Pesar y dolor por el fallecimiento de Juan Cruz Rey Kelly

Economista de CRA desde el 2007.


Juan integró CRA desde el 2007 y fue ante todo una excelente persona, un gran profesional y un incansable luchador por los derechos de los productores agropecuarios de todo el país.

Dentro de la entidad en particular y el sector agropecuario en general supo ganarse el respeto y la distinción por sus cualidades técnicas y profesionales que lo posicionaron como un economista de gran proyección.

La repentina partida de Juan, de tan solo 39 años, deja consternado a todo el movimiento rural confederado en su conjunto y al sector agropecuario.  Recibido en la Universidad de Buenos Aires era un estudioso de temas económicos que hacen al andamiaje del campo argentino, como el rol de los mercados, la logística y las cadenas agroindustriales, entre muchos más.
CRA lamenta esta pérdida irreparable y acompaña en el dolor a su familia, a su esposa Victoria, a su hija Milagros, a su hermano y su padre.
Desde la Asociación de Productores Rurales sentimos con mucho dolor esta perdida

Como un latigazo por Juan Goya, vicepresidente 2° de CRA.
 
Como un latigazo, sin chasquido, pero que nos dolió en todo el cuerpo, nos enteramos hoy, del fallecimiento de Juan Cruz Rey Kelly, un hombre demasiado joven, demasiado puro, demasiado recto para morir en la antesala del mediodía de su vida, por eso quizás nos resulta tan increíble su desaparición.


Juan no solo trabajaba en CRA, Juan era un integrante más del movimiento rural confederado, había abrazado sus principios y sus acciones, defendía a los productores con una constancia y un respaldo técnico que le hizo ganar el respeto de todos; Incansable, estudioso, serio, responsable, lo vimos transitar todo este tiempo junto a nosotros.


Medido en sus expresiones, tenía una convicción política insobornable y no dejó de defenderla en cientos de reuniones técnicas a las que asistió en representación de CRA.


Su perfil serio, solo se permitía un quiebre cuando hablaba de su familia, su esposa y sobre todo Milagros, su hija pequeña, a la que acompañó cada minuto en los duros momentos de sus primeros días.


El vacío que deja, será humanamente irremontable, solo podremos mitigar tanto dolor, recordándolo siempre, como lo que fue, un ser humano sobresaliente, un colaborador irremplazable, un hombre bueno, de aquellos que cuando parten dejan lagrimas silenciosas en todos los que tuvimos la fortuna de conocerlo.

Gracias Juan!