Cambios para ganar en el segundo tiempo Por Carlos Petroli - AgroVoz

De un formoseño a un entrerriano; de un hombre “confederado” (CRA) como Buryaile, a uno que lleva más de 20 años como director y los últimos cinco como presidente de la Sociedad Rural Argentina.

Así empalma la sucesión en el Ministerio de Agroindustria, una de las áreas del Gobierno que ha estado bajo monitoreo funcional, pero que corresponde a una actividad a la que Mauricio Macri ha puesto muchas fichas para el despegue económico.
La Casa Rosada mueve piezas para el segundo tiempo de su gestión, tras el fuerte respaldo en las urnas. En su mensaje del pasado lunes, Macri argumentó ante el aparato dirigencial y los gobernadores en torno de las reformas de “segundo tiempo y de segundo piso” que se pondrán en marcha con miras a dinamizar el aparato productivo y de gestión del Estado en sus diferentes niveles.
El Gobierno se propone llevar adelante políticas y decisiones en los frentes interno y externo. El objetivo de una economía mucho más competitiva, midiéndose con los países con los cuales la Argentina disputa o comparte mercados en el mundo es uno de los ejes que el titular de la Rural levanta como bandera en todos lados.
“El mundo está muy competitivo y este es el camino. Una reforma impositiva es importante, de modo que estimule la inversión y no que la asfixie o la limite. De manera que nuestros alimentos lleguen a precios competitivos, sin aduanas internas; hay que mirar el impuesto de sellos, tasas municipales y la masa salarial”, sostiene.
Ministro, ahora con cartera
Con el traje de ministro sin cartera desde el primer día, Etchevehere se instaló como propositivo y firme aliado del oficialismo, en lo económico y en lo político. La integración de la Argentina al mundo, desde el aparato exportador agroindustrial, es uno de los asuntos que el referente ruralista acredita en su currículum.
En su momento lo hizo desde la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur y como representante de Latinoamérica ante la Organización Mundial de Agricultores (OMA), entre otros foros de negociación internacionales.
Para el Gobierno, el flanco externo es una llave para atraer inversiones e incrementar el comercio. Una alianza con Brasil para destrabar un amplio acuerdo de comercio del Mercosur con la Unión Europea está en el escenario de corto plazo. Los miembros del cono sur propusieron, por ejemplo, una cuota de 380 mil toneladas de carne (los europeos ofrecieron 70 mil), como parte de los beneficios arancelarios y de acceso a mercados.
En el flanco interno, la administración macrista acelera un segundo paquete de reformas económicas para las que busca consenso en las provincias.
La semana última, el ahora ministro de Agroindustria anticipó una punta de esta negociación, tal vez ya en conocimiento del nuevo puesto que le tocaría dentro del Gobierno.
La “Radiografía de la presión tributaria en las provincias”, que difundió la Rural, motivó un entredicho con Córdoba, que refutó las cifras, mientras busca curarse en salud por la vía de los recursos. Apartado del gradualismo que propone la Casa Rosada al menos en materia de retenciones al agro, Schiaretti pide que en lo que resta de la gestión Macri se eliminen por completo los derechos de exportación a la soja. Ello se diferencia del plan oficial de quitar 0,5 por ciento mes a mes desde enero y dejarlas en 18 puntos cuando finalice la administración macrista.
En el Centro Cívico razonan que, de esta manera, a través de una eliminación total, la Provincia podría capturar una mayor participación y recaudar más por la vía de otros tributos (incluso por un futuro reacomodamiento del Inmobiliario), y no quedar presa del reparto federal de sólo el 30 por ciento del fondo sojero. La Provincia insiste en que sólo recibe dos mil millones de pesos por año por esta vía, mientras que en los campos mediterráneos la soja genera recursos fiscales por más de 20 mil millones.
Etchevehere se encargó de aclarar que este es un debate sano, sin segundas intenciones y que el interés mayor es lograr más empleo, inversión y divisas. Una visión compartida también por la administración schiarettista desde Córdoba. Aun así, los cambios de figuras en el gabinete indican que Macri busca oxigenar al equipo con vistas a un “segundo tiempo” con la tribuna que, después de alentar, estará expectante de los resultados.