Carnes y biodiésel, sinónimo de mercados que se abren y se cierran Carlos Petroli



Tras el objetivo de abrir mercados, el Gobierno exhibe el aumento de 30 por ciento en las exportaciones de carne este año.

La recuperación de las exportaciones de carne, que se aproximarán este año al nuevo umbral de las 300 mil toneladas es uno de los logros que el Gobierno nacional tiene para mostrar en su objetivo de abrir más mercados, mientras como contrapartida tiene lugar la escalada proteccionista de los Estados Unidos, que ha impactado sobre el complejo oleaginoso local, el principal rubro exportador.
La veda ratificada esta semana por la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos (con aranceles del 72,28 por ciento para el biodiésel argentino) y que se prolongará por cinco años, levanta una muralla a un negocio por más de mil millones de dólares anuales. Una cifra equivalente a todas las exportaciones de carne vacuna, que en los primeros nueve meses del año superaron los 900 millones de dólares (sin incluir las menudencias).
La luz verde desde el mercado europeo para los biocombustibles permitiría amortiguar el golpe de la administración Trump, mientras los negociadores del Mercosur están en tratativas contrarreloj para llegar a un acuerdo de comercio con la Unión Europea que, dicho sea de paso, no tiene a todos del mismo lado del mostrador. Sectores Pyme de la industria local que abastecen el mercado interno temen que el acuerdo los saque de línea por el lado de las importaciones.
El balance oficial en materia de carnes habla de un éxito compartido, “con el esfuerzo de todos”, dijo el ministro de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere durante la cena de fin de año de la Asociación Argentina de Brangus, en el predio ferial La Rural. Entre los exportadores ven números finos desde el flanco cambiario, pero hay optimismo respecto de la reactivación del negocio ganadero.
Prenda ganadera
El Gobierno propone herramientas compartidas desde las denominadas “mesas de competitividad” (hizo punta con la de ganados y carnes) y ahora ha lanzando un nuevo instrumento, la prenda ganadera, para facilitar el financiamiento. Con 50 millones de cabezas, ese stock representa casi 35 mil millones de dólares en capital hacienda, que se podrá usar como garantía en lugar de hipotecar el campo, en función de una reglamentación que, se estima, saldrá antes de fin de año, según indicó a AgrovozRodrigo Troncoso, subsecretario de Ganadería de la Nación.
En Agroindustria anotan que sigue creciendo el stock (aumento de la producción) y el año cierra con la exportación un 30 por ciento por encima de 2016. Asia tracciona la demanda y esta semana Singapur fue otro de los destinos que dio la habilitación sanitaria para la introducción de carne enfriada con y sin hueso desde las zonas del país libres de aftosa con y sin vacunación (en este caso la región patagónica).
Con la Unión Europea, el bloque sudamericano espera tener luz verde para consolidar la participación en un mercado de 500 millones de personas. Ese acuerdo, señaló Etchevehere, dará más previsibilidad a los productores y habilitará nuevas inversiones. La apertura de mercados es uno de los ejes; la Argentina acaba de asumir la presidencia del G20 y el Gobierno pone fichas en la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se hará la semana próxima en Buenos Aires.