Descubren en Argentina nuevas especies de abejas



Investigadores de Fauba las hallaron en Misiones. Su característica más llamativa es que usan aceites florales que sólo obtienen al visitar determinadas plantas tropicales.

La  Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) informó el descubrimiento por parte de un grupo de investigadores de la cátedra de Botánica General, de dos nuevas especies de abejas que están dentro del grupo conocido vulgarmente como “abejas aceiteras”.
Se llaman Monoeca pulchella y Monoeca armata, y su género, Monoeca, tampoco estaba documentado en el país. Si bien polinizan flores, como la típica abeja melífera, se diferencian claramente porque colectan aceite de ciertos vegetales.
“Además de polen, las abejas aceiteras reciben aceite como recompensa por visitar y polinizar las flores de varias familias de plantas. Estas abejas están distribuidas por todo el trópico, pero fundamentalmente viven en el Neotrópico; es decir, en la región tropical de América. En la Argentina hay una tribu muy difundida llamada Tapinotaspidini, que incluye una gran variedad de abejas y al cual pertenecen las dos especies que descubrimos en Misiones”, comentó Juan Pablo Torretta, líder del equipo de investigación.
Características
Según Torretta, “en general, las abejas aceiteras varían mucho tanto en formas como en tamaños, pero no son rarezas. A pesar de que pueden tener distintos colores y medir desde seis milímetros hasta cuatro centímetros, cuando uno las ve se da cuenta de que son abejas. Una particularidad es que poseen una o varias patas modificadas para almacenar el aceite”, explicó el investigador.
Las abejas usan el aceite, que es muy energético, para alimentar a sus crías y construir los nidos. En lugar de miel, para darle de comer a las larvas elaboran una mezcla de aceite y polen. Asimismo, fabrican los nidos con una masa de aceite y arena o tierra, a diferencia de la abeja de miel, que fabrica los típicos panales de cera. Por otra parte, al poseer hábitos solitarios, las aceiteras hacen nidos pequeños, de pocas celdas. 
“Algunas utilizan cavidades preexistentes; otras ubican sus nidos en el suelo. Al estar hechos con aceite, los nidos son impermeables al agua. Hay casos documentados de larvas que sobrevivieron inundaciones de hasta siete años y emergieron naturalmente cuando el agua se retiró”, mencionó Torretta.