Es récord la participación del complejo oleaginoso en la matriz exportadora argentina



Son los datos correspondientes a los primeros cuatro meses del año.


En los últimos dos años la generación genuina de divisas en la economía argentina se hizo crecientemente dependiente de los productos exportados por el complejo agroindustrial sojero.

En los primeros cuatro meses de este año la participación de las exportaciones de poroto, harina y aceite de soja, junto con el biodiesel (biocombustible elaborado en base a aceite de soja), fue del 28,5 % de las ventas externas totales del período versus 26,6% y 24,4% en enero-abril de 2016 y 2015 respectivamente,según datos publicados por el Indec.

El precio FOB promedio del poroto de soja en el primer cuatrimestre de 2017 -según datos aduaneros, publicados por el sitio Valorsoja.com- fue de 378 u$s/tonelada versus 337 y 370 u$s/tonelada en el mismo período de 2016 y 2015, mientras que la cosecha de soja 2015/16 se ubicó en 58,8 millones de toneladas versus 61,4 y 53,4 millones en 2014/15 y 2013/1.

El crecimiento de la participación sojera en la matriz exportadora argentina es, por un lado, una buena noticia, porque implica que, ante una situación desfavorable para los exportadores -fundamentalmente por la sobreapreciación cambiaria- el país cuenta con una gama de productos muy competitivos que tienen alta demanda mundial. Pero, por otra parte, es una señal de la falta de eficiencia presente en la mayor parte de las cadenas de valor argentinas.

En el primer cuatrimestre de 2017, siempre según datos del Indec, Argentina registró un déficit comercial de 1217 millones de dólares con todas las naciones del mundo. La cuestión es que en el período el déficit registrado con China fue de 2138 M/u$s, una cifra enorme (y ridícula) si se tiene en cuenta que la nación asiática es una economía complementaria a la argentina (porque importa volúmenes gigantescos de alimentos al tiempo que ofrece tecnología e insumos industriales a precios competitivos).

En enero-abril de este año la mayor parte de las divisas fueron aportadas por la harina de soja al generar una suma de 3126 millones de dólares versus 2781 M/u$s en el mismo período de 2016. Se trata de un producto vendido fundamentalmente en mercados asiáticos, europeos e islámicos que se emplea para alimentar a animales destinados a consumo (aves, porcinos y bovinos).

En segundo lugar en importancia se ubican las ventas externas de aceite de soja, que se envían mayoritariamente a India (China bloqueo el ingreso del producto argentino desde el año pasado). Parte del aceite se destina a elaborar biodiesel, el cual, además de consumirse localmente y exportarse mayoritariamente a EE.UU., permite incrementar el valor FOB del aceite al reducir la oferta disponible del commodity agrícola. Por último, el grueso de las ventas de poroto de soja se colocan en China.