El aceite le gana
terreno a la harina; el petróleo y el aceite de palma traccionan hacia
arriba y la demanda por aceites no ceja. El FOB aceite de soja argentino
subió un 5% a U$S 786 /t arrastrado en gran medida por Chicago pero los
números siguen sin cerrar para la industria aceitera.
Una
vez más, en esta semana el aceite de soja le fue ganando terreno a la
harina de soja, lo cual puede apreciarse fácilmente en el primero de los
gráficos adjuntos. Es que la relación stocks / uso en la harina es muy
holgada frente a una situación totalmente diferente en el caso del
aceite. El aceite de soja está influenciado por lo que pasa en el mundo
de los aceites, en donde hay una caída muy pronunciada en el nivel de
reservas, liderando el aceite de palma este fenómeno.
En
el caso del aceite de soja, tres fueron los factores de influencia
detrás del comportamiento de los precios en el CME: la demanda en el
frente externo norteamericano, la suba del precio del petróleo y el
comportamiento que viene exhibiendo el aceite de palma. En el primero de
los casos, el Brent recuperó valor y se ubicó por vez primera en seis
semanas por encima de los U$S 50 el barril.
En
cuanto al aceite de palma, el mercado de futuros con sede en Kuala
Lumpur cerró la semana con la tercera suba consecutiva ya que hay fuerte
presión demandante por exportaciones en un contexto de ajustadísimas
existencias. De hecho, en la rueda del miércoles se alcanzó el máximo en
10 meses. La señal de que la demanda está muy firme fueron las
estimaciones de las exportaciones malayas de que en la primera quincena
de agosto habría ocurrido un incremento del 30% en términos comparativos
mensuales. El fuerte descuento que el aceite de palma históricamente ha
exhibido con respecto al del aceite de soja, el inmediato competidor,
se viene acortando sustancialmente. Así, el FOB del aceite crudo de
palma de Malasia hoy está con un descuento de 50 dólares respecto del
FOB Golfo del aceite de soja norteamericano.
La
publicación alemana Oil World calculó que en el segundo trimestre de
este año la producción de aceites cayó 1,8 Mt, lo cual es sustancial
frente a una producción trimestral que puede estar entre los 46 y 48
millones de toneladas. Por otra parte, esa caída habría enfrentado un
aumento del consumo mundial de 1,7 Mt, siendo los principales
responsables de ese mayor uso India, EE.UU. e Indonesia. Los
especialistas alemanes prevén que para el próximo trimestre la caída de
la producción será de 3,8 Mt, con lo que los stocks podrían tocar el
mínimo de 4 años.
La situación descripta
ejercerá presión principalmente sobre los países exportadores, como en
el caso de Malasia e Indonesia como productores del aceite de palma. Los
precios ya están mostrando este panorama ya que aunque la producción
está mejorando, el nivel de stocks no podrá recomponer por varios meses
la situación de las existencias.
El precio del
aceite de soja no se quedará atrás en este contexto y, por lo tanto,
para nuestro país, cuyo aceite de soja representa el 52% del comercio
internacional del producto el punto amerita consideración. Ergo, hay que
mirar a EE.UU. y a Sudamérica; es decir, Argentina.
Si
bien las cifras de industrialización de oleaginosas hasta julio
resultaron 13% superiores frente a los 7 meses del año pasado (28,6 Mt),
suba que se vio también en la soja, el crushing de soja disminuyó un 1%
de mes a mes, a algo menos de 4 millones de toneladas. Los productores
vienen renuentes a cerrar negocios en un comportamiento que no pareciera
cambiar el patrón que vienen exhibiendo, por lo que queda formado el
interrogante respecto del volumen que se terