Discurso de Luis Macario Agrojornada


Hemos pasado, sin solución de continuidad, de padecer inundaciones a una sequía feroz – hay quienes dicen que es la peor de los últimos 40 años- que pone en jaque a nuestras empresas agropecuarias y por añadidura a todo su efecto expansivo, desde el transporte a los fabricantes de maquinarias, de las agroindustrias que necesitan las materias primas para funcionar a la construcción y a las empresas automotrices, y a una prácticamente interminable lista de pequeños negocios en nuestro interior profundo que tienen asegurado su desarrollo y crecimiento a partir de las buenas cosechas. También la ganadería y la lechería sufrirán las consecuencias de la menor producción por la disminución de recursos para la alimentación de los animales y el aumento de los costos derivado de los precios que seguramente impactarán en el mercado. La producción de la cosecha gruesa está definitivamente dañada en el volumen y toda la Argentina sentirá el efecto de un campo que sufre.
El Estado, que en nuestro país tiene un rol protagónico en nuestra economía, también verá resentido sus ingresos como consecuencia de una cosecha magra. El campo en su conjunto genera una parte muy importante de los recursos que necesita el Estado para funcionar. De hecho, todavía las retenciones a la soja se mantienen vigentes, con una tasa progresiva de descuento, tal como fue la promesa del Gobierno que, hay que decirlo, está cumpliendo. Conceptualmente, los derechos de exportación son el peor impuesto posible y tarde o temprano deberán eliminarse: No diferencia entre quien tiene resultado positivo y negativo, discrimina al agro ya que otros sectores que exportan no tienen la misma carga impositiva, los recursos generados son distribuidos parcialmente por la Nación de un modo que desfavorece a las provincias productoras.
Entonces, está bien que desde la más alta magistratura se manifieste que no dejarán solo al campo. Es absolutamente necesario que exista un apoyo financiero para aquellos que han apostado a la producción y que por una variable incontrolable, como es el clima, estén a punto de caerse del sistema productivo. Es necesario que las declaraciones se transformen en acciones y que verdaderamente llegue el auxilio financiero a través de créditos blandos que permitan refinanciar las pérdidas en un plazo razonable. No hacerlo significa matar a la gallina de los huevos de oro.
Ahora bien, la coyuntura nos hace ser monotemáticos y hablar sólo de la sequía, como el año pasado lo hacíamos de las inundaciones, pero creo que debemos ser más proactivos y aprender las lecciones del presente y del pasado. Es imperioso avanzar en algún sistema de seguros que permitan acotar los riesgos. Para ello es absolutamente vital la interacción pública-privada. Instituciones como la nuestra estamos en deuda con nuestro sector por no haber presentado una propuesta formal y profesional a nuestras autoridades. También es necesario el acompañamiento del Estado para bancar el sistema como así también de un aporte solidario del sector, pensando que si hoy no nos toca, nos puede suceder el próximo año.
No tenemos tiempo aquí de hacer un racconto sobre todo lo que observamos desde la BCCBA que está sucediendo desde el punto de vista económico, social y político, pero sí remarcar algunos temas que nos preocupan:
  • Déficit fiscal e inflación: a nuestro criterio, dos caras de la misma moneda y talón de Aquiles de la economía argentina. El Gobierno Nacional se ha decidido por una política gradualista, que respetamos en pos de proteger los sectores más vulnerables, pero advertimos que si el gradualismo no tiene un ritmo adecuado, las leyes de la economía por sí solas impondrán una salida de shock, que sería más de lo mismo que hemos padecido en otras crisis. No es sostenible que se gaste consistentemente más de lo que se recauda y en ello el Estado debe predicar con el ejemplo para luego pedirle un esfuerzo al resto de los sectores.
  • Mejora en la competitividad: Argentina es un país muy caro, y cada vez cuesta más competir en el mundo. En este punto quisiéramos rescatar una iniciativa que consideramos muy importante a los efectos de mitigar en parte el efecto de los costos logísticos y que son los bitrenes.
