Moneda en el aire: el oso espera y el toro se resiste. Pablo Adreani



La molienda de soja crece en países que no la producen; esto genera capacidad ociosa en EE.UU., Brasil y Argentina.

Estamos ante un escenario donde los estadounidenses esperan una supercosecha récord de soja, según el último estimado del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda), de 120,59 millones de toneladas. Sin embargo, la oferta mundial de soja de 348,44 millones no llega a ser récord y se reduce en tres millones de toneladas con respecto al histórico 2016/17 de 351,44 millones de toneladas.
El principal factor que impacto en la caída en la producción global ha sido Brasil, donde el año pasado se cosecharon 114 millones y hoy se estima 107 millones. El dato más relevante a considerar en el análisis del balance y oferta global del complejo soja es el volumen de molienda récord de 300,65 millones de toneladas que se proyecta para el 2017/18. Esto significa que la molienda mundial ha tenido un aumento de 12 millones de toneladas con respecto al año anterior.
Si analizamos la variación de la molienda mundial en las últimas dos campañas vemos que el incremento ha sido de 25,5 millones de toneladas. Llega a esta nueva cosecha en 300,65 millones de toneladas contra 274,93 millones durante la cosecha 2015/16.
En el mismo periodo, la demanda de poroto de soja de China aumentaron en 12 millones de toneladas. Para esta nueva cosecha 2017/18 se espera que los chinos importen 95 millones de toneladas de soja, mientras que dos años atrás en el 2015/16 importaban por un total de 83,23 millones.
Este es, entonces, el dato más contundente de la demanda mundial de soja, via comercio de poroto y considerando el incremento de la molienda. Veamos qué sucede si hacemos un análisis más fino; si al crecimiento de la molienda anual global de 25,5 millones de toneladas le restamos el aumento de la molienda de China, que fue de 12 millones de toneladas (cifra que coincide con el aumento de sus importaciones), nos queda un incremento remanente de 13,5 millones de toneladas en la molienda. De estos 13,5 millones de toneladas de aumento de molienda, la de Estados Unidos, Brasil y Argentina en forma conjunta aumento solo cinco millones de toneladas. Lo cual nos lleva a la siguiente conclusión: la molienda de soja está aumentando en países que no producen soja, pero que sí la importan, y esto significa en la práctica que hay menos demanda de aceites y subproductos que impacta en la capacidad instalada de los tres principales países procesadores.
La primera conclusión es que el crecimiento de la demanda de soja, vía aumento del comercio mundial y vía aumento de la molienda, no está siendo suficientemente abastecida por el aumento de la oferta.
Y este es el nudo de la cuestión, pues esta situación es la que separa a los bajistas (Oso) de los alcistas (Toro). Y en esto tiene mucho que ver, una vez definida la producción de soja estadounidense, cuál será la producción que aporte de soja de Sudamérica, Brasil y Argentina principalmente. Pues si algún problema climático, que de hecho lo está habiendo tanto en nuestro país como en Brasil, impacta negativamente en los rindes y producción, el escenario por delante es decididamente alcista.
En cambio, condiciones climáticas normales para el desarrollo de los cultivos en Sudamérica, podrán incluso impactar en un aumento de la producción global, impactando en forma bajista en el mercado.
Todo esto se definirá en los próximos tres meses, cuando culmine la siembra en Argentina y veamos cómo se comporta el clima en Brasil, hoy seco en Mato Grosso y Centro Oeste, y pronósticos de grandes lluvias para los estados del sur, Paraná, Santa Catalina y Río Grande del Sur.