Mal momento para los pronosticadores

Felix Sanmartino

Más vale terminar de convencerse de que los escenarios donde se desarrollan las actividades económicas son, por definición, cambiantes. El concepto no es justamente una modernidad si se recuerda que el griego Eurípides ya sermoneaba diciendo: "Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece".
Por sólo mencionar tres cuestiones imprevisibles que no estaban en los pronósticos previos: ¿quién podía llegar a pensar que en un año climáticamente neutro o Niña iba a tener los campos inundados? Los productores de La Pampa seguro que no. ¿Quién creía que el precio internacional de la leche en polvo podía tener esta semana una suba explosiva del 20%? ¿Qué productor de limón o de carnes vacunas que apostaba a la exportación al mercado norteamericano iba a pensar que todo podría llegar a complicarse con la remontada en las encuestas del candidato republicano Donald Trump que lo ubican a un paso de la Casa Blanca?
Las consecuencias que generan estos imponderables tienen a su vez nuevas dinámicas. Como en el juego de la oca, según caigan los dados se pueden adelantar o retrasar varios casilleros. Y algunos pueden volver al inicio del juego como los productores del noroeste bonaerense, sur cordobés y sus vecinos pampeanos, que tienen altas chances de quedarse sin sembrar medio millón de hectáreas, por lo menos.
En cambio, los tamberos fueron eyectados hacia adelante. Esta semana la cotización internacional de la tonelada de leche en polvo entera, FAS Oceanía, alcanzó 3317 dólares. Hay que remontarse a julio 2014 para encontrar este precio después de haber perforado varias veces el piso de los 2000 dólares provocando la consabida crisis en la producción global de leche. Ahora con esta cotización la industria local exportadora puede presionar a la suba en los precios pagados al productor. Claro, siempre y cuando no se manejen con acuerdos privados como el que acaba de denunciar la Sociedad Rural Argentina ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), donde acusa al Centro de la Industria Lechera (CIL) y a la Organización de Cooperativas Brasileñas (OCB). El sistema de cupos para la leche en polvo argentina que se exporta a Brasil por un total de 4300 toneladas en 2016/2017 genera distorsiones en el mercado y perjudica al productor que recibe un menor precio.
Hay que agregar que a la CNDC también le llegó esta semana un informe del Ministerio de Agroindustria sobre la transparencia de la cadena láctea. Allí saltan básicamente dos conductas de las industrias que evitan la competencia por la leche de los productores: el "clearing lechero" o préstamos de leche entre industrias y los pactos para no sacarse tambos.
Más allá de estas cuestiones, la sostenida tendencia alcista de los últimos meses hizo pensar a los analistas de mercado que en 2017 los precios internacionales se moverían en la banda de 3000 a 3500 dólares la tonelada. Después de este 20% de suba ¿revisarán el pronóstico? Lo cierto es que con la recuperación de precios el humor de los tamberos cambió al igual que las expectativas futuras. Se traduce, por ejemplo, en la retención de hembras y el aumento de su valor.
Por su parte, las empresas productoras de limón al igual que quienes tienen planes de exportar a Estados Unidos se están preguntando: ¿qué pasa si gana Trump? ¿Se cerrará el mercado? ¿Más proteccionismo?
Si bien la decisión de abrir el mercado al limón argentino ya esá tomada, la reapertura efectiva todavía no se realizó. Ese centavo que falta para completar el peso no deja de poner ansiosos a los empresarios por temor a un inesperado cambio de escenario. Recién en abril comenzarían las primeras exportaciones que totalizarían 18.000 toneladas anuales, cerca de 20 millones de dólares. Al margen de esta zozobra que generan los mensajes proteccionistas de Trump, el limón argentino es una locomotora que no para de crecer. Un estudio reciente realizado por la Fundación Mediterránea afirma que el complejo del limón es el más competitivo de la economía argentina. Captura el 15% de las exportaciones mundiales y en el caso del aceite de limón llega hasta el 40%.
Los hechos esperados con el clima, la política y los precios. no son los que están sucediendo. La liebre se sigue escapando a pesar del esfuerzo por controlar los acontecimientos con herramientas cada vez más sofisticadas.
En los agronegocios de hoy es lo inesperado lo que termina por ocurrir.