Cristina, como loca con el caso Maldonado. Carlos M. Reymundo Roberts



Inesperadamente, ayer a la tarde Cristina contestó mi carta de la semana pasada. Se ve que está en problemas: hace todo lo que en otros momentos hubiese odiado hacer, como peronizarse, mendigar entrevistas, dejar que la coacheen y ocuparse de mí. Me preguntarán si estoy seguro de que el texto lo escribió ella y no, por ejemplo, Máximo. Fue ella. Ni Máximo puede escribir así el español y sólo Cristina es capaz de errarles siempre a las palabras en inglés. Me tomé el atrevimiento de editarla, sabiendo que lo iba a agradecer. Por lo demás, el texto es revelador. Aunque sabe que viene mal perfilada para octubre, el terrible drama de Santiago Maldonado le ha dado nuevos bríos. Habla incluso de maldonadizar la campaña. Tanto apuesta a eso que si Santiago apareciera, sospecho que Cristina lo escondería en su casa.

Aquí, la carta:


Reymundito Robertito, escribidor berreta, amanuense de las corporaciones, me decís en tu mail que no crea que gané las PASO, que si miro bien las cosas me daré cuenta de que perdí, de que tengo que hacer muchos cambios. ¡Lo único que falta: que vos me des consejos! Vos, que no sabés nada. Desde Parrilli que no me topaba con alguien tan ignorante. Yo gané, nene, gané. Artemio [N. de la R.: Artemio López, conocido como "el Guillermo Moreno de las encuestas"] me había dicho que iba a ganar por 10 puntos. Al final fueron 10 votos, pero gané. Derroté a la manipulación, al fraude, a la dictadura de Macri Gato. Y a la Vidal, que se hace la pobrecita y le encantaría tener mi ropa y mi Rolex.

Tus especulaciones electorales ignoran un dato que cambió drásticamente el panorama: la desaparición forzada de Maldonado. Hebe dice que Macri lo mandó a matar, y Hebe no dice pavadas. En Unidad Ciudadana estamos como locos con este tema. No lo vamos a soltar. Al tema. Habrás visto la tremenda movilización de ayer. ¡Un millón de personas! Qué lindo quilombo armamos, llenamos la plaza y convertimos el centro en un caos. Y qué linda fiesta, con bandas de rock y todo. ¿No te resulta original que hayamos montado un espectáculo musical en una marcha por la desaparición de una persona? Yo no estaba muy de acuerdo, pero es cierto que rinde: un show gratis siempre es un imán. Lástima los incidentes, provocados por la policía represora. No soporta que se junte tanto pueblo.


La verdad es que nos estamos organizando bien con lo de Santiago. Le ordené a mi gente que no pase un día sin que haya un brainstorming [tormenta de ideas]. Que tiren ideas, por más locas que parezcan. Por ejemplo, leí en los diarios que un grupo afín a nosotros copó un acto en una escuela de Chubut. El gobierno lo desmintió, pero a mí me dijeron que estuvo increíble. Chicos de 1° a 6° grado estaban viendo una representación de Caperucita Roja cuando de pronto unos militantes disfrazados de gendarmes irrumpieron en el escenario y se abalanzaron sobre otro del grupo que hacía el papel de Santiago, al grito de "matemos a este negro mugriento". Impresionante el desparramo que armaron. Las maestras corrían desesperadas, los chicos lloraban? Puede parecer algo heavy, pero contribuye a darle visibilidad a la causa. Necesitamos ideas como ésas. Además, no se violentó el espíritu del cuento. Caperucita es Santiago y los gendarmes son lobos feroces.

Una gran iniciativa surgida de mi equipo fue la guía para distribuir en escuelas a través de Ctera, siempre con el objetivo de meter ruido, mantener el tema arriba y ganar la tapa de los diarios. Fue un exitazo. Todavía se sigue hablando de eso. Yo alenté esta movida porque cada vez me convenzo más de que no podemos estar todo el día hablándoles a los chicos de San Martín, Belgrano, Rivadavia? Los chicos piensan que les estás hablando de calles. Preguntales si prefieren eso, que pasó hace 200 años, o que les cuenten la historia del pobre tatuador que hace un mes fue secuestrado por tropas del Gobierno y salvajemente asesinado. Les seguimos contando a nuestros pibes la novelita del cruce de la Cordillera, cuando no saben si pueden cruzar una plaza sin que los chupe un grupo de tareas de Macri.


La Iglesia nos dio una mano con la misa por Santiago que celebró ayer el obispo de Merlo-Moreno, Fernando Maletti, muy amigo del Papa. Ojo, un obispo, un obispo del corazón del conurbano, no un curita del interior del Chaco. Vamos a llevar la causa a todos lados: cines, estadios de fútbol, estaciones de trenes? Ya bajé la orden: hay que maldonadizar la campaña. Por eso, en el acto de La Plata del miércoles dije que tenía el corazón estrujado. Y no me vengas con que no se me estrujó por Julio López, ni por los 51 muertos de Once, ni por los más de 70 muertos de la inundación de La Plata. No sabés lo que me costaba dormir.

¿Querías que hiciera cambios? Ahí lo tenés: el eje del discurso dejó de ser la economía. No lo hago por especulación electoral. Estoy genuinamente preocupada por la suerte de este artista tan jovencito, tan comprometido con las causas de los pueblos originarios. Lástima no haberlo conocido cuando me hacían la vida imposible esos impresentables de los qom.

Nos vemos en octubre, Robertito. Mi primer proyecto de ley como senadora será construir una estatua a Santiago. A sus pies pondré una placa sencilla, que sólo diga: "¡Muchas gracias!".