Un banco estatal fuerte, entre las Lebac y el sector productivo. Alcadio Oña

El Nación tiene un stock de $ 130.000 millones en Lebac. Planea recortes y usar la plata en créditos. Pero de ahí sale un tercio o más de sus ganancias.

Es un contrasentido, por decir lo menos, lo que ha pasado con un banco estatal fundado en 1891 para asistir, primariamente, al sector rural y más tarde apuntalar la agroindustria, las economías regionales y las pymes industriales. ¿Y qué ha pasado?: que de un tiempo a esta parte gana plata, plata segura y en cantidad, gracias a un jubileo financiero armado desde el propio Gobierno. En la comparación, esa es hoy su principal fuente de ingresos.
El banco es el de la Nación Argentina, el jubileo financiero nace de los intereses que otro banco estatal, el Central, paga por las Lebac y sus ganancias corren parejas al volumen de letras que lleva acumulado. Tiene en cartera 130.000 millones de pesos, según sus balances, que le reportan más de un tercio de las utilidades.
Pero allí mismo existe algo que va camino de cambiar. El directorio que preside un radical, Javier González Fraga, secundado por otro radical, Enrique Vaquié, ha resuelto empezar a desprenderse de las Lebac y así reforzar líneas de crédito productivas.
Todo se hará en su medida y armoniosamente, como decía no un radical sino un peronista. De arranque, el stock será bajado de 130.000 a 100.000 millones.
No parece mucho, solo que al mismo tiempo el BNA debe cuidar que un desprendimiento masivo de letras hiera la política monetaria del Central y provoque un cimbronazo en el sistema financiero. Y debe cuidar, también, su propio patrimonio.

Es un contrasentido, por decir lo menos, lo que ha pasado con un banco estatal fundado en 1891 para asistir, primariamente, al sector rural y más tarde apuntalar la agroindustria, las economías regionales y las pymes industriales. ¿Y qué ha pasado?: que de un tiempo a esta parte gana plata, plata segura y en cantidad, gracias a un jubileo financiero armado desde el propio Gobierno. En la comparación, esa es hoy su principal fuente de ingresos.
El banco es el de la Nación Argentina, el jubileo financiero nace de los intereses que otro banco estatal, el Central, paga por las Lebac y sus ganancias corren parejas al volumen de letras que lleva acumulado. Tiene en cartera 130.000 millones de pesos, según sus balances, que le reportan más de un tercio de las utilidades.
Pero allí mismo existe algo que va camino de cambiar. El directorio que preside un radical, Javier González Fraga, secundado por otro radical, Enrique Vaquié, ha resuelto empezar a desprenderse de las Lebac y así reforzar líneas de crédito productivas.
Todo se hará en su medida y armoniosamente, como decía no un radical sino un peronista. De arranque, el stock será bajado de 130.000 a 100.000 millones.
No parece mucho, solo que al mismo tiempo el BNA debe cuidar que un desprendimiento masivo de letras hiera la política monetaria del Central y provoque un cimbronazo en el sistema financiero. Y debe cuidar, también, su propio patrimonio.