Rosendo Fraga: "El Gobierno aprendió lo político-electoral, pero tiene un déficit en la gestión" Jorge Fernández Díaz

23 de abril de 2018  
Es un fino analista político, permanentemente requerido por el llamado "círculo rojo" y con un olfato muy sensible para detectar los cambios de tendencia o los riesgos que se avizoran en las procelosas aguas de la actualidad nacional. Rosendo Fraga analiza aquí las debilidades y fortalezas de Cambiemos, la encrucijada peronista, el retorno del nacionalismo, las debilidades de la Justicia y el impacto que el caso Odebrecht podría tener en la Argentina.
-A veces parece que la clase política vive en campaña electoral permanente...
-Sí, es la campaña electoral más larga de la historia argentina. En diciembre había una estrategia clara: 2018 sería el año del reformismo permanente, y el 2019, el de la reelección. Y esto es lo que cambió en enero. Ese año de reformismo permanente ha pasado a ser, como parte de una estrategia, otro año electoral, dejando la reforma para el segundo mandato. Y no para la segunda parte del primer mandato. ¿Por qué ha pasado esto? Porque la reforma previsional le ha costado al Presidente unos diez puntos de imagen.
-Como el reformismo hace perder mucha imagen, modifico el rumbo, congelo los cambios y difiero todo para 2020...
-Exacto. Fijate que es una estrategia donde se modifica el esquema; por eso, en el segundo trimestre y en términos políticos, el tema es el aborto: dos meses de testimonios, exposiciones, y recién en junio iría el proyecto a la cámara. En junio empieza el Mundial. Y en agosto estamos a un año de las PASO y a ocho meses de mayo, que es cuando se definen?candidaturas, espacios y alianzas. Me parece que esa es la estrategia política, y por eso en el primer cuatrimestre del año no se ha sancionado, efectivamente, ninguna ley, tomando en cuenta las dos cámaras. Y los DNU se empezaron a complicar. La gestión de gobierno quedó en un segundo plano, porque la campaña electoral ya está en el primero.
-El Gobierno está perdiendo muchas oportunidades, porque tiene una oposición fragmentada...
-Sí, se está perdiendo una gran oportunidad. Después de la elección, salió fortalecido políticamente porque quedó con más legisladores, y luego porque se constituyó un peronismo federal para negociar con Macri. Ese peronismo es una expresión política de los gobernadores, que como gente que ejerce el poder necesita negociar. Y así salió la reforma previsional. Que es la reforma que tuvo más costo en el mundo. Si ha salido esa reforma, hay muchas otras cosas que pueden salir, incluso algunas que son prioritarias y tienen mucho menos costo. Creo que el oficialismo tiene muy claro lo que es político-electoral y aprendió a hacerlo muy bien. Pero tiene un déficit en la gestión.
-El Gobierno no tiene una estrategia reformista verdadera en dos lugares claves: la Justicia y los servicios de inteligencia...
-Vamos primero con los jueces: para remover a un magistrado, se necesitan dos tercios de los senadores presentes. Estoy volviendo al tema político anterior. Porque con el Consejo de la Magistratura vos proponés cambiar o destituir un juez y después necesitás que dos tercios del Senado lo convaliden. Cambiemos tiene 25 senadores y el peronismo tiene otros 25. Entonces, ¿qué pasa? Mientras no resuelvas eso, lo institucional (porque el Senado cumple allí un papel institucional), vas a seguir arrastrando los casos puntuales. Entonces, el oficialismo, que ha cambiado 40 funcionarios entre jueces y fiscales, resulta que en Comodoro Py solo ha movido a dos. Y esa es la estructura que importa políticamente...
-La más conflictiva...
-Entonces, si el oficialismo se sienta a negociar con la oposición y tiene los dos tercios presentes, ahí cambia la relación de fuerzas con la Justicia. Este es un gobierno que en el Consejo de la Magistratura lanzó y armó una mayoría, a veces un poco precaria, pero que le permite avanzar. Ahora, le falta la parte política. Con los servicios de inteligencia hay una descomposición que no empezó ahora, que viene desde hace tiempo. No es un problema de tipo político: allí se instalan agentes, grupos, integrantes que terminan trabajando para afuera?
-Agencias paralelas...
-Entonces, se te mezcla lo profesional y estatal con intereses privados. Donde yo detecto el verdadero conflicto es en este punto. Porque si veo un agente de inteligencia metido en tal gestión?Mirá, para los medios y para la gente en general, la AFI es el Estado, y hoy no necesariamente es así. Por eso el Gobierno tiene que meterse y trabajar por una AFI que sirva solo para la administración pública y deje de lado los intereses particulares.
-¿Le puede salir bien al Gobierno su plan económico?
