Estiman un crecimiento de US$ 6.500 millones para el PBI agroindustrial

 Por Agustín Tejeda Rodríguez* |
A pesar del retraso de las tareas de siembra, debido a la desigual distribución de lluvias que provocó falta de humedad en algunas zonas del país, se mantienen las expectativas para la campaña 2016/17. 
 
Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el área y la producción con cultivos extensivos en Argentina alcanzarían las cifras récord de 32,3 millones de hectáreas y 112 millones de toneladas.
Especialmente, los cambios en las políticas agropecuarias implementadas por el nuevo Gobierno han incentivado la siembra de cultivos que se encontraban muy castigados como trigo, maíz y girasol.
La eliminación de las restricciones a las exportaciones y la disminución de los derechos a la exportación, junto a una disminución en los costos de fertilizantes y herbicidas derivada de una caída en el precio del petróleo, permitieron que los márgenes del productor muestren una mejora respecto de la campaña anterior.
El productor respondió favorablemente a estos incentivos con aumentos de área sembrada y mayor incorporación de tecnología.
Además, de contribuir a la sustentabilidad de nuestro sistema de producción, este crecimiento tendrá su correlato en la exportación, con Argentina ganando participación en los mercados internacionales.
Según el último Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales, el avance nacional de siembra en soja cubrió el 66,5% de la superficie proyectada de 19,6 millones de hectáreas, manteniendo un retraso interanual de -5,9 puntos porcentuales.
En el caso del maíz, con los recientes avances en la incorporación tanto de lotes tardíos como de segunda ocupación en las provincias de Salta, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa, se ha sembrado un 57,4% del área estimada en 4,9 millones de hectáreas.
Esta superficie representa un notable incremento del 27% respecto de las hectáreas sembradas con este cultivo en la campaña 2015/16.
Por su parte, se culminó con la implantación de las 1,7 millones de hectáreas proyectadas con girasol para la campaña en curso, cifra que refleja un incremento interanual del 39%.
En trigo, en cambio, cobraron fluidez las labores de cosecha sobre el centro y sur del país, elevando el progreso nacional al 56,7 % de las 4,1 millones de hectáreas aptas, con un rinde medio que ascendió a 30,9 quintales por hectárea.
De acuerdo a la estimación inicial de 12,5 millones de toneladas, Argentina será, entre los mayores productores mundiales de trigo, el país con el mayor incremento esperado (+21%), rompiendo con la tendencia negativa de las últimas campañas.
El nuevo set de políticas agropecuarias no sólo tuvo impactos positivos en la superficie sembrada.
La mejor relación insumo producto favoreció la inversión y compra de insumos, con aumentos de 50% en el consumo de fertilizantes y 94% en las ventas de maquinaria agrícola.
La comercialización, tanto interna como externa, también se ha visto beneficiada, permitiendo lograr ganancias de eficiencia a lo largo de toda la cadena agroindustrial.
A la primera semana de diciembre, las compras de la industria y el sector exportador para la campaña 2016/17 registraban significativos incrementos respecto de igual período del año anterior: 277% en trigo; 175% en maíz y 84% en soja.
Asimismo, en lo que va de 2016 la liquidación de divisas del sector exportador totalizó u$s 22.800 millones, 5.000 millones adicionales a idéntico período del año anterior (+22%).
Con el estimador mensual de actividad registrando su noveno mes de caída consecutiva, la respuesta del sector agroindustrial al nuevo escenario representa una excelente noticia para una economía que busca sus primeros brotes verdes.
Según cálculos del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, durante la campaña 2016/17, el PBI agroindustrial crecerá en u$s 6.500 millones (+24%), explicando el 20% del crecimiento de Argentina durante 2017.
* Economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.