Trigo: cosecha y demanda mundial récord Pablo Adreani

Para poder competir con el trigo ruso, es probable que el cereal argentino tenga una baja de precio a cosecha.

En su informe mensual, el Consejo Internacional de Cereales confirmó la cosecha récord de cereales totales (trigo y cereales secundarios), estimando ahora 2.069 millones de toneladas, por encima de las 2.133 millones de la campaña anterior. La producción de trigo a nivel mundial se proyecta en 751 millones de toneladas, también récord, y el dato más importante: el consumo mundial de trigo es histórico con casi 740 millones de toneladas.
Se concluye que la demanda global sigue firme y es consecuencia del crecimiento económico mundial y la mejora en el poder adquisitivo de grandes poblaciones. Hubo un aumento en la producción de trigo de Rusia de 8 millones de toneladas. Se estiman 138,27 millones contra 130 millones de la cosecha anterior. Este es el principal dato del mercado, pues Rusia se consolida como el primer exportador mundial de trigo con 32 millones de toneladas, luego la Unión Europea con 28,5 millones y Estados Unidos con 26,5 millones. No hay que olvidarse que Rusia, en la década de 1980 era uno de los principales países importadores de trigo, y la Argentina en ese momento era uno de los principales países que le exportaba trigo a dicho destino.
Hoy, a 35 años de ese momento, Rusia se convierte en el principal competidor del trigo a nivel global, desplazando no solamente a la Argentina sino también a la Unión Europea y a los Estados Unidos. Lo que ha sucedido en estas últimas décadas es que Rusia capturó más del 80 por ciento del crecimiento de la demanda global de trigo, via exportaciones.
Para esta nueva cosecha 2017/18 se proyecta que Rusia (FSU-12) aumentara sus exportaciones de trigo en casi cuatro millones de toneladas. Se proyectan exportaciones por 57,49 millones de toneladas contra 53,85 millones de la cosecha anterior.
Efecto local
El dato tendrá impacto en nuestro mercado, pues la Argentina para poder competir con el trigo del Mar del Norte, donde embarca el trigo ruso, debería cotizar a un precio de descuento que compense el diferencial de flete marítimo de procedencia a destino.
Veamos el ejemplo de lo que sucedió en la campaña pasada. El trigo FOB puertos argentinos cotizaba para posición de embarque septiembre/noviembre a un promedio de 200 dólares la tonelada; cuando llegó la cosecha en diciembre, el precio había bajado a 170 dólares y cuando salimos de la cosecha y entramos en marzo 2017, el FOB cotiza a 190 dólares. Para que quede claro: primero, el trigo FOB argentino bajo 30 dólares, justamente para poder ser más competitivo que el trigo ruso y del hemisferio norte.
Esta baja en el precio del FOB arrastró por supuesto la baja en el precio FAS de trigo disponible, que llegó a 140 dólares la tonelada. Luego el precio del trigo FOB en marzo recuperó 20 pesos, de los 30 que había perdido, y el cereal disponible en marzo retomó por arriba de los 170 dólares.
Esta fuerte baja en cosecha fue la que le permitió al trigo argentino poder competir con el trigo ruso y otros destinos.
Es muy probable que el mercado tenga en esta campaña un comportamiento muy similar; esto es lo que advertimos a los productores que todavía no han tomado coberturas en trigo. En un análisis de sintonía fina, hoy el trigo FOB puertos argentinos embarque enero 2018 está cotizando a 180 dólares, mientras que en la campaña anterior cotizaba a 163 dólares: partimos de una suba de 27 U$S/tn con respecto a un año atrás. En ese momento el trigo posición enero 2017 en el Termino de Buenos Aires (Matba) cotizaba a 152 dólares y hoy el trigo enero 2018 cotiza a 164 dólares con un disponible que ahora refleja 174 dólares. Es decir, de arranque el precio del trigo este año está cotizando 12 dólares arriba del precio a igual momento del año anterior.
Estamos, nuevamente, ante el final de la baja anunciada, si el clima permanece normal y no hay ninguna catástrofe climática. Nos preguntamos si no será este el momento para que el productor tome cobertura y venda por lo menos entre un 20 y 30 por ciento de la cosecha. De esa forma tendrá cubiertos al menos los costos de producción.