Los precios de la soja hoy en Chicago son exactamente la mitad de lo que eran hace tres años atrás. Julio Calzada y Sofía Corina
La
semana pasada editamos una nota donde mostrábamos que en la campaña
2014/2015 Argentina mantenía su posicionamiento como uno de los líderes
del mercado mundial de granos, aceites y subproductos. En la misma
veíamos que nuestro país sigue teniendo una excelente ubicación en los
rankings mundiales de producción y comercio exterior en diversos
productos, principalmente del complejo oleaginoso. Nuestro país -en la
campaña 2014/2015- se estaría ubicando como primer exportador mundial de
harina de soja, primer exportador mundial de aceite de soja, primer
productor mundial de biodiesel en base a aceite de soja, tercer
productor mundial de poroto de soja, tercer exportador mundial de poroto
de soja y harina de girasol, cuarto exportador mundial de maíz y de
aceite de girasol y cuarto productor mundial de semilla de girasol.
Estos son los lugares más relevantes que ocupa nuestro país.
Los
buenos indicadores de Argentina en el mercado mundial de granos y
oleaginosas no deben llamarnos a engaño, porque estos lugares positivos
se refieren casi exclusivamente al complejo oleaginoso, donde la
industria realizó fuertes inversiones en los últimos años para pasar de
una capacidad total de molienda teórica de soja y girasol de 93.000
tn/día en el año 2013 a 206.931 tn/día en la actualidad. El
posicionamiento del maíz y del trigo de Argentina a nivel mundial ha
caído. Por ejemplo, éramos el 2° exportador mundial de maíz y hoy somos
el 4°. La situación de la presente campaña es complicada y muchos
productores van a apuntar directamente a la soja, dejando de lado a
otros cultivos importantes para la sustentabilidad a mediano y largo
plazo del agroecosistema. Ya vimos la caída en el área sembrada de
trigo. Ahora vamos camino a concretar la baja en el área de maíz.
Algunos
lectores, que no son personas allegadas al sector, nos formularon la
siguiente pregunta: ¿De qué se quejan los productores argentinos y toda
la cadena granaria si Argentina viene manteniendo su lugar de privilegio
en la producción y comercialización mundial de granos (harinas y
aceites) y ha ido aumentando paulatinamente su producción de granos año
tras año? Esta pregunta se enmarca en un año electoral, con las
divergencias que han surgido en toda la sociedad a partir de la crisis
de relación entre el campo el gobierno nacional en el 2008, las
discusiones sobre la necesidad de asegurar la mesa de los argentinos,
las supuestas rentas extraordinarias que perciben o habrían percibido
los productores y la necesidad de aplicar ROEs y retenciones al trigo y
al maíz para abaratar el costo de estas materias primas utilizadas como
insumos para la producción de otros alimentos (como el pan, carne
vacuna, carne de pollo, etc.)
En
consecuencia, daremos seguidamente algunas reflexiones para responder a
este interrogante. Los productores agropecuarios argentinos y, casi
todo el sector, hoy se queja por el panorama que muestra la campaña
2015/2016 y que es el siguiente:
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El productor de la zona núcleo (ubicada cerca de las terminales
portuarias del Gran Rosario) hoy no tiene los mismos márgenes brutos y
netos que hace varios años atrás, producto de una fuerte caída en los
precios internacionales de los granos que perjudica nocivamente a los
hombres de campo en la presente campaña y en la venta de la mercadería
del ciclo 2014/2015. Esto lo vamos a analizar más adelante. Los precios
de la soja hoy en Chicago son exactamente la mitad de lo que eran hace 3
años atrás. Los futuros de soja para la posición más cercana cotizan
hoy a 325 U$S la tonelada. Hace 3 años atrás, el 4 de setiembre de 2012,
cotizaban a 650 U$S la tonelada.
-
En los últimos años, los costos de implantación de los distintos
cultivos y los pagos a proveedores de servicios e insumos se han elevado
de manera considerable por el fuerte proceso inflacionario que redujo
los márgenes brutos de los hombres de campo. Esto se ha ido agravando
paulatinamente en los últimos dos años. Salvo la soja, el resto de los
cultivos hoy tienen bajos márgenes brutos o directamente valores
negativos.
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En un informativo semanal anterior vimos los márgenes brutos y netos
del maíz de primera temprano para este año. Si el precio del maíz a
cosecha (Abril 2016) se ubica en 122 U$S la tonelada (valor que marcaban
los mercados de futuros), el productor podría llegar a tener un margen
neto positivo de 80 U$S por hectárea propia, luego de pagar todos los
impuestos. Este ínfimo margen neto se registraría -siempre y cuando-
logre un altísimo rinde de 95 qq/ha y los precios del maíz suban hasta
el nivel de 122 U$S por tonelada. Si no lo logra, es casi seguro que
pueda terminar con un margen neto negativo y perdiendo plata. Si el
precio del maíz a cosecha en Abril 2016 se mantiene en los bajos niveles
actuales de 100 U$S/tn, los números son pésimos para el productor.
