Los últimos días
trajeron una profundización del agotamiento, con el Merval registrando
un saldo negativo del 6,2%. ¿Por qué no habría de ser así? Tras 5
semanas de nuevos máximos, estamos a horas de una elección presidencial
controversial como pocas y el Central mantiene firme el nivel de sus
tasas de referencia.
Una
toma de ganancias estaba a la orden de cara a una elección presidencial
norteamericana que hasta que las urnas estén cerradas será fuente de
polémicas. Los índices accionarios norteamericanos acentuaron su
tendencia bajista: el S&P 500 (-1,9% para la semana) cerró la
jornada del viernes por debajo de los 2.100 puntos por primera vez desde
principios de julio, aunque encontró un punto de reversión al alcanzar
su media móvil para las últimas 40 semanas (o unas 200 ruedas).
Naturalmente,
dada la euforia arrastrada y el mayor riesgo asociado, la caída fue más
abrupta en la plaza local. La baja semanal del 6,3% es la más grande
desde principios de abril. Si comparamos el retroceso del índice líder
local con la del S&P 500, veremos que la misma apenas si recién ha
alcanzado la media móvil de 10 semanas, la cual no obstante se ha
mantenido como soporte vigente en base semanal en lo que va de la
segunda mitad del año. De replicar las suertes del índice norteamericano
e ir a buscar la media móvil de 40 semanas, la purga deberá persistir.
Entre los componentes del papel principal, con pérdidas de casi el 10% se encontraron Petrobras Brasil (-10,6%) y Celulosa (-11%).
La baja registrada por la petrolera brasilera, si bien enmarcada en un
escenario naturalmente adverso para la renta variable, reflejó casi a la
perfección lo sucedido con el valor del crudo, el cual se desplomó
desde u$s 49 a u$s 44 para el barril negociado en los futuros WTI
negociados en el NYMEx.
Del otro lado del
espectro, apenas tres lograron escapar de la acción vendedora lo
suficiente como para cerrar la semana sin pérdidas: Holcim (1%) Edenor (0,3%) y Agrometal (s/c). De no ser por la baja del petróleo, probablemente Tenaris (-0,3%) se encontraría incluida, dado el balance relativamente favorable presentado para el tercer trimestre1.
De acuerdo al mismo, la empresa ha obtenido ingresos por unos u$s 17
millones, en contraste con las pérdidas de u$s 355 millones al mismo
período el año anterior. No obstante, las ventas de la productora de
tubos para la industria energética, las cuales totalizaron unos u$s
1.049 han caído un 6,4% con respecto al trimestre anterior y un 32,7%
interanual.
En un contexto inflacionario, de
alta incertidumbre y donde el mercado parece perder impulso para
desafiar niveles de resistencias, la perspectiva de colocar fondos a
corto plazo a tasas reales puede sonar muy atractivo. El hecho de que el
Banco Central haya mantenido en 26,75% la tasa de sus Letras en pesos a
35 días por seis semanas consecutivas (el período de estabilidad más
largo desde que las llevase al 38% en el mes de marzo) no hace más que
hacer más fuerte la tentación de estacionar el dinero.
El
accionar del BCRA apunta a una realidad clara, hay que seguir
extrayendo liquidez de la economía si se quiere converger hacia las
metas de inflación. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado
publicado por el BCRA muestra que las expectativas de inflación para el
período Noviembre 2016 a Enero 2017 no registraron cambios, colocándose
en promedio en un 1,5% para el IPC GBA, mientras que los pronósticos de
inflación del 2017 apuntarían a un acumulado del 17,8%, apenas un punto
porcentual por debajo del dato anterior. A lo largo de septiembre, el
BCRA se había limitado relativamente a renovar los vencimientos de
licitaciones anteriores. Desde octubre, sin embargo, ha empezado a
adjudicar un excedente considerable por encima de lo que requiere el
pago de los compromisos anteriores, coincidiendo con la estabilidad de
tasas mencionada anteriormente.
De
manera acorde, el stock de títulos en su balance continúa en alza,
incrementando su ritmo de crecimiento con respecto a semanas anteriores.
El último balance publicado (al 31/10) mostró un total de $ 742.397
millones, superando un circulante de billetes y monedas que alcanza los $
674.209 millones. La dinamización de la economía o una caída más
pronunciada del ritmo inflacionario que incrementen sensiblemente la
demanda de dinero ciertamente darían una mano en términos de permitir
deshacerse de semejante inventario de obligaciones dentro del balance de
la institución.
1 Para más información ver: http://ir.tenaris.com/releasedetail.cfm?ReleaseID=997610
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