Reforma tributaria: lo bueno y lo malo para las economías regionales



Un informe del Ieral de Fundación Mediterránea analiza el impacto que pueden tener las diferentes medidas anunciadas por el Ministerio de Hacienda de la Nación.

El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, difundió un informe en el que evalúa los “pros y contras” de la reforma tributaria que presentó el martes pasado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
“Desde el punto de vista de las economías regionales, la reforma impositiva presenta rasgos favorables, puesto que intenta promover las inversiones; pero conlleva puntos negativos, como el del impuesto interno a productos netamente regionales”, remarca el documento elaborado por el economista Jorge Day
Según Day, la importancia de que existan cambios impositivos para impulsar algún sector quedó demostrada con el crecimiento que vivió la producción de granos y la ganadería desde fines de 2015, tras la eliminación de las retenciones y las trabas al comercio exterior. 
Sin embargo, considera que las reformas que se proponen ahora tendrían un impacto positivo acotado en la mayoría de las economías regionales, y serán perjudiciales para una de las principilales: la vitivinícola.
Lo malo
Para Day, el vaso medio vacío llega por el lado del establecimiento de impuestos internos a productos netamente regionales; desde su punto de vista, la vitivinicultura aparece en el grupo de los sectores que perderán con la reforma. 
“Pasará a pagar este impuesto justo en un periodo en que el sector está con serios problemas de competitividad: no sólo ha tenido un problema de altos costos en dólares, sino que viene de dos muy malas cosechas, con altos costos de su materia prima”, explica el investigador.
Y agrega: “Haciendo una desagregación muy general, se puede pensar que una fracción de los vinos varietales (Malbec y otros) podrá eludir ese impuesto, si se exportan, pero estas exportaciones se han estancado desde hace seis años, debido a la menor competitividad. Por otro lado, los vinos comunes, muy dependientes del mercado interno y con tendencia decreciente en su consumo, se verán muy afectadoso. Si se logra una cosecha normal, el impuesto se trasladará a los productores primarios. Claramente, una medida que se aplica en un momento inoportuno”.
Lo bueno
En cuanto a los costos laborales, que se reducirían a través de la fijación de un mínimo no imponible aunque con alícuotas mayores, sería uno de los puntos a favor de las economías regionales, debido a que la mayoría son muy intensivas en mano de obra y con salarios no tan altos. 
Del mismo modo, Day considera que pueden considerarse un “pro” las medidas que apuntan hacia el fomento de inversiones, como la reducción de Ganancias si no se reparten utilidades, o la devolución de IVA a quien invierte. 
El problema en este aspecto es si las economías regionales están, en este momento, con las condiciones parar encarar proyectos de inversión: “Varias actividades catalogadas como economías regionales enfrentan un serio problema de competitividad. Desde hace varios años, sus precios de exportación no han podido seguir los mayores costos en dólares. Por eso, no es un sector del cual se puedan esperar grandes inversiones. Las medidas impositivas ayudan, pero los encuentra mal posicionados actualmente”, aclara Day.
Conclusión
“Resumiendo, ¿ayuda la reforma impositiva a las economías regionales?”, se pregunta Day. 
Y contesta: “En parte, especialmente en la reducción de las cargas sociales. También a aquellas que realicen inversiones, pero sabiendo que, con baja competitividad en varias actividades regionales (agro y agroindustria no pampeana), difícilmente haya grandes inversiones. Éstas se verán más en otras actividades, como en el agro pampeano y en otras con beneficios fiscales, como las energías renovables no convencionales y la construcción. Y claramente, la reforma perjudicará seriamente a una de las principales actividades regionales del país, y cuyo producto (vino) se utiliza como referente argentino”.