Para Ulises Forte, presidente del IPCVA, Argentina no podrá lanzarse a la conquista de los mercados que está perdiendo Brasil por el escándalo de la carne adulterada. “Somos muy caros, no podemos competir”, afirmó
Cuando todo el mundo esperaba que la carne argentina saliera a recuperar los mercados perdidos en los últimos años, a expensas de la crisis cárnica brasileña, Ulises “Chito” Forte, presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), puso las cosas en su lugar: “Estamos teniendo novillos pesados, pero no somos competitivos a nivel internacional”, afirmó, para explicar que en el país hay una elevada presión tributaria, falta de infraestructura y falta de financiamiento, además de problemas logísticos: “Sale más caro llevar un contenedor de La Pampa a Buenos Aires que de Buenos Aires a China”, afirmó.
Para Forte, el futuro de la carne argentina “depende mucho más de nosotros que del resto. Si para vender carne vamos a depender sólo de la desgracia ajena, estamos complicados”.
Destacó al respecto que lo primero que hay que hacer es “expresar nuestra solidaridad con el pueblo brasilero, que también fue víctima de la corrupción de unos delincuentes y los coimeros”.
En cuanto a la posibilidad de aumentar las exportaciones, consideró que hay que ver cómo reaccionan los consumidores de los países más demandantes de carne, porque “si los europeos y los chinos dejan de comer carne porque sospechan que está contaminada, el problema no es sólo de Brasil, sino de todos los países exportadores”.
A su juicio, para contrarrestar esto habrá que acentuar los controles de calidad sobre la carne que se exporta de Argentina, porque seguramente los países compradores “pondrán mucho más la lupa en la calidad de los alimentos que están importando”. En definitiva, señaló al programa Valor Agregado: “Tenemos que ponernos los pantalones largos públicos y privados porque debemos poner los mayores esfuerzos por hacer las cosas cada vez mejor”.
Consideró, no obstante, que es “muy probable” que se consigan algunos nuevos mercados en el corto plazo, pero hay que salir a aclarar muy bien a nivel internacional que esto es un problema originado por una veintena de frigoríficos de Brasil, no por todos los de ese país ni mucho menos de la región.
-La gran pregunta es: ¿tenemos los novillos pesados que hacen falta para atender a esta nueva demanda?
-Mirá, están apareciendo. Los números que manejamos desde el IPCVA nos dicen que si en 2017/2018 mantenemos el consumo interno en 60 kilos per cápita, tendríamos un saldo exportable de 500 mil toneladas de carne, muy por encima de las 250/270 mil con que cerraremos este año, hablando de cálculos optimistas. Por lo tanto, estaríamos en condiciones de aumentar considerablemente la carne que exportamos.
-En alguna época hemos exportado un millón de toneladas.
-Pero teníamos 12 millones más de cabezas en stock. Acordates que lo tuvimos a Moreno y la intervención de los mercados.
-Ahora hay que remarla.
-Así es, pero bueno, estamos recuperando stocks y se están haciendo animales pesados.
-Vamos por el buen camino, entonces.
-Yo creo que la gran limitante que tenemos para exportar carne al mundo son los altos costos internos. Hoy, todos los países que compiten con nosotros tienen mejores precios. Los costos internos nos quitan competitividad.
-Y la solución no es devaluar.
-No, para nada. Esa experiencia la tuvimos muchísimas veces en la Argentina. Si se devalúa se logra un efecto de corto alcance porque en 3 o 4 meses se reacomodan los precios y estamos igual que hoy, sin ser competitivos.
-Por dónde se debería buscar, entonces.
-Yo creo que hay que buscar la manera de bajar los costos internos, de hacer una reforma impositiva, mejorar el financiamiento y también atacar el problema logístico, porque hoy sale más caro llevar un contenedor de La Pampa a Buenos Aires que desde Buenos Aires a China. Y también hay que trabajar con la eficiencia de la cadena cárnica. Hay muchísimo por hacer.
Jorge Vicario
jvicario@puntal.com.ar