-No soy economista. Pero creo lo siguiente: el presidente Macri, el 1º de marzo, habló del "crecimiento invisible". Aludía a cuando crecés entre el 2 y el 3%. Eso es económicamente correcto, aunque cuando crecés en esa proporción la gente no lo siente. Lo que dijo el Presidente sobre el crecimiento invisible marca que ha captado correctamente esta situación. Este es el crecimiento de las elecciones de 2013, 2015, 2017, y va camino a ser la de 2019. Y creo que Macri lo tiene claro: cuando el crecimiento es de ese tamaño, la elección se define más por factores políticos que por otra cosa. Con el mismo crecimiento con el que Cristina perdió el 2013 y el 2015 Macri ganó el 2017. ¿Por qué? En los tres casos pesó más la política para volcar la elección.
-¿Sería más o menos razonable que Macri fuera reelegido si no hubiera un accidente macroeconómico de por medio?
-Sí, y con un factor político, que el Gobierno tiene bien presente y es el grado de unidad o fragmentación del peronismo. Porque la economía te da un marco. Si se crece más de 3 o 4%, la economía te empieza a resolver la elección, y por debajo de 2% te la empieza a complicar. Pero no es lo que viene pasando en las tres elecciones anteriores. Podés ganar creciendo al 2,5%.
-¿Qué va a suceder entonces con el peronismo?
-Lo vamos a saber en mayo del año próximo. Falta mucho. Primero, hago una referencia histórica: un año y medio antes de la elección de Menem, él era el candidato que iba a perder la interna con Cafiero. Y Cafiero, el que iba a perder la elección presidencial contra Angeloz. Un año y medio después, Cafiero no existía como candidato. Un año y medio es mucho tiempo en términos de experiencia política. En mayo de 2019 se van a definir los espacios o alianzas y las candidaturas. En junio es el límite para presentarlas y luego vienen las PASO. Si el peronismo acuerda competir dentro de un mismo espacio para que quede un candidato, diría que es el peronismo unido. El peronismo unido se hubiera dado, recordemos, si Cristina hubiera aceptado las PASO con Randazzo para que quedara uno. Eso no ocurrió. Cristina fue a la división y a lo mejor eso le costó la elección de la provincia de Buenos Aires. Hace unas semanas tuvimos los dos sectores delineados. En Gualeguaychú tuvimos la reunión del Peronismo Federal, convocado por Pichetto, con representantes de Massa y los gobernadores? Pero también tuvimos días atrás, en Catamarca, al peronismo K, con dirigentes del kirchnerismo -Rossi como figura principal, a quien Cristina ha hecho empezar a "caminar" el país para ser un eventual candidato- y disidentes de Sergio Massa. Ahora, ¿cómo sería que el peronismo vaya unido? Si el peronismo federal, hipotéticamente, va con Urtubey, y el peronismo K, con Rossi, y de los dos queda uno luego de las PASO. ¿Ocurrirá? Lo vamos a saber recién en mayo. Ahora, si van divididos, es una gran ventaja para el Gobierno. Tampoco significa que si van todos juntos el peronismo gana, sino que se torna más competitivo. Este sería un factor político que no jugaría a favor del Gobierno. Con el peronismo dividido, por el contrario, las chances del oficialismo obviamente se refuerzan.
-¿Por qué pierde tanto espacio en el mundo la centroizquierda?
-Si yo le pusiera un título a lo que está pasando en el mundo, diría que experimentamos "el retorno al nacionalismo". Para mí, es más una cultura que una ideología. Y a la fuerza política que más le cuesta adaptarse a eso, en mi opinión, es?a la socialdemocracia. Se le hace más fácil a la izquierda pura -Mélenchon en Francia- y no digamos a los neonazis o neofascistas. A la expresión política a la que más le cuesta es a la socialdemocracia. La actual idea de retorno del nacionalismo tiene que ver con las relaciones globales: los Estados vuelven a ser protagonistas; el marco internacional no desaparece, pero se debilita, y vamos a un escenario de varias potencias dominantes. La socialdemocracia es la fuerza a la que más le cuesta adaptarse a este cambio.
-Fijate que hay procesos de centrismo: Ciudadanos, a la cabeza de las encuestas en España; Macron, que es un centrista, pero además un tanto nacionalista...
-Macron sigue una tradición francesa que se apoya en rasgos nacionalistas. El otro día le hicieron una entrevista en el diario alemán Der Spiegel, le preguntaron qué se sentía al habitar el Elíseo. Macron respondió: ocupar el mismo lugar donde vivieron Napoleón I, Napoleón III y De Gaulle? ¡Mirá qué tres eligió! Se siente el eslabón de esa historia. Además, el idioma, algo que tiene muy presente, para potenciarlo. ¡Ni les permitió a los córcegos el doble idioma!
