La falta de lluvias, y también el exceso, amenazan la cosecha Pablo Adreani



En Córdoba, el 90% del área agrícola no tiene suficiente humedad en los suelos. 

Si bien hay muchas zonas del país con buen nivel de agua en el perfil, y en muchos casos en excesos, la mitad de la Pampa Húmeda se encuentra con niveles muy bajos de agua en los suelos.
Faltan lluvias en la mitad oeste de la región, en casi toda la provincia de Córdoba y todo el NEA y NOA. Mientras que hay exceso de humedad en la mitad este, con situaciones extremas en Entre Ríos y Corrientes.
Una primera conclusión nos dice que si no llueve en el oeste se va a complicar la siembra de soja y maíz; y si llueve en el este no se va a poder sembrar toda la intención de siembra de ambos cultivos. Esta situación se desprende del análisis de los mapas de agua útil en el perfil y de agua útil en capa arable, que semana a semana publica el Servicio Meteorológico Nacional y el Inta-Fauba.
El mapa y la humedad
Si analizamos los mapas se puede ver que la provincia de Entre Ríos tiene un exceso de agua en el perfil y un exceso de agua en la capa arable, a punto tal que las tareas de preparación de los suelos para la siembra se encuentra muy demorada.
Toda la Mesopotamia y la franja este de Santa Fe, pegada al Río Paraná hasta Resistencia en Chaco, tiene también exceso de agua útil en el perfil y capa arable.
Luego existe una amplia franja de la Pampa Húmeda que incluye toda la provincia de Buenos Aires, el 70 por ciento de Santa Fe y 20 por ciento de la provincia de Córdoba, con un nivel razonable y suficiente de agua disponible en los suelos para la siembra.
En cambio, 90 por ciento de la provincia de Córdoba no tiene suficiente humedad en los suelos, con un valor de 10 a 20 sobre un factor máximo 100 de exceso de humedad y factor 70 de humedad óptima.
Clima y precios
El factor “clima” durante los próximos dos meses será clave para definir superficie, rindes, producción, saldos exportables y molienda, de la próxima campaña 2017/18.
De acuerdo a como se comporte el clima, las lluvias principalmente y su impacto en la producción, tendremos un efecto directo sobre la tendencia en el precio de los productos agrícolas.
Tal vez este sea uno de los principales motivos del sostenimiento de los precios de soja y maíz de la nueva cosecha. El mercado resiste la baja, pues no está definido todavía el potencial productivo de ambos cultivos. El maíz abril 2018 se mantiene como corcho en el agua. Lleva muchos meses en el rango de 148/150 dólares por tonelada y no tiene una tendencia todavía definida. Sugerir la venta de maíz posición abril 2018 a 150 dólares, o sugerir no vender, no tiene ningún fundamento de análisis bajista o alcista. Lo mismo está sucediendo con la soja, en un rango de 259 a 260 dólares, desde hace varias semanas y no define ninguna tendencia. Para decirle a un productor que venda o no, habría que se mago y saber qué va a pasar con el clima y las lluvias, durante los próximos meses.
Qué hacer en una situación como la actual queda en la decisión de cada productor. Si quieren ser conservadores y asegurarse la actual relación insumo-producto y cubrir al menos los costos de producción, el productor debe preguntarse lo siguiente.
Primero: si vende maíz a 150 dólares y soja a 260 dólares, cómo cierra su margen bruto; segundo, cuál es el ingreso neto y su comparación con el histórico. Esta sola comparación lo puede ayudar al productor a vender el 30 por ciento de su producción probable. Mi sugerencia es conservadora: en mercados tan inciertos y de alta volatilidad, el productor debe vender forward a o posiciones futura (Matba) a los actuales niveles de mercado. Hay un dicho popular: nadie se fundió por ganar poco.