Agricultura prohibió el uso del herbicida 2,4 D en toda la provincia

El compuesto no se podrá usar desde agosto a marzo de cada temporada. Hasta ahora, la prohibición regía sólo para algunas zonas y se extendió a todo el territorio cordobés.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso, firmó en Colonia Caroya la Resolución Ministerial N° 112, a través de la cual se prohíbe desde el 1 de agosto al 31 de marzo de cada año, el uso del herbicida ácido 2,4 D (diclorofenoxiacético), en formulaciones ésteres.
Durante ese lapso, la medida se extiende a toda la provincia e incluye a cualquier tipo de aplicación: aérea, terrestre o manual. Hasta ahora, la prohibición ya existía pero sólo para algunas zonas determinadas.
Esta ventana de nueve meses determinada en el documento se basa en que abarca la campaña de cultivos más sensibles, como la vid, los frutales y las producciones hortícolas.
De todos modos, el Ministerio de Agricultura aclaró que, excepcionalmente y solo por este año, la prohibición comenzará a regir el día 1° de noviembre, debido a que desde la cartera agropecuaria se dispuso un período de comunicación de la medida hacia los productores que utilizan estos productos.
Declaraciones. Durante el acto de firma, que se desarrolló en las instalaciones de la Bodega La Caroyense, Busso estuvo acompañado por el intendente local, Gustavo Brandán, por los legisladores del departamento Colón, y por los secretarios de Agricultura y de Ganadería, Juan Cruz Molina y Olden Riberi.
Al hacer uso de la palabra, el titular de la cartera productiva manifestó que “la decisión de prohibir el uso de estos herbicidas en toda la provincia durante un período ventana, tiene que ver con un compromiso de producir de manera cada vez más sostenible, sin perjudicar a economías regionales, en este caso algo tan emblemático para la zona como es la vid, además de la fruticultura y la horticultura”.
“Actualmente, existen en el mercado formulaciones menos volátiles que las que entran en la prohibición, porque ese es el principal problema. A esto, desde el ministerio y a través de la Dirección de Fiscalización y Control, vamos a realizar una fuerte tarea con los equipos de inspectores para actuar con el rigor necesario en caso de situaciones que violen estas normativas”, dijo el ministro.
Prohibiciones anteriores. Desde Agricultura recordaron que ya se habían dictado resoluciones anteriores a la presente, en zonas específicas de la provincia de Córdoba, donde la utilización del 2,4 D se encuentra totalmente prohibida durante todo el año por la existencia de cultivos de hoja ancha y especialmente los establecimientos dedicados a vid, frutales y hortícolas, que son muy sensibles al comienzo de la estación de crecimiento.
Estas zonas, en las cuales la nueva resolución 112 no modificará el alcance de las limitaciones, son las siguientes:
-Pedanías Constitución, Cañas, Río Ceballos y San Vicente del departamento Colón.
-Pedanías Sinsacate, Río Pinto y Totoral del departamento Totoral.
-Pedanías Potrero de Garay, Reartes, Santa Rosa, Cañada Álvarez y Río de los Sauces del departamento Calamuchita.
-Y de manera total los cinturones verdes de los departamentos capital y Río Cuarto.


Los motivos que fundamentan esta medida que busca solucionar un reclamo originado en Colonia Caroya hace ya dos décadas
En la histórica bodega La Caroyense de Colonia Caroya, el ministro de Agricutluyra y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso, firmó la resolución que impone que en todo el territorio cordobés no se podrá ya aplicar el herbicida hormonal volátil conocido como 2,4D en un "período ventana" que irá de agosto a marzo de cada año.
¿Por qué durante ese período? Principalmente, porque es cuando coincide la brotación y floración de infinidad de cultivos de hoja ancha (frutales, hortalizas, flores ornamentales) con la aplicación de barbechos para otros cultivos extensivos como la soja. La aplicación de 2,4D en su formulación éster genera una deriva que se demostró es sumamente nociva para los cultivos de hoja ancha.
El ministro Busso remarcó al respecto que la decisión del Ministerio de Agricultura fue consensuada, incluso, por las cámaras que venden el producto, tanto con Casafe como con Ciafa. “Me interesa particularmente -añadió el ministro- que el 2,4D no se aplique y no genere daño en los cultivos que tratamos de proteger y eso se logra con consenso y después de un trabajo muy fuerte con los productores”.
El nudo del problema. Hace un tiempo prolongado, el complejo productivo cerealero y de las oleaginosas viene luchando contra una realidad: hay cuanto menos siete malezas que han demostrado una resistencia inusual al glifosato, que es el herbicida con el que históricamente se combatían.
Y también se ha demostrado que la mejor manera de combatir esas malezas es con “cócteles” de productos fitosanitarios, entre los cuales, los hormonales volátiles (como el 2,4D) son los que mejor resultado garantizan.
El problema es que los hormonales volátiles tienen una deriva muy larga, de hasta 30 kilómetros según denuncia algunos productores, si no se aplican con las condiciones de humedad, viento, y temperatura adecuadas.
Ésa es la queja de quienes producen frutales, hortalizas, y flores porque vienen viendo mermadas sus producciones debido a que la deriva de esos herbicidas ataca directamente a sus plantaciones, aunque no se haya aplicado tan cerca.
“Córdoba es una provincia productiva que tiene que consensuar y congeniar sus producciones. Esta decisión (que tomamos) es muy equilibrada porque trata de proteger economías regionales como la de Caroya, pero sin atacar a otras producciones extensivas como puede ser la soja. Vamos por una prohibición total, pero en el mientras tanto aguardamos que las fábricas de herbicidas avancen en la reconversión y el reemplazo de estos productos para hacerlos menos volátiles”, remarcó Busso.
El caso de Caroya. Las primeras denuncias sobre los efectos que herbicidas hormonales volátiles generaban en las vides caroyenses data de fines de la década de 1990. Se sucedieron, en ese entonces, infinidad de reuniones con las autoridades de Atanor, el principal fabricante del 2,4D y del 2,4DB en el territorio provincial.
La deriva de ese herbicida les generaba a las vides un daño terrible: sus hojas se enroscaban, había menos brotación y floración y, por tanto, menos carga en los racimos y menos cosecha en febrero. Y temporada tras temporada -algunos años más, otros menos- las consecuencias de la aplicación de ese producto fue denunciada por los productores vitivinícolas y las bodegas de Caroya.
Para colmo, en todo el territorio del departamento Colón y en algunas pedanías de Totoral y Río Primero está prohibida totalmente la aplicación del producto, no así su transporte y comercialización. Hasta hoy, el principal problema fue la fiscalización sobre el cumplimiento de esas normativas vigentes y eso es, precisamente, lo que prometió Agricultura para la campaña que se viene.
Fuente: Agrovoz.