-Ha sido muy proteccionista con la Argentina, a punto tal de frenar un acuerdo comercial...
-Sí, el acuerdo Mercosur-UE se complicó. Y se complicó en gran medida por Francia y su política de no bajar aranceles en alimentos, que tiene además una razón histórica y de la cual se cumplen cien años. Un millón de franceses murieron de hambre en la Primera Guerra, y desde entonces se prometieron que nunca más pasaría eso. En la Segunda, no murió nadie de hambre. La gente dice que los franceses protegen sus alimentos porque hay 3% de votos que pertenecen a los agricultores. Tiene mucho más que ver con una visión estratégica que con una visión electoral.
-Algún analista político podría decir que Macri va a contramano, porque los argentinos somos expertos en nacionalismos...
-Si pudiera darle un consejo a Macri, le recomendaría usar un poco más el celeste y blanco y un poco menos el amarillo. No regalar ese espacio. Ahora, hasta hoy, las expresiones nacionalistas las tenés en Asia. El primer ministro Shinzo Abe, de Japón, es un nacionalista muy firme. El primer ministro indio, también. La única región donde eso no está claro es América Latina. De cualquier modo, diría que tenemos de manera inminente un proceso de elecciones claves, que definen el rumbo político de la región, y no está hasta ahora tan claro. Colombia en mayo, con 50 millones de habitantes; México en julio, con 130 millones de habitantes, y Brasil en octubre, con más de 200 millones de habitantes. Esto es el 70% de la región, poblacionalmente hablando, y va a definir la dirección que tomará América Latina. Para mí, Brasil con un interrogante, México con una tendencia, y Colombia en un escenario probable, pero totalmente distinto, porque seguramente un candidato de centroizquierda llegue a segunda vuelta.
-Hay sectores de la Argentina que valoran muchísimo la fortaleza institucional y judicial de Brasil; sin embargo, se asustan con ciertas asperezas del juez Moro. ¿Cómo ves ese proceso y cómo es mirarnos en ese espejo?
-La causa Odebrecht está abierta en 15 países y en solo dos no avanzó: Venezuela y la Argentina. Esto nos tiene que hacer reflexionar. Marcelo Odebrecht estuvo preso más de un año en Brasil, y eso contribuyó a la caída de Dilma. El presidente de Perú ha sido destituido -en realidad renunció antes de ser destituido-, Santos en Colombia debió entregar varios ministros; un expresidente preso en Panamá, y podría mencionarte una cantidad de casos. Sin embargo, en nuestro país eso no avanzó mucho? Es que se necesita un acuerdo con la Justicia brasileña y ese acuerdo es por la "delación premiada" y me parece que no están dispuestos? Mirá, lo veo más como pretexto que como argumento. No todos los países tienen delación premiada. Perú no la tiene; México tampoco, y tuvieron que parar la causa volteando a un procurador.
-¿Estás diciendo que el oficialismo y la oposición no están decididos a que el caso Odebrecht continúe en la Argentina?
-Pero esto tampoco quiere decir que sea así siempre. La política no es una matemática, sino un proceso que se puede cortar, doblar, empujar. De cualquier manera, diría que en las últimas semanas se pudo ver que esa causa se puso en marcha. Es un expediente tremendamente importante, porque el número uno de Odebrecht ha dicho que han financiado campañas electorales en todos los países donde trabajaron. Y que apostaban a varios partidos. Esto?lo ha dicho públicamente y también en el expediente?
-¿Qué pensás de los argumentos del PT, sugeridos y acompañados en la Argentina y en ciertos países, según los cuales la Justicia debería respetar de algún modo la popularidad?
-Cuestiono la interpretación ideológica que hizo Cristina, que ve una ofensiva contra los gobiernos populistas de la región. El 21 de marzo cayó Kuczynski en Perú, que es el arquetipo de presidente neoliberal, más que Macri o Piñera. De los 14 presidentes presos en los últimos años en América Latina, tenés en la cárcel a Molina en Guatemala, a Saca en El Salvador y a Martinelli en Panamá: los tres son de centroderecha. ¡Alemán, en Nicaragua, es de centroderecha! Por eso cuestiono el componente ideológico. Esto se puede disparar en todas las direcciones y eso nos muestra una matriz de corrupción de la política. ¿Ahora, la corrupción termina con un líder popular en América Latina? Yo creo que no. En la Argentina tuvimos el caso de Perón; todo un arco antiperonista planteaba una cuestión ética, que no funcionó. Podría plantearse el tema con Cristina en la provincia de Buenos Aires, pero sacó un tercio de los votos. La ética pesa más en los sectores medios y menos en los sectores populares. Sobre líderes políticos a los que la ética los daña poco o nada en América Latina tenemos varios casos.

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