Cuestiones a considerar para la campaña de trigo. Enrique Erize

Un panorama interesante le espera a la plaza triguera doméstica en el ciclo 2017/2018. Del lado internacional, varias cuestiones a considerar. Por un lado, Rusia confirma nuestras viejas convicciones y ya se posiciona como el gran exportador mundial del cereal (creciendo en producción año tras año y comportándose con marcada agresividad en los mercados).

Por el otro, en cambio, otros tradicionales exportadores ven caer sus producciones este año en forma notable. Estados Unidos recorta 16 millones de toneladas (menor área y clima); Australia cae en 11 millones (clima), y Canadá lo hace en 5 millones (clima). Por su parte, nuestro principal cliente, Brasil, enfrenta un mal año productivo.


Así las cosas, podría esperarse un ciclo muy singular. Caen en materia productiva tres tradicionales exportadores de trigo, pero crece el más agresivo de los competidores. O sea, una temporada con menor cantidad de competidores en la plaza, aunque hay que "bancarse" la agresividad de los rusos hasta que vayan agotando sus excedentes.

Pero la plaza domestica este año presenta tres cuestiones propias y adicionales a tener en cuenta. En primer lugar, los anegamientos en Buenos Aires, que ponen en duda la producción en cantidad y en calidad. En segundo lugar, un ritmo de ventas forward nunca visto. En efecto, ya se registran más de 3,2 millones de toneladas de la nueva cosecha para diciembre/enero, como respuesta a valores que supieron escalar por encima de los US$ 160 que "ofician" como despertador en el Excel de los productores. En tercer lugar, el importante volumen de producción que puede estimarse al norte de la ruta 7. En nuestra opinión, los productores de dicha región suelen comercializar el grueso de su trigo en plena cosecha ("trigo caja" como puente para la soja de segunda).


Así las cosas, podría concluirse que la oferta va a ser lo suficientemente abundante como para abastecer la demanda en el trimestre clave de la nueva temporada (diciembre/febrero). Para quienes tienen necesidad de vender en cosecha por razones financieras, los valores hoy vigentes en las ofertas no son para despreciar (rindes mediante).

No obstante ello, se nos ocurre que las mejores posibilidades de precios se verificaran una vez superada la presión de cosecha. El "efecto Mercosur" permitiría alcanzar valores muy superiores al avanzar en el calendario. Esto es, cuando Brasil agote sus disponibilidades y se vea necesitado de importar. En ese momento, las ventajas arancelarias del trigo argentino por sobre cualquier otro de origen extra-Mercosur serán muy significativas.


El autor es presidente de Nóvitas SA