas se ubicaban a finales de octubre en 37%
de la producción esperada para la nueva campaña. La evolución de los
tipos de cambio del peso y el real frente al dólar forma parte del
meollo de la explicación de esta disparidad.
En
tanto, el mercado disponible continúa su marcha, apoyándose en el
amplio volumen de oferta remanente de la última campaña que busca cerrar
negocios en los meses finales del año. La llegada de los precios a los $
2.200/ton activó un importante caudal de ventas, estimándose que el
martes se le puso precio a más de medio millón de toneladas, día en el
que la operatoria comenzó temprano y los exportadores trabajaron en la
plaza con gran agresividad. Según cifras oficiales, algo menos del 10%
de la soja adquirida por fábricas y exportadores tenía su precio
pendiente de fijación hasta la semana pasada.