Los precios de la hacienda podrían repuntar en primavera

Ignacio Iriarte
Habría motivos para desconfiar de estos bajos precios reales de la hacienda: en algún momento de la primavera –si no es antes–, esta altísima oferta ganadera, reflejo todavía de la seca reciente, tenderá a moderarse o a caer.
Se está vendiendo hacienda en forma adelantada; las peores consecuencias del alto precio del maíz no las está soportando la ganadería de carne vacuna, sino la “fabricación” de pollos y cerdos, cuyas oferta de carne, y sus precios al mostrador, se verán resentidas en los próximos meses.
Se vende mucho ganado porque los precios son bajos, y porque los precios son bajos se vende mucha hacienda, para vivir y para pagar los gastos del campo. Este círculo vicioso se podría cortar en primavera, de presentarse el clima favorable, y podría determinar una restricción temporal de la oferta, que gatille una recuperación de los precios del ganado, tanto del gordo como de la invernada.
El consumo, que es el 85 por ciento de la demanda, se presenta muy afectado por las subas tarifarias, por la devaluación y por los efectos de la altísima tasa de interés. En ese marco, absorbe todo lo que se le ofrece, pero exige a cambio una baja de precios: ha caído el gasto per capita en carne vacuna.
Exportaciones
En cuanto a la exportación, tiene hoy una “reserva de poder de compra” muy importante, producto de que hasta ahora no se ha visto obligada, como sucedió casi siempre en la historia, a trasladar a los precios del novillo pesado o de la vaca conserva o manufactura, los mayores ingresos resultantes de las recientes devaluaciones y el otorgamiento de los reintegros.
Como sigue teniendo un porcentaje muy importante de su producción destinada al consumo interno, continúa sin mayores variantes los negocios con novillo o vaca gorda (Hilton, 481, Israel, Chile, Rusia), pero ahora complementa de modo virtuoso todo esto con China, que contribuye no sólo completando la capacidad instalada de las plantas, sino que también aporta una rentabilidad inédita al negocio exportador.
Entre el negocio de China, de amplios márgenes, y la devaluación, la exportación está ganando dinero como nunca en los últimos quince años, y compra ganado en pie casi con displicencia.
La oferta de vacas es abundante y, como está trabajando al límite de su capacidad instalada, no necesita presionar sobre el novillo pesado, cuyo precio lleva más de seis meses sin variaciones de importancia. Es una inesperada primavera de rentabilidad, que aconseja no presionar sobre el mercado de ganado en pie.
La mayoría de los criadores de la zona pampeana, en febrero-marzo, se asustaron por la seca y vendieron de manera adelantada y masiva sus destetes. En abril-mayo, contra todo pronóstico, el tiempo se presentó lluvioso y cálido, y la recuperación de pasturas resultó extraordinaria, inesperada.
Todos los que alcanzaron a sembrar verdeos hace dos meses, con las primeras lluvias, hoy disponen de potreros muy empastados, y necesitan imperiosamente poblar. El criador que no llegó a vender todo su destete, ahora dispone de mucho pasto en el campo y mira el próximo invierno con mayor optimismo. Con todo, se estima que las reservas forrajeras son entre 30 y 40 por ciento inferiores a un año normal y, hasta que no se exprese plenamente el rigor del invierno, estas menores reservas no se sentirán.