Más carne argentina para el mundo: China, a un paso; EEUU y Europa, a varios Favio Ré

Apenas horas después de celebrar el contundente triunfo de su coalición en las elecciones legislativas, la primera actividad oficial de Mauricio Macri –el último lunes– fue la cuarta reunión del año con la veintena de instituciones que integran la Mesa de Ganados y Carnes.
Desde que llegó al sillón de Rivadavia, es el sector al que más atendió personalmente: el Presidente entiende que es un gran generador de inversiones y empleo, y una de las áreas con más potencial en el mercado exterior.
Para muestra sobra una costilla: de la mano de medidas como eliminar retenciones y ROE “rojos”, agilizar y aumentar reintegros, la Argentina está al borde de celebrar la vuelta al top ten de mayores exportadores mundiales; un festejo que se vuelve lamento cuando se recuerda que, antes de que el kirchnerismo montara su montaña de intervencionismo, el país había llegado al podio.
Destinos
Tanto sector público como privado coinciden en que la llave para impulsar a la cadena cárnica es abrir más puertas fronteras afuera. Jorge Torelli, del Ipcva, fue uno de los presentes en la Jornada Nuevos Horizontes para la Cadena de Carne Bovina, convocada ayer por la FCA-UNC, y lo resumió de manera sencilla: “Para 2050, el mundo tendrá 9.100 millones de habitantes, con el crecimiento concentrado en el sudeste asiático, que está incorporando clases con más poder adquisitivo; lo primero que hace un ciudadano cuando tiene más dinero es mejorar su alimentación”.
China es la prueba: aumentó 45 por ciento sus importaciones de carne argentina, transformándose en el primer destino de los embarques salidos de nuestros puertos. Y ahora está a un paso de sumar cortes enfriados y con hueso, que tienen mayor valor unitario; el Gigante asiático ya mandó sus protocolos sanitarios y sólo resta acordarlos.
En la industria descuentan que lo de China se resolverá más temprano que tarde. Lo que presenta un camino sinuoso es el reingreso a Estados Unidos y el aumento de los envíos a Europa, previo acuerdo Mercosur-Unión Europea.
En cuanto a Norteamérica –clave para poder llegar a Japón, Corea y el Caribe–, los protocolos sanitarios están listos; el problema es el contexto político: las sanciones de Trump al biodiésel no constituyen un buen antecedente, a lo que se suma la presión de los ganaderos del mediooeste, una de las zonas que más lo apoyó.
Respecto del Viejo Continente, la oferta de adquirir 70 mil toneladas anuales de carne libres de aranceles no satisfizo a la cadena cárnica sudamericana, por el volumen en sí y porque no está claro, por ejemplo, cuánto de este cupo es de carne con o sin hueso. Aunque se esperan nuevas reuniones antes de fin de año, una “fumata blanca” parece improbable: uno de los presidentes de mayor peso en la UE, el francés Emmanuel Macron, ya aclaró que estas discusiones vienen desde 1999, por lo que, si se pudo aguardar tanto, no hay apuro para presionar ahora por un acuerdo.