Cerró un molino harinero en Mar del Plata y se reactiva el debate sobre la competitividad para exportar



Se trata de una planta de Lagomarsino SA, que tenía 65 empleados; la firma dice que dejó de operar frente a las actuales condiciones del mercado


Luego de haber desactivado su planta de Isidro Casanova hace unos años, el molino Lagomarsino, el segundo en importancia del país con 8% del procesamiento después de Cañuelas, cerró su planta ubicada en Mar del Plata y con ello se reactivó el debate sobre la competitividad para la exportación de harina a mercados de ultramar.

Según trascendió de fuentes de la industria molinera, el molino, que tenía 65 empleados, era para la exportación a destinos de ultramar de harina de trigo, hoy a los cuales la Argentina no puede competir por los altos costos.


"Para llegar a otros mercados afuera del Mercosur lo tenemos que hacer 50 dólares más caro por tonelada que Turquía", contó un industrial. De 16 millones de toneladas que representa el mercado global de harina de trigo, Turquía aporta 5 millones.

La industria molinera apunta a exportar un millón de toneladas de trigo este año a mercados de la región.

El año pasado, la Argentina exportó 600.000 toneladas de harina, concentradas en un 96% en Brasil y Bolivia, mercados de frontera. En tanto, para 2017 la expectativa es que se llegue a un millón de toneladas, siempre con los destinos de la región.


En la actualidad, la industria molinera tiene una capacidad para procesar 12,5 millones de toneladas de trigo. Sin embargo, según fuentes industriales, la capacidad ociosa es del 50%. Se procesan 6 millones de toneladas.

"El desafío para enfrentar esto es crecer en mercados de ultramar y para eso estamos trabajando con el Estado, porque es difícil sostenerse así", explicó un empresario. "No ser competitivo en ultramar puede implicar el cierre de una planta", agregó, en referencia a lo ocurrido con esa planta de Lagomarsino. El sector molinero apunta a exportar 2 millones de toneladas para 2018 en el marco de un plan de crecimiento.


En un comunicado, la firma, que mantendrá sus plantas de Avellaneda, Carlos Casares y Navarro, señaló que cambiaron las condiciones que hacían competitiva a la planta, entre ellas menores precios del trigo.

"Tal medida (por el cierre) fue resuelta a raíz de que ya hace mucho tiempo han dejado de regir los menores valores del trigo de la zona de Mar del Plata, que la hacían competitiva en la actividad, sumado a ello que hay que transportarla con los costos adicionales de fletes, hoy de importantísima incidencia en los costos generales", dijo.

"Esta situación se agrava debido a la sobre existencia de oferta de harina en el mercado local, fruto entre otras cosas de la caída de las exportaciones", agregó la empresa.