Hay dos proyectos en pugna. Uno, del santafesino Perotti. Córdoba aún no expresó su posición.
Hace un mes, el Gobierno trabaja en una
ley de bienes de capital para incentivar el desarrollo y el comercio de
la maquinaria relacionadas con agregado de valor. Contempla estímulos
para maquinaria agrícola, equipos para la transformación de alimentos
(industria frigorífica y láctea), biotecnología (energía eólica y
biomasa) y, posiblemente, para maquinaria vial.
El Gobierno intenta dejar sin efecto el
proyecto de incentivos a la maquinaria agrícola que impulsó el senador
santafesino Omar Perotti, que ya tiene media sanción en el Senado.
“En los próximos días, vamos a tener
listo el proyecto, para consensuar. Habrá pautas para trabajar en
competitividad, comercio exterior y temas coyunturales que reclama el
sector, con vista a 10 años”, aseguró a La Voz Hugo Ribba, flamante
director Nacional de Maquinarias Agroindustriales. La repartición que
conduce el funcionario cordobés depende de la Secretaría de Valor
Agregado del Ministerio de Agroindustria.
El plan incluye mecanismos de promoción,
investigación y desarrollo, e incentivos para que en el corto plazo las
fábricas argentinas puedan competir con multinacionales. Sus
precursores confían en que, en no más de 30 días, el texto va a estar
consensuado con las empresas e irá al Congreso.
A comienzos de mes, el Senado dio media sanción a un proyecto de Perotti, que prevé estímulos para la maquinaria agrícola.
La norma da vigencia por 10 años al bono
fiscal del 14 por ciento sobre el precio de venta de una máquina, que
hasta ahora se establece por decreto presidencial y se actualiza por
semestre. Prevé que para poder acceder al beneficio las empresas deben
integrar como mínimo un 60 por ciento de partes nacionales y beneficia a
las que suban esa proporción: hasta cuatro puntos más para las que
lleguen hasta el 90 por ciento.
Esta semana, Perotti se reunió en Córdoba con Juan Schiaretti para interiorizarlo de la medida y obtener su apoyo.
Sin embargo, la iniciativa, que ahora
debe tratarse en Diputados, no cuenta con el aval del Gobierno nacional,
que pretende impulsar su propia política de desarrollo para el sector.
La principal objeción a la propuesta de Perotti es que el estímulo para
su desarrollo sólo se basa en beneficios impositivos, lo que significa
un alto costo fiscal. La idea del Gobierno es avanzar en una propuesta
de fomento más integral.
Si bien en su momento el proyecto que
hoy está en el Congreso había cosechado la adhesión de los empresarios
del sector, la irrupción del Gobierno con su propia estrategia abre un
compás de espera. Algunos fabricantes consultados sostienen que si el
proyecto oficial es superador, será mucho mejor para la actividad.
Preocupación. Los
empresarios remarcan que en el país hay 50 fábricas de sembradoras y
consideran que ese argumento justifica prohibir el ingreso de equipos
hechos en terceros países.
Fuente: Diario La Voz del Interior - Autor: Alejandro Rollán.