Pierde plata, luego de pagar todos los impuestos, aun logrando un
elevadísimo rinde de 95 qq/ha. Si el rinde se localiza por debajo de ese
nivel, agravará su pérdida.
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En notas anteriores del informativo semanal hemos visto la acuciante
situación de los productores agropecuarios del NOA y NEA, perjudicados
por su distancia a los puertos y el alto costo en los fletes, menores
rindes y alto riesgo en la variabilidad climática.
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Muchos productores agropecuarios llegan fuertemente endeudados a la
presente campaña y refinanciando esas deudas. Es una realidad palpable
en el interior del país.
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La falta de rentabilidad ha desalentado el alquiler de campos. En los
dos últimos años (2013 y 2014) desaparecieron del mercado de tierras
varias de las grandes empresas agropecuarias, los fondos de inversión y
pooles de siembra. En la presente campaña 2015/2016, empezaron a
desaparecer directamente los contratistas y o grandes productores de la
zona que alquilaban determinados campos, especialmente en los de menor
productividad. Cada vez más se escucha la queja de los propietarios por
las dificultades para alquilar sus inmuebles. Lógicamente, caen los
valores de los alquileres y surgen estrategias flexibles para compartir
el riesgo de explotación.
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Los malos resultados económicos proyectados para el ciclo 2015/2016 y
la incertidumbre comercial han sido los factores de mayor peso a la hora
de decidir la siembra de trigo y maíz en la actual campaña, pese a sus
innumerables ventajas agronómicas. Según GEA-BCR (Guía Estratégica para
el Agro) la siembra del cultivo de trigo ya finalizó en Argentina con un
área de casi 3,4 millones de hectáreas para el presente ciclo, lo que
implica una caída del 28% respecto del ciclo anterior. A las 1,2
millones de hectáreas que no entraran este año al circuito comercial
porque no se sembró se les debe sumar otras 90 mil hectáreas perdidas
producto del último temporal. En cuanto a la nueva campaña de maíz que
ahora se inicia, se estima un 23% de caída en el área implantada
respecto a la campaña pasada. Se estaría cultivando un total de 3,3
millones de hectáreas versus las 4,3 millones del año anterior. Tomando
como supuesto unas 800.000 hectáreas que no entrarían en el circuito de
comercialización granario (para alimentación animal por ejemplo), la
producción para grano tendría una base cosechable de 2,5 M de ha.
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Del párrafo anterior se desprende lo siguiente: este año -casi con
seguridad- caerá la producción de trigo y maíz en Argentina. Según
GEA-BCR, en la campaña 2014/15 la producción triguera finalizó con un
volumen de 12,8 millones de Tn. Este año, el cereal necesitará contar
con un clima sumamente favorable para alcanzar los dos dígitos de
producción. En cuanto al maíz, los pronósticos suponen lluvias a favor
del ciclo del cultivo, por lo que podría esperarse un escenario positivo
de producción y un nivel de rinde similar al del año pasado (76 qq/ha).
Bajo estas conjeturas, la cosecha de maíz 2015/16 estaría arrojando un
volumen de 19 millones de toneladas versus las 25,8 millones de
toneladas del ciclo pasado. Habría 6 millones de toneladas menos de maíz
este año respecto del anterior.
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La menor producción de trigo y maíz tiene como principales responsables
a tres factores bien definidos: la fuerte caída en los precios
internacionales, las elevadas retenciones y las restricciones a las
exportaciones que deprimen los precios domésticos.
Volvamos
ahora a evaluar la evolución de los precios internacionales de los
granos y otros indicadores de la economía mundial. En el cuadro N°1
comparamos como eran los precios el 4/9/2012, hace tres años atrás, y
los valores que rigen actualmente. Allí vemos lo siguiente:
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Como dijimos anteriormente, los precios de la soja hoy en Chicago son
exactamente la mitad de lo que eran hace 3 años atrás. Los futuros de
soja para la posición más cercana cotizan hoy a 325 U$S la tonelada.
Hace 3 años atrás, el 4 de setiembre de 2012, cotizaban a 650 U$S la
tonelada. Es una baja que impresiona. Y no da la sensación que pueda
revertirse porque Estados Unidos, Brasil y Argentina se encaminan a
tener buenas producciones de poroto de soja en la campaña 2015/2016. Al menos es lo que espera el USDA y la mayoría de los especialistas.