En los últimos años la producción de granos en Argentina ha crecido de manera constante por un incremento en la superficie sembrada y mayores niveles de productividad por hectárea, alcanzando las 130 millones de toneladas en la última campaña. Como uno de los principales proveedores de alimentos del mundo, la disminución de los costos logísticos es una variable clave para poder competir y ofrecer nuestros granos a mejores precios en el mercado nacional e internacional.
En este contexto, los bitrenes aparecen como una alternativa complementaria a otras relacionadas con el mejoramiento de la infraestructura vial, ferroviaria y marítima para mejorar la competitividad de la agroindustria nacional, y que actualmente encuentra sustento legal a través del D.N.U. N° 27/2018 de fecha 11/02/18 del Poder Ejecutivo Nacional, que autorizó la circulación de bitrenes en determinados corredores viales.
Esta modalidad permite transportar entre un 30% y 60% más de carga con una reducción potencial de costos de hasta el 35%. Se presenta como una alternativa más sustentable por reducir el consumo de combustible, y en consecuencia disminuir las emisiones de dióxido de carbono. Otra de las ventajas de este medio de transporte es que suma seguridad a las superpobladas rutas argentinas, debido a que se necesita una menor cantidad de unidades para transportar un mismo nivel de producción.
Además, es importante resaltar que esta medida no generará una menor demanda de camiones tradicionales para el transporte de granos, sino que actuará como complemento ante crecientes volúmenes de producción de nuestro país.
Por lo anterior, la Bolsa de Cereales de Córdoba acompaña la iniciativa del Gobernador de la Provincia de Córdoba, Cr. Juan Schiaretti, de enviar un proyecto de Ley que habilite la circulación de bitrenes en nuestra Provincia, lo cual redundará en beneficios para toda la cadena agroindustrial, abaratando los costos logísticos, generando mejoras y mayores oportunidades.
  • Creemos que es importante que el gobierno nacional haga una clara descripción de cuáles son las políticas de estado para todo el sector de la Agroindustria, porque a nuestro criterio, no hay una clara enunciación de las mismas. Hemos celebrado la eliminación de las retenciones a los granos con la excepción de la soja, la unificación del tipo de cambio y la eliminación de las ROE, que han resultado en importantes incentivos para el aumento de la producción; pero eso sólo no puede ser una política de estado para el sector. Ley de semillas, ley de fertilizantes, acuerdos comerciales con el mundo, programas de incentivos para la generación de valor agregado en origen, son solo ejemplos de lo que el sector quisiera ver ya en la práctica.
  • Desde la BCCBA instamos a que nos esforcemos a hacer un cambio cultural y que fortalezcamos las instancias de diálogo para la resolución de los conflictos. No puede ser que en cualquier tipo de negociación se empiece con una huelga. Ese debiera ser el último recurso, no el primero. La huelga es un derecho constitucional, pero debemos encontrar una manera más racional de resolver los conflictos.
  • Hoy estamos escuchando todo tipo de especulaciones relacionadas con el próximo año en el que tendremos elecciones para presidente. No podemos vivir permanentemente en campaña electoral. El gobierno que fue elegido tiene que dedicarse a gobernar y a tomar decisiones que no siempre tienen un rédito político pero que son necesarias para que el país se encamine hacia una senda de crecimiento.

Queremos destacar a nuestro Gobierno de Córdoba, que en el área del Ministerio de Agricultura ha avanzado con importantes decisiones que han colocado a nuestra provincia a la vanguardia. BP Agropecuarias con un incentivo para quienes hacen las cosas bien es un programa inédito, la ley Agroforestal, la ley de agroquímicos, la política de conservación de suelos, entre otras, demuestran que trabajando en forma colaborativa con el sector privado, se pueden realizar importantes avances. Siempre faltan cosas, pero miremos el vaso medio lleno y no el vaso medio vacío.