El novillo pesado saldrá a recuperar el terreno perdido. Ignacio Iriarte

Oferta ganadera muy alta, las más importante de los últimos nueve años.

Precios reales que muestran una recuperación parcial, al trabarse la comercialización semana a semana, sea por las lluvias, por los feriados o por los paros.

Un consumo masivo muy afectado por la devaluación, por la suba de tarifas y por el atraso salarial. Menor oferta de sustitutos, cuatro kilos menos de consumo per capita equivalente anual de pollo en lo que va del año.

Excelentes números para la industria exportadora, basados en la inusual rentabilidad que arroja el negocio con China. Alto cumplimiento del Hilton –quedarían sólo unas 1500 toneladas sin cumplir este año– y elevado volumen de novillos encerrados con destino a cuota 481.

Mientras tanto, los feedlots exhiben los niveles de ocupación más altos de los últimos años: a fin de junio, 10 por ciento más de ganado encerrado que el año pasado, que a su vez fue el registro más alto desde 2009. Con la probabilidad muy alta de que tengamos –entrando en el segundo semestre– una oferta muy abundante de ganado liviano terminado a corral.

Se están dando las primeras muestras de reducción de la oferta de novillos pesados y vacas manufactura o conserva. Con la posibilidad de que con el avance del invierno y con “la reserva de poder de compra” que tiene hoy la exportación, los precios de estas categorías comiencen a recuperar el terreno perdido.

Si se mantiene este tipo de cambio en términos reales, las exportaciones continuarán en ascenso, al comenzar a venderse al exterior muchos cortes de novillo o de vaca gorda (rueda, delantero), que hasta ahora se destinaban al consumo, porque éste pagaba mejor.

La subasta por los cortes disponibles se dará ahora entre un consumo interno muy afectado por la crisis, y una exportación con un “dólar-carne” muy competitivo: se exportará más, se consumirá menos, todo gradualmente.

Dos paradojas: el consumo está en crisis y la exportación está pasando un momento excepcional, pero la suba de precios (por menor oferta) se da en las categorías definidas de consumo, mientras que la hacienda de exportación evoluciona por debajo de la inflación y lejos del explosivo incremento en el tipo de cambio.

Otra: los feedlots, que dan de comer grano, están llenos, pero la hacienda que viene del campo, empieza a mostrar –especialmente los novillos– falta de terminación, porque a estos precios de la hacienda y del grano muchos productores limitan la suplementación al mínimo.

Hembras en la faena

En los cinco primeros meses del año 2016 se faenaron 1,92 millones de hembras (vacas, vaquillonas y terneras); al año siguiente, en el mismo período, la faena de estas categorías creció a 2,12 millones, lo que representa 10 por ciento más.

En enero-mayo de este año, la matanza ascendió a 2,48 millones de cabezas, un 17 por ciento más que el año pasado, y un 29 por ciento más que hace dos años. De lo que aumentó en total la faena en esos primeros cinco meses del año con respecto a enero-mayo del 2016, el 76 por ciento se trata de hembras. No estamos todavía en liquidación, pero hace rato que se interrumpió la retención.