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Las cotizaciones de los futuros de trigo y maíz en Chicago muestran en
tres años una caída del 44% y 53% en sus valores en U$S por tonelada,
respectivamente. Idéntico comentario puede hacerse para los futuros de
harina y aceite de soja (caídas del 42% y 54%).
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Miremos ahora los precios en el mercado físico de Rosario. Si el
4/9/2012 un productor agropecuario quería vender su soja, el precio de
contado con entrega inmediata era de 1.970 $/tn. Tres años después, ese
mismo productor puede venderla a 2.100$/tn, un 7% más. Son tres años
transcurridos con altas tasas de inflación anuales que superaron al 20%
cada año. Si transformamos esos valores en pesos a dólares
estadounidenses (aplicando tipo de cambio oficial de referencia del
BCRA), el productor en el año 2012 podía percibir 424 U$S por tonelada,
en cambio ahora -tres años después- obtendría 224 U$S por tonelada. Son
casi 200 U$S menos por cada tonelada de soja. El perjuicio para el
productor es enorme.
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Si un productor quiere sembrar soja ahora (campaña 2015/2016), se
encuentra con que el precio a mayo del 2016 es de 211 U$S la tonelada
según ROFEX. Hace tres años, ante la misma decisión, los contratos
forward le mostraban que podía obtener un precio a mayo del 2013 de 350
U$S/tn. Son 140 U$S más que en la actualidad. La caída en los precios
fue del 40%.
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Ahora evaluemos los precios en el mercado disponible para el girasol.
Si el 4/9/2012 un hombre de campo quería vender su girasol en el mercado
físico de la Bolsa de Comercio de Rosario, el precio de contado con
entrega inmediata era de 1.750 $/tn. Tres años después, ese mismo
productor puede vender el girasol a 1.850 $/tn, un 6% más. Nuevamente
tengamos en cuenta que transcurrieron tres con tasas de inflación
anuales arriba del 20% anual. Si transformamos esos valores en pesos a
dólares estadounidenses (aplicando tipo de cambio oficial de referencia
del BCRA), el productor en el año 2012 podía percibir 376 U$S por
tonelada, en cambio ahora -tres años después- obtendría 197 U$S por
tonelada. Son 178 U$S menos por cada tonelada de girasol. Sobran las
palabras para comentar la pérdida de valor en moneda extranjera que ha
sufrido esta oleaginosa.
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Evaluemos el caso de un productor que hoy tiene sembrado trigo. Si
quiere asegurar el riego precio, los contratos forward a Diciembre 2015
le marcan hoy un valor de 140 U$S la tonelada. Si ese productor hubiera
estado en la misma situación hace tres años, podría haber cerrado la
venta de su producción con entrega en diciembre 2012 a 245 U$S/tn.
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Si en la actualidad, un acopio, productor o canjeador vende maíz para
consumo y lo hace en una operación de contado con entrega inmediata,
podría obtener 880$/tn en el mercado disponible. Hace tres años hubiera
obtenido $ 670.- la tonelada. En pesos, el precio aumentó en 3 años un
31%. Pero si transformamos dichos valores en U$S estadounidenses con el
tipo de cambio de referencia del BCR, ahora obtendría 93 U$S/tn y hace 3
años hubiera podido obtener 144 U$S/tn.
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En la actualidad, los precios del maíz para exportación con entrega en
diciembre de 2015 se sitúan en 102 U$S/tn. Hace tres años, a diciembre
de 2012, el precio futuro era de 180 U$S.
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En el cuadro N°1, en el sector "indicadores financieros", vemos que la
devaluación en tres años fue del 102%. El tipo de cambio de referencia
del BCRA se encontraba el 4/9/2012 en 4,64 $por U$S. En la actualidad
cotiza 9,37 $ por dólar.
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También el cuadro N°1 refleja la fuerte caída del barril de petróleo en
tres años (50% de baja, pasando de 95 U$S el barril a 46 U$S) y el
fortalecimiento del dólar estadounidense, dos variables que impactan de
manera bajista en los precios de los granos y en los valores
internacionales del aceite de soja y girasol y biodiesel.
Reiteramos
lo dicho al inicio: los buenos indicadores de Argentina en el mercado
mundial de granos y oleaginosas no deben llamarnos a engaño, porque
estos lugares positivos se refieren casi exclusivamente al complejo
oleaginoso. El posicionamiento del maíz y del trigo de Argentina a nivel
mundial ha caído. Éramos el 2° exportador mundial de maíz y hoy somos
el 4°. La situación de la presente campaña es complicada y muchos
productores van a apuntar directamente a la soja, dejando de lado a
otros cultivos importantes para la sustentabilidad a mediano y largo
plazo del agroecosistema. Ya vimos la caída en el área sembrada de
trigo. Ahora vamos camino a ver la del maíz.