Con distintos escenarios transcurre una campaña con dificultades


Cada empresa enfocando el año según su ánimo, su espalda finnanciera y su capacidad crediticia, esto recién empieza, el agro no se detiene.

La consultora Zorraquin + Meneses y Asociados analizó la aparición de las estimaciones ofi­ciales de producción del Ministerio de Agroindustria, estimando 37,8 millones de toneladas de soja y 42 millones de maíz (incluye unas 10 millones de toneladas de consumo interno). A nivel país un impacto importante sobre el bolsillo de los que siembran y sobre las actividades relacionadas directa e indirectamente al campo. No se dijo nada de girasol, pero de los tres ha sido el menos golpeado e incluso hay rindes muy altos en algunas zonas del sudeste de Buenos Aires.

No se dijo nada de ganadería y lechería, porque no se sabe o no se puede medir la caída de materia seca (el pasto) y la caída obligada de la carga animal en los campos o el aumento de costos para suplementar. Los negocios serán muy malos para algunos, regulares para otros y buenos para los que fueron bene­ciados por el clima y puedan aprovechar los buenos precios agrícolas. No así los precios ganaderos y lecheros que dejan mucho que desear.

Complejo para diagnosticar una situación general aunque es claro que se arranca una campaña 18-19 con dificultades. Cada empresa revisando sus datos micro y enfocando el año según su ánimo, su espalda fi­nanciera, su capacidad crediticia...esto recién empieza, el agro no se detiene.

Con respecto a la Importación de soja, causó gran revuelo la noticia de que empresas privadas, no el gobierno, han realizado importaciones de soja de EEUU para cubrir un posible faltante para la industria. Hay gente enojada porque se ve como una forma de limitar el precio al productor.

Es posible que tenga algún impacto, pero nuestro país ya importa anualmente de países vecinos casi 2 millones de toneladas al año. O sea que esto ya viene ocurriendo. Si el país mantiene esta política de abrirse al mundo, la libre oferta y el libre comercio serán parte del juego, siempre cuidando al máximo los aspectos sanitarios y las políticas anti dumping. Quizá la discusión de fondo que se menciona poco es que estas importaciones temporarias se realizan teniendo la soja local aún vigentes los derechos de exportación.

Desde el punto de vista de los mercados, el conflicto entre EEUU y China generó en la mañana del 4 de abril un movimiento importante en el mercado de CBOT para la cotización de la soja, movimiento que no se vio reflejado en el mercado local. Posteriormente el mercado de EEUU se fue normalizando. La sequía Argentina, los conflictos internacionales aparte del mencionado (misiles de EEUU a Siria), nos indican que estamos ante mercados de muy difícil pronóstico y con posibles importantes variaciones de precios que tendrán impacto en la presente campaña y la campaña 18/19. Ante este tipo de situaciones, la evolución de los precios no sigue NINGUNA lógica conocida o estudiada.



Paralelamente, el negocio ganadero: sigue el deterioro de precios y el exceso de oferta de animales en pie. Hasta para vender novillos gordos dan cupo para varios días para adelante. Los vientres siguen valiendo menos que el año pasado para esta época. Los campos afectados por sequía con mala base forrajera para el invierno, cuidando la hacienda para pasarlo lo mejor posible y eliminando los animales menos aptos.

Terneros de 170 a 180 kilos valen entre 38 y 42 $/kilos, vientres preñados usados entre $9000 y $11000. Atractivo para comprar, ya que es cuestión de tiempo para que se produzca el tradicional "rebote" de precios, porque la exportación sigue con volúmenes crecientes (en el 2017 creció el 34% respecto a 2016) y el consumo interno no afloja. Feed lots con buena relación de compra-venta aunque con alto costo de suplementación y costos fi­jos, pero los corrales se van llenando y aseguran carne para los mostradores en primavera.

Por otro lado, en el negocio Lechero la sorpresa del mes fue la compra de Sancor por parte de Adeco Agro, ganándole de mano a Fonterra. Hay expectativa por saber cómo encarará el negocio y se espera que sea un actor relevante en la profesionalización de esta industria en la que suele suceder que se prefi­ere pagar por litro de leche y no por kilo de sólido o de proteína. Muchas veces tienen peor precio relativo los que producen leche de mejor calidad, encareciendo la logística, quitando estímulos a los que producen bien y sin reglas claras sobre qué quiere la demanda (leche, grasa, proteína...). La leche se paga unos 6 $/litro y al negocio, afectado por la sequía y el aumento de costos de alimentación, le cuesta repuntar.