Por primera vez en muchos años, la exportación está ganando plata

En muchas categorías y cortes vacunos, los frigoríficos tienen hoy mejores alternativas de precios en el exterior que en el mercado doméstico. 

Hacia fines del año pasado se proyectaban las exportaciones de carne vacuna para 2018 en el orden de las 360 mil toneladas res con hueso. Pero dos hechos registrados en los últimos meses ameritan corregir esa estimación hacia arriba: primero, la devaluación registrada después de la conferencia de prensa del Ministerio de Economía (28 de diciembre), que se agrega a la devaluación de mediados de año (efecto Cristina) y al otorgamiento de reintegros.
El segundo es la grave seca que afecta a gran parte del país, que obligaría a los criadores en los próximos meses, para aliviar los campos, a desprenderse de una cantidad no prevista de hacienda en general y particularmente de vacas, tanto manufactura como conserva.
Estas categorías son, justamente, la mercadería que demanda China, mercado que en los últimos meses se muestra insaciable.
Además, por primera vez en muchos años, el sector exportador no ha trasladado al precio de la hacienda para exportación (novillo pesado, vaca) la mejora recibida en el tipo de cambio.
Mejora en el "dólar carne"
Con las recientes devaluaciones, pero especialmente con la última de fines de diciembre y principios de enero, y con el cobro de los reintegros, el precio del novillo pesado en dólares “carne” ha bajado de 3,40 dólares por kilo en gancho (julio) a 3,00-3,10 por kilo en la actualidad. Y se ubica por debajo de las cotizaciones en Uruguay y Paraguay, y algo por encima de Brasil.
A diferencia de otras devaluaciones recientes (2014, 2015/2016), esta vez la exportación no resignó el mayor poder de compra que le dio la devaluación en el precio del ganado, porque esta vez la demanda del consumo interno no convalidó la suba de precios ni continuó la competencia por captar los novillos.
El mercado está lleno de sustitutos a bajo precio, y los consumidores argentinos tienen un menor ingreso disponible por los efectos de la suba de tarifas y por la misma devaluación, que ha encarecido muchos bienes.
La mejora en el dólar “carne” se ha trasladado directamente a los ingresos de los frigoríficos, lo que combinado con un novillo pesado o vaca, cuyos precios han subido, pero muy poco, han determinado que por primera vez en muchos años –ya no nos acordamos cuántos–, la exportación desde diciembre último esté ganando dinero.
Es sencillo, en muchas categorías y cortes hoy tenemos mejores alternativas de precios en el exterior que en el mercado doméstico.