La fortaleza de la demanda sostiene los precios del trigo EMILCE TERRÉ

La demanda de trigo alcanzó un récord histórico en la campaña 2016/17 y más que compensó el salto del 67% en la producción y del 20% en la oferta total. Como resultado, el stock final para dicho ciclo cayó 1,2 millones de toneladas respecto al año anterior para situarse en apenas 300.000 toneladas. Los ajustados inventarios, sumados a dificultades al momento de la siembra 2017/18 por excesos hídricos redundan en un ajuste de la oferta nueva a la baja que pone un coto a la demanda y apuntala los precios. Incluso con rindes mejores a lo previsto en torno a los 33 quintales, las exportaciones del nuevo año comercial no podrán repetir la excelente performance del pasado.

El stock final de trigo de la campaña 2016/17 que cerró el pasado 30 de noviembre es de apenas 0,3 millones de toneladas, el menor carry en más de dos décadas. En ese entonces, Argentina usaba un 30% menos de trigo que en la actualidad. Hoy, ese volumen de inventarios apenas cubre 15 días de consumo interno o 6 de demanda total. 

Del lado de la oferta, el área sembrada aumentó en la campaña 2016/17 un 45% respecto del ciclo anterior, mientras que los rindes mejoraron un 15%, facilitando un aumento de la producción de nada menos que un 67% en un año. El stock inicial de dicho ciclo, en tanto, con 1,5 millones de toneladas, ya resultaba un 75% menor respecto al de la campaña 2014/15. Así, pese a la gran apuesta al trigo que hicieron los productores el ciclo pasado, el stock inicial de grano para la campaña 2016/17 ya resultaba muy inferior a los años precedentes y la oferta total apenas aumentó un 19%. La demanda, en tanto, creció nada menos que un 29%, bajando los inventarios finales. 

Del lado de la demanda, el uso de trigo por parte de la industria aumentó 120.000 toneladas o un 2%, hasta los 5,9 millones de toneladas. Como es sabido, el consumo doméstico de derivados de trigo es relativamente estable y su crecimiento a largo plazo está mayormente determinado por el crecimiento poblacional, pero las exportaciones del subproducto lograron subir un 25% en un año a más de 800.000 toneladas, tal como se detalla más abajo. 

Por su parte, las exportaciones de grano alcanzaron un récord histórico de 12,8 millones de toneladas creciendo un 50% respecto al año anterior, según surge de las estadísticas del INDEC que esta semana reportó los despachos del mes de noviembre dando por cerrado el año comercial 2016/17.


De cara a la campaña triguera 2017/18, aunque la intención del productor era sostener o incrementar las coberturas, los excesos hídricos en plena época de siembra echaron por tierra sus planes. Como resultado, el área sembrada muestra una caída del 3% respecto al año anterior. Del lado de los rindes, si bien hay resultados que sorprenden gratamente, aún no estamos en condiciones de postular que puedan repetirse los excepcionales niveles del año pasado por lo que la productividad promedio a nivel país caería de 33,4 a 33,0 quintales por hectárea, según estima GEA, poniendo un piso de producción estimada de 17,3 millones de toneladas, 5% menos que en la campaña 2016/17.

Con la caída en el stock inicial y en el output, la disponibilidad total de trigo en este nuevo ciclo puede caer más de un 10% o casi 2 millones de toneladas, a 17,6 Mt limitando la demanda potencial. Incluso si se asume un consumo doméstico invariable por parte de la molinería, las exportaciones de grano difícilmente superen los 10,7 millones de toneladas. Si los despachos, de hecho, cierran en ese número estaríamos hablando de una caída en los envíos de grano al exterior de un 16% en relación al récord alcanzado en la 2016/17, tal como muestra el Balance de Oferta y Demanda adjunto.


La cadena comercial reaccionó rápidamente al saldo exportable más ajustado, adelantando tanto la compra del grano como las confirmaciones de ventas al exterior. Del lado de la originación, el Ministerio de Agroindustria informó esta semana que al 20 de diciembre los exportadores llevaban comprados 6,6 millones de toneladas, un máximo histórico para esta altura del año que equivale a un 60% de las exportaciones estimadas en el Balance presentado, cuando aún no se cumple ni un mes de iniciada formalmente la campaña. Dicho volumen resulta un 40% superior a lo adquirido para la misma fecha del año anterior y un 30% más alto de lo que en promedio habían comprado los últimos 10 años. La industria, por su parte, lleva compradas 1,2 millones de toneladas, el segundo mayor registro de la historia y un 20% por encima de lo adquirido al 20 de diciembre del año anterior. 

Del lado de las ventas externas, según lo declarado por el Ministerio de Agroindustria hasta el 27 de diciembre, ya se habían anotado operaciones por 4,2 millones de toneladas, 1,3 millones más de lo comprometido a la misma altura del año anterior y el mayor volumen al cierre de diciembre en un lustro. Ello significa que a apenas un mes de iniciado el nuevo ciclo, el 40% del saldo exportable de la campaña ya ha sido comprometido, restando vender en los próximos 11 meses no más de 6,5 millones de toneladas. 

Esta tirantez del balance de oferta y demanda se refleja claramente en los precios. El valor promedio del trigo en el mes de diciembre de acuerdo a la referencia de la Cámara Arbitral de Cereales fue de AR$ 2.770/t, un 22% superior al registrado para el mismo período del año anterior, en tanto que en dólares promedió los US$ 160/ton, un 10% arriba de lo que cotizó en diciembre del 2016. En la semana que pasó los precios subieron hasta los $ 3.000/t para la descarga contractual, sostenidos por el interés de los compradores y el incremento del tipo de cambio.