El trigo, de furgón de cola a remolcador EMILCE TERRÉ

El cereal que hasta hace poco tiempo se relegaba en los planteos productivos a un simple papel de rotación de cultivos, hoy no sólo suma un interesante ingreso a las cuentas del productor, sino que tracciona negocios, inversiones y producción a lo largo de toda la zona productiva del interior del país.

 
Hace un año atrás, el margen bruto para el productor que sembraba una hectárea de trigo daba en rojo. Sólo tenía sentido incluirlo en los planteos para preservar nutrientes en los suelos. Hoy, en nuestra zona núcleo, para un rinde promedio estimado de 40 quintales y un valor en torno a los u$s 145/t, el margen para el productor queda algo por encima de u$s 100 por hectárea producida.
Ello no sólo ha motivado el mentado aumento en la superficie sembrada, que en la campaña actual habría alcanzado el 20% hasta los 4,8 millones de hectáreas y podría dejar como saldo una producción de entre 14,5 y 15,0 millones de toneladas, sino que también motivó un minucioso cuidado del cultivo durante su desarrollo, con un notable aumento de la inversión en el planteo por parte del productor.
En la zona núcleo, la trilla avanza a toda máquina y se escuchan rindes sorprendentes. El promedio de momento se ubica en 45 quintales, muy por encima de las expectativas principales. Las luces de alarma, sin embargo, se prenden en el enclave tradicional del trigo argentino al sudeste de Buenos Aires, donde el pulso seco tiene a maltraer al cultivo.
En tanto, el ritmo de negocios avanza a paso firme. Plausiblemente, las exportadoras agotaron los inventarios de trigo con el fuerte nivel de embarques del año pasado con lo que la actividad venidera se sostendrá mayormente en compras frescas. A la primera semana de diciembre, según informa el Ministerio de Agroindustria, la exportación ya llevaba compradas 3,79 millones de toneladas, un 122% más que el promedio de los últimos tres años a esta misma altura y un 23% más que el promedio de los últimos diez.
La industria, en tanto, ha adquirido un total de 0,74 millones de toneladas, algo menos que el año pasado pero por encima del promedio de 0,67 millones de toneladas de los últimos 10 años. Con ello, las compras totales ya superan los 4,5 millones de trigo 2016/17 a nivel país, lo cual supone alrededor de una tercera parte de la producción que estima GEA/BCR. De este modo, el ratio compras/producción duplica al del año pasado para ubicarse en línea con el promedio de los últimos 10 años.

 
 
En base al acelerado ritmo de negocios de las últimas semanas en el mercado disponible local, las entregas programadas a las plantas ubicadas en Rosario Norte y Rosario Sur entre noviembre 2016 y febrero 2017 inclusive, según surge de SIO Granos, ya suman 2,7 millones de toneladas. Ese nivel se halla un millón de toneladas por encima del mismo período del año anterior.
Este dato no debe ser subestimado, ya que si bien podría pensarse que en noviembre y diciembre del año 2015 el ritmo de venta y entrega de mercadería estaba detenido a la espera de las medidas que tomase la nueva administración nacional, incluso cuando tomamos en cuenta la “explosión de negocios” con cereal de los primeros dos meses de 2016, nos encontramos con que el total para los cuatro meses considerados se encuentra hoy un 50% arriba del volumen del año anterior.
 

 

 
Como muestra del intenso ritmo de negocio, baste mostrar que según información que brinda la agencia marítima NABSA, la carga programada de trigo en buques en las terminales portuarias de la zona del Up River Rosario suma ya 2,34 millones de toneladas entre los meses de noviembre y diciembre 2016. Como referencia, en el mismo bimestre del año anterior, apenas se contaban 122.250 toneladas de trigo.
Lo cierto es que el cereal originado en los elevadores de nuestra zona resulta en estos momentos muy competitivo en relación a otros de los principales puertos del mundo, tal como muestra el cuadro a continuación. Sumado a ello, a los valores actuales, el FAS teórico o capacidad de pago de la exportación para despachos desde nuestra zona se encuentra en torno a los u$s 155/t para en embarque en enero, por lo que la compra del trigo a u$s 145/t deja un interesante margen de negocio para la actividad.
 

 
 
El buen desempeño que viene mostrando la actividad exportadora desde los puertos del Up River, finalmente, ha permitido una muy interesante apertura de nuevos destinos de exportación o, al menos, recuperación de mercados que hace tiempo no se atendían. De los 2,34 millones de toneladas programadas para embarque entre enero y febrero, el 43% tuvo como destino países de Asia, el 33% América y el 23% África, de acuerdo a lo que se detalla en el último gráfico.
 
 


A abrocharse los cinturones, porque esto no parece frenarse pronto: producción, precios y hasta depreciación de la moneda local se combinaron este año para que la zona de influencia de Rosario muestre lo mejor de sí en lo que a proveedor de trigo al mundo se refiere. ​