Repensar estrategias comerciales y financieras

Los cambios en los patrones de consumo, el menor poder adquisitivo de las familias, la demora en las paritarias, más inflación y un mercado más ajustado obligan a repensar los caminos empresariales para el año 2018. 

Los cambios desde el 28 de diciembre son radicales, en el ámbito interno y externo. En el exterior comenzó un proceso de suba de tasas que elevó considerablemente el riesgo país de argentina. Mientras que en el mes de diciembre un bono a 9 años rendía el 5,5% anual, hoy el mismo bono rinde el 6,8% anual. Internamente, las tasas de lebac que rendían el 29,5% anual, ahora se ubican en el 26,5% anual. El dólar que valía $ 17,30 hoy se ubica en $ 20,00. Claramente hubo realineamiento de variables, que obliga a pensar distinto el año 2018. 

El gobierno le dio todo el poder económico a la jefatura de gabinete, y nos encontramos frente a un nuevo experimento de política económica, en donde hay muchas decisiones que son difíciles de analizar, en un contexto económico muy adverso. 

El gobierno exigió al Banco Central bajar la tasa de interés, justo en el mismo momento que subía el riesgo país de argentina. Esto implicó una baja de 3% en la tasa en pesos y una suba del 1% en la tasa en dólares para bonos con duración mayor a 4 años. Esto genero un incentivo a la compra de bonos en dólares y tuvo como consecuencia una devaluación del singo monetario. 

El nuevo valor del peso aún no fue medido por el mercado, solo sabremos en abril o mayo si el déficit de balanza comercial se atempero o los argentinos viajaran menos al exterior, lo que está claro es que tenemos un dólar más competitivo con menos poder adquisitivo en las familias.  

La suba del dólar arrastra a varios precios de la economía, la nafta en los últimos 12 meses subió el 28,7%, mientras que el dólar el 30% anual, esto demuestra que nuestra economía sigue pasando a precios toda suba en el tipo de cambio. 

El mes de febrero ha sido muy negativo para las empresas, tuvimos 3 paros bancarios, una movilización y dos feriados, en un mes que arranco con 20 días hábiles y terminaríamos con solo 15 días efectivos. Claramente se derritieron las ventas, la recaudación tributaria de febrero será menor a la esperada, y ese dato lo conoceremos en abril próximo. 

La inflación se proyecta en niveles elevadísimos respecto a las proyecciones del gobierno, mientras que el Banco Central espera un 15% anual, el año podría culminar en niveles del 23% anual, dada la fuerte suba del primer semestre, en donde el impacto de las actualizaciones tarifarias, suba del dólar, la sequía y las paritarias impactaran en los costos de las empresas, dada la escasa inversión de la economía doméstica. 

El año 2018 es un año que será a perdida, y lo único que podemos esperar es tener revancha en el año 2019. La cosecha de soja y maíz tendrá una importante merma por la sequía. El comercio tiene ventas en baja, producto de que los asalariados conviven con salarios 2017 y precios 2018. La suba de tarifas del primer trimestre le quita poder adquisitivo a las familias que se tendrán que adaptar a un nuevo consumo de energía eléctrica y gas, más abanicos y ropa de abrigo, las tarifas estarán intratables. 

Este nuevo escenario está delineando un mapa de consumo muy distinto al que teníamos los años anteriores. La variable precio pasa a ser decisiva a la hora de realizar las compras, sin importar el nombre de la marca. Las empresas encuentran dificultad a la hora de trasladar los costos, y lo que se advierta es una pérdida de rentabilidad, que no invita a realizar nuevas inversiones. 

El mercado muestra un cambio vertiginoso, ya sea por la variable precios, como también por la demanda del consumidor, que en muchos casos determina nuevos perfiles de negocios. La aparición de la cerveza artesanal como nueva bebida para los jóvenes, cambia la ecuación de rentabilidad de negocios tradicionales que se apoyaban en otra gama de bebidas a ofertar. Los helados artesanales están siendo reemplazados por paletas que atraen a un público joven dispuesto al cambio. El taxi es sustituido por Huber. Las aplicaciones de celulares reemplazan al teléfono a la hora de hacer un pedido a domicilio, y podríamos recitar una gran cantidad de cambios en los patrones de consumo, que enlazados con las menores ventas y caída de poder adquisitivo generan un combo que obligan al empresario a repensar su estrategia frente al mercado. 

Conclusiones.

. - El mix de suba de impuestos provinciales, municipales y tarifas cambian los presupuestos de muchos artículos de la familia que en muchos casos no son de primera necesidad, como esparcimiento, indumentaria, bazar y electrodomésticos. 

. - El empleo se ha comenzado a resentir, producto de las reestructuraciones empresariales que se llevan adelante, para adaptarse al nuevo escenario del mercado. 

. - El gobierno está realizando menos gasto de capital, y lo mismo podría ocurrir en muchas provincias argentinas. Esto alienta a pensar que la economía no crecerá más del 2,5% en el año 2018. 

. - El consumo seguirá estable, pero los consumidores mutaran de marcas buscando mejores relaciones precio y calidad. En esto hay que tener presente que los cambios en los patrones de comportamiento serán determinantes para sacarle ventaja al mercado, o perecer en el intento de cambiar o quedarse inmovilizado. 

. - Inflación en el orden del 23% anual, un dólar que terminaría el año en torno de los $ 23,50, menos producción de soja y maíz son noticias que no deben alarmar, pero que obligaran a repensar estrategias empresariales. Por otro lado, la mejora en la economía de Brasil, incremento en los precios a futuros de las materias primas agrícolas y más inversiones en áreas como minería, petróleo y energía renovable deberían alentar a ser un poco menos pesimistas. Como diría Pancho Ibañez la supervivencia del más apto. 

 Salvador Di Stefano