El Presidente apuesta al agro, pero le piden que ese apoyo no sea gratis



Que hayan sido los técnicos del FMI los que respalden el freno a la baja de retenciones como una de las políticas fiscales que podría adoptar el gobierno argentino para bajar el déficit, fue un factor que ayudó y complicó en simultáneo a Mauricio Macri.

Que hayan sido los técnicos del FMI los que respalden el freno a la baja de retenciones como una de las políticas fiscales que podría adoptar el gobierno argentino para bajar el déficit, fue un factor que ayudó y complicó en simultáneo a Mauricio Macri. Por un lado, despegó a los funcionarios del ala económica de ser los responsables de impulsar una idea polémica y resistida con toda lógica tanto por el campo como por el ministro que lo representa, Luis Miguel Etchevehere.

Si bien en el Palacio de Hacienda y en la Casa Rosada saben que deberán mantener abiertas todas las opciones para cumplir la meta (eso significa no descartar nada, por más impopular que sea, como el impuesto a los viajes al exterior), en la interna fue el Fondo el que se hizo cargo de la recomendación que el Gobierno está obligado a estudiar y responder. La segunda consecuencia es que alentó a algunos gobernadores a preferir que el sacrificio lo hagan otros antes que tener que recortar las cuentas de sus propios distritos. Lo que complicó al Presidente en este tema es que en esta pulseada se sumaron dirigentes radicales, aliados de Cambiemos.

Para recapitular, lo primero que cabe remarcar es que cuando la discusión saltó por primera vez, Macri le garantizó a la Mesa de Enlace que las retenciones no se iban a tocar. El Gobierno había apostado al campo como uno de los sectores dinámicos que podían impulsar a la economía en 2016 y 2017, y lo mismo hubiera esperado para este año, si en el medio no hubiese aparecido la sequía.

Macri no puede desoír a sus socios políticos, a quienes recibió en Olivos. Pero tampoco puede poner en riesgo el apoyo del campo, uno de los sectores más fieles a su gestión, cuando se cumplen diez años del fin de la Resolución 125 y está por comenzar la Exposición Rural. Lo que los ruralistas deberían saber (y prepararse para una negociación) es que mantener la voluntad del Presidente de su lado no les resultará gratis. El primer mandatario sabe que los cereales y la lluvia darán revancha en 2019. Todo es cuestión de ponerse de acuerdo.