Si no sube el gordo, la variable de ajuste será el ternero. Ignacio Iriarte

Mercado indeciso. La oferta es más que suficiente, aunque ya empieza a insinuarse el faltante de gordo liviano proveniente de los feedlots. Hay mucha gente afuera de las grandes ciudades y fuera del país, y las olas de calor no ayudan al consumo.

Crece marginalmente la participación de la exportación en la demanda total, 10 por ciento del total de lo producido, pero sin ejercer todavía ninguna presión significativa sobre el precio del ganado en general.

Oferta récord de sustitutos, consumo planchado, recuperación parcial –en términos nominales– de los precios del ganado, precios al mostrador que todavía no han bajado.

Invernada

Precios muy altos en relación con el gordo; se validan estos valores por los pocos terneros disponibles, los invernadores a campo, los feedlots de matarifes y de frigoríficos, los feedlots lejanos de los puertos –que pagan menos el maíz–, los feedlots que no hacen cuentas y todos aquellos que piensan que el gordo en marzo va a subir.

La mayoría de los engordadores profesionales no quiere convalidar estos valores y prefieren esperar que con la aparición de la zafra en seis a ocho semanas los precios caigan, o que se achique la diferencia de compra/venta actual.

Muchos no esperan una suba significativa del gordo para los próximos meses, y creen que al igual que el año pasado, a medida que aparezca la zafra y que los corrales se vayan llenando, el sobreprecio de la invernada en relación con el gordo se irá reduciendo.

Brecha

En enero de 2016, en medio de una euforia generalizada por el cambio de gobierno, el ternero de invernada de 180 kilos valía un 32 por ciento más que el novillito (350-390 kilos) en Liniers, pero esa diferencia favorable fue cayendo a lo largo del primer semestre hasta ubicarse en junio en sólo un 6,6 por ciento.

Los feedloteros confían que este año el criador no podrá retener –para vender escalonado–, a causa de la seca en amplias zonas criadoras, y que la oferta de terneros será mayor que el año anterior, reflejo de que la retención se está ralentizando y que además se destetarán 400 mil terneros más.

Con precios para la invernada un 26 por ciento más bajos en términos reales que un año atrás, la capacidad financiera del criador para retener y recriar se achicará mucho. Si no sube el gordo, o si sube poco, la variable de ajuste será el valor del ternero de invernada, que hoy por razones estacionales todavía goza de un sobreprecio importante.

Muchos feedlots en la provincia de Buenos Aires, que abastecen el Gran Buenos Aires, han comenzado a llenarse temprano este año, a causa de la seca de la zona centro-sur de la provincia y de los incendios en La Pampa, especialmente los corrales de hotelería.

Tendencia

Si para marzo el gordo no ha subido, el feedlot, que en épocas normales representa el 80 por ciento de la demanda, probablemente forzará bajas en los valores de la invernada. Hay otros que piensan que si la situación climática se revierte, para marzo-abril el criador tendrá un mayor margen de maniobra para retener y no se producirá un cuello de botella, como el año pasado, cuando todos los terneros no comercializados en marzo-abril por las lluvias, aparecieron en mayo y se produjo entonces una caída en las cotizaciones.

La mayoría de los compradores que consultamos a diario piensa que si el gordo no sube en las próximas semanas, no hay razones para pagar la invernada lo que vale hoy.