El maíz no encuentra estímulos para la siembra. Guillermo Rossi

Tanto el mercado internacional como el local han lateralizado en los últimos días, demostrando un relativo balance entre las fuerzas de oferta y demanda. En Chicago los futuros con vencimiento en diciembre revirtieron las ganancias de la semana pasada y ajustaron con pérdidas frente al viernes previo, afectados por el fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas, que resulta en una menor competitividad para la oferta exportable norteamericana frente a la presencia de Brasil. En tanto, a nivel local se conocieron muy pocas referencias de precio, en el marco del cese de comercialización propuesto por las entidades que se extendió durante toda la semana.
La cosecha del hemisferio norte está por comenzar en los principales núcleos de producción, esperándose la obtención de rendimientos medios inferiores a los récords del año pasado. En la Unión Europea se advierte una caída de la producción superior al 15%, que podría conducir a necesidad de importación por entre 6 y 8 millones de toneladas más que en 2014/15. En tanto, en Estados Unidos la situación es dispar, con pérdidas de superficie y rindes moderados hacia el este pero consolidándose un escenario formidable hacia el norte y oeste del cinturón maicero. Un ejemplo de esto último es el estado de Minnesota, lindante con Canadá, donde las expectativas son tan optimistas que los productores se plantean la amenaza de cómo lidiar en términos logísticos con una cosecha de tamaño tan abultado.
El USDA estima que la oferta total norteamericana alcanzará el mismo nivel que el año pasado, pues la menor producción se compensará con mayor disponibilidad de stocks al inicio. Entre ambas categorías el volumen se acerca a 400 millones de toneladas, es decir, casi 14 meses de consumo, dando la pauta de que el año 2015/16 finalizará con holgura. Esto podría limitar las intenciones de siembra de la próxima primavera, aunque la expectativa sea muy preliminar para tenerla en cuenta.
Por lo pronto, el consumo interno aparece como el principal factor de sostenimiento del precio en Estados Unidos, ante el considerable rezago que muestran las exportaciones y la gran competitividad de Sudamérica para cubrir la demanda de los próximos meses. Según datos del USDA, hasta el momento exportadores norteamericanos comprometieron el envío de apenas 6,6 millones de toneladas de maíz durante el ciclo 2015/16, volumen que representa el 14% del total de exportaciones proyectado para la campaña. Se trata del porcentaje más bajo desde el año 2005/06. Una situación similar se detecta en la soja. Por este motivo, las perspectivas de consumo animal y de la industria del etanol serán más relevantes que nunca para explicar la marcha del mercado durante los próximos meses.
En el plano local, la operatoria luce bastante disociada de las referencias externas, aunque los principales jugadores de la plaza siguen siendo los exportadores. En una semana sin valores abiertos en el recinto, los negocios fueron solamente puntuales y tomaron como referencia una idea de $ 900/ton para el segmento disponible, aunque predominaba el desinterés de la oferta en cerrar negocios.
De a poco el interés de los participantes del mercado comienza a focalizarse en las perspectivas de la nueva campaña, que lucen realmente complicadas. Los productores declaran intenciones de siembra en fuerte retroceso respecto de las coberturas del año pasado, lo que podría dar lugar a una considerable reducción del saldo exportable, frente a un consumo interno más bien rígido y con baja elasticidad al precio. En algunas regiones la disponibilidad de stocks remanentes es abundante, lo que limitará las apuestas al cultivo pese al sostenimiento de los precios que puedan ofrecer compradores cercanos. La siembra de los primeros lotes comenzará en pocos días más en aquellas zonas donde el relieve y las condiciones climáticas lo permitan.
Los precios forward se ubican referencialmente en u$s 120/ton para los meses de marzo y abril sobre Rosario. Buena parte de los negocios que se concretan no involucran mercadería de nueva producción, sino inventarios correspondientes al ciclo 2014/15. Esto obedece al gran diferencial de precios que muestra esta posición frente a valores de contado que no superan los u$s 100/ton. De todos modos, el volumen intercambiado es poco significativo.
Sobre el final de la semana trascendió que equipos de las carteras de Economía y Agricultura estudiaban medidas de estímulo para contener la caída de la superficie, fundamentalmente a través del apoyo crediticio del Banco Nación. Ante el poco atractivo de los márgenes, buena parte de los productores entiende que este año el negocio se sustentará en lo financiero. Si las tasas de interés permiten una estructura de financiamiento conveniente a lo largo de los meses, de mediar una corrección cambiaria como la esperada en Rofex los costos de producción expresados en dólares podrían caer, relajando el castigo que sufre el cereal. De todos modos, estas medidas son sólo un paliativo de corto plazo ante problemas que con el tiempo urge corregir, como el de los elevados costos de transporte.