Poniendo a los cereales en perspectiva EMILCE TERRÉ

El USDA confirmó en su primer reporte de estimaciones de oferta y demanda de granos para la campaña 2017/18 lo que era un secreto a voces: “el mundo” se estaría volcando en favor de la producción de oleaginosas a costa de los cereales. Sin embargo, la demanda del mundo es contrapuesta: se consume tres veces más maíz que soja. ¿Estamos en vísperas de una reacomodación de precios relativos?
Si bien, por lejos, el grano que más se produce en Argentina es la soja, no se nos debe olvidar que a nivel global los más cotizados son, en primer lugar, el maíz (para consumo animal, aunque de un tiempo a esta parte también, crecientemente, para producir etanol) y, en segundo lugar, el trigo (mayormente para alimentar al hombre). Así, de un uso total de granos y oleaginosas proyectado para la campaña 2017/18 en 3.051millones de toneladas métricas, el 84% corresponde a cereales y el 16% a oleaginosas. Dentro de los cereales, el grano que más se usa es maíz, con 1.062 millones de toneladas, mientras que de trigo se utilizarán en el nuevo ciclo 735 millones de toneladas. Por su parte, el consumo doméstico global de soja está proyectado en 344 millones de toneladas, siembre según las previsiones del Departamento de Agricultura Estadounidense, o USDA.
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Sin embargo, en los últimos diez años, la producción mundial de soja aumentó un 57% cuando el consumo subió un 50%. Para el maíz, en cambio, un aumento en la producción del 30% se compara con una suba del uso del 37%. En trigo, por su parte, producción y consumo aumentaron relativamente de la mano con un 21% y un 20%, respectivamente.
En este escenario, luego que una relación de precios entre la soja y el maíz favoreciera a la oleaginosa en los planteos norteamericanos, llevando la intención de siembra para el año productivo que comienza a un récord histórico, se prevé que la disponibilidad de maíz en relación al consumo se ajuste el próximo ciclo comercial, lo cual se convierte en el principal elemento de sostén para sus cotizaciones en las plazas internacionales. Como puede verse en el segundo gráfico, la relación stock/consumo que surge de las proyecciones del USDA para la nueva campaña 2017/18 tocaría un 18,4%, el menor nivel del último lustro aunque aún algo por encima del 14,5% que condujo los precios a tocar en CBOT un máximo histórico en el año 2012.
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Hoy, si bien la producción prevista de maíz cae en 20 millones de toneladas respecto al ciclo pasado a 1.34 millones de toneladas, los abultados niveles de stocks iniciales, con 224 millones de toneladas (11 Mt más que el año anterior) compensan parcialmente la menor oferta total. Sin embargo, en este escenario, cualquier traspié productivo que tenga lugar entre hoy, que el Hemisferio Norte arranca sus siembras, y mediados del 2018, cuando coseche el Hemisferio Sur, será susceptible de motivar fuertes vaivenes en los precios.
En relación al trigo, si bien se prevé un ajuste muy pronunciado en la producción mundial para la campaña 2017/18, que con 13,5 millones de toneladas menos que el año anterior rondaría los 738 millones de toneladas, se trae como carry in o inventarios sobrantes del ciclo anterior prácticamente un tercio de esa producción, unos 255 millones de toneladas. Ello permitiría que la oferta total mundial permanezca prácticamente invariable este nuevo año comercial, en relación a lo que se tenía el año precedente. En este escenario, el USDA estima que si bien aumentaría el uso del cereal para consumo humano ello se vería más que compensado con una caída del empleo para forraje, dando lugar a una suba en el stock final del nuevo año. En este caso, la relación stock/consumo global aumentaría casi un punto porcentual, pasando del 34,3% de la campaña 2016/17 al 35,1% previsto para la 2017/18.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que los países donde se descuenta una caída de la producción son los dos que más proveen al segmento de trigo de calidad para molinería, Canadá con una caída de 3.4 millones de toneladas y Australia con una baja de 10 millones de toneladas; mientras que la región del Mar Negro, sumando Kazakstán, Rusia y Ucrania, dejarían de producir 9,3 millones de toneladas. Ello podría dar un impulso adicional a las colocaciones de nuestro trigo duro en el mundo el próximo año comercial, una muy buena noticia a la luz del incremento en el área sembrada que se descuenta para el próximo ciclo. Estados Unidos, en tanto, obtendría un output 13,3 Mt menor al año precedente, pero aún el USDA no discriminó las previsiones de producción por tipo de trigo, para distinguir la porción que corresponderá a trigo duro y la que será a cuenta del trigo blando.
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Reacción del mercado
Los precios en el mercado reaccionaron acordes al panorama presentado por los datos del USDA, con reacciones positivas para las cotizaciones de los cereales, liderados por el maíz, mientras que la soja cierra la semana en baja.
Tomando los contratos con vencimiento en julio de CME Group, desde mediados de la semana el valor de la soja cayó un 1% hasta los USD 354/t, mientras que el maíz y el trigo duro en Kansas subieron el mismo porcentaje a USD 145,9 y USD 159,8 por tonelada, respectivamente. Con ello, en lo que va del año 2017 la oleaginosa perdió un 5% de su valor en el mercado externo, en tanto que el maíz ganó un 2% y el trigo cotiza prácticamente en el mismo nivel.
Acorde con el contexto externo, las ofertas abiertas por maíz en el mercado local se mantuvieron sólidas en $ 2.300/tonelada para la descarga inmediata, en tanto que por lotes podría mejorar hasta los $ 2.350/t, atrayendo un interesante volumen de negocios. De cara a lo que se espera sea el volumen de exportaciones maiceras más altas de la historia argentina en la campaña actual, sobresale el gran número de compradores tradicionales y no tradicionales que acuden diariamente a nuestro recinto de operaciones en la búsqueda de originar mercadería, con ofrecimientos escalonados entre la actualidad y a un año vista ante la necesidad de manejar minuciosamente la logística de carga y descarga en las terminales.
En relación al trigo, los ofrecimientos abiertos se mantuvieron estables entre los $ 2.500 y $ 2.550/tonelada en la semana, aunque por cereal de calidad la disposición a pagar subía a $ 2.600/t o hasta $ 2.650/t si aparecían negocios interesantes. Asimismo, el segmento de trigo nuevo mostró un nivel de actividad destacado ante el ofrecimiento de pagar USD 160/t para la entrega en diciembre, cinco dólares por encima de la semana anterior.