Siete días determinantes: el clima domina los mercados

Pablo Adreani
Si bien entramos en la segunda quincena de enero, donde muchas variables ya deberían haber tenido influencia en la evolución de los cultivos y su impacto en el volumen final de las cosechas, existe una ventana de esperanza en función de los pronósticos climáticos de corto plazo. Ya no es necesario estudiar las perspectivas climáticas de aquí a los próximos meses; la necesidad es ahora, en 24 horas. Por este motivo cobran gran importancia los pronósticos para el corto plazo.
Esta semana, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires emitió su informe de Perspectivas Agroclimáticas para el período del 18 al 24 de enero. El informe muestra un volumen importante de lluvias en cantidad y cobertura sobre distintas zonas del país, que están necesitando lluvias en forma inmediata.
Es el caso de las provincias de Salta y Tucumán y el centro y norte de Santiago del Estero, donde la ventana de siembra de soja se cierra en pocos días. Para esta zona se están pronosticando lluvias acumuladas en la próxima semana por un total de 75 a 150 milímetros.
De ocurrir estas lluvias es muy probable que los productores se larguen a sembrar la soja, más del 40 por ciento de superficie que les falta, arriesgando menor rendimiento por sembrar en forma tardía. Lo mismo sucederá con el maíz, donde faltan sembrar en el NEA y NOA más del 60 por ciento de la superficie proyectada, pero en esta caso la ventana de siembra se extiende hasta fines de enero.
Otra zona que va a recibir lluvias de importancia, en un rango acumulado de 50 a 120 milímetros es el noreste de Córdoba y centro de Santa Fe, franja que se extiende hasta el centro-sur de Corrientes. En el resto de la pampa húmeda, las lluvias pronosticadas van de un rango de cinco a 25 milímetros, según la zona. En el balance macro, quedan por sembrar un millón de hectáreas de soja, con un equivalente productivo de 2,5 millones de toneladas y 800.000 hectáreas de maíz, con un volumen de producción equivalente de 4,8 millones de toneladas. Se trata de cifras de mucha importancia a la hora de proyectar el volumen final de la cosecha y, en consecuencia, el resultante saldo exportable o los volúmenes para la industria aceitera en el caso de la soja.
Esta incertidumbre climática y productiva, que se definirá de aquí a los próximos siete días, es hoy el principal factor de impacto en los mercados. Por este motivo, el precio de la soja disponible cotiza a una prima de ocho dólares por tonelada con respecto al precio de la soja futura nueva cosecha. El cierre del Matba del miércoles, soja disponible a 272 dólares contra la soja posición futura mayo a 268, consolida un inverselógico en el mercado entre la vieja cosecha y la nueva. La industria de soja tiene como estrategia comprar toda la soja disponible que aparezca, ante la incertidumbre climática y productiva que pesa sobre el mercado.
Bajo nuestro análisis, una lluvia en cantidad y cobertura como la que pronostica el Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, podría tener un fuerte impacto bajista sobre los precios de la soja disponible, y perder buena parte de esa prima climática de ocho dólares.
En el mercado de maíz, casi no hay prima climática entre el disponible y los futuros nueva cosecha. Al cierre de mitad de semana, en el Matba el maíz disponible cerraba a 153 dólares, el nivel más alto del último semestre, mientras que las posiciones nueva cosecha, abril cerraban a 152. Podemos decir que, en el caso del maíz, el riesgo climático productivo es mucho mayor pues quedan por sembrar el equivalente de cinco millones de toneladas, con impacto directo en el saldo exportable. La hipótesis de producción de 40 millones de toneladas de maíz va quedando cada vez más lejana, si el patrón climático de sequía no logra cambiar su rumbo y tendencia. Sabremos la verdad de aquí a los próximos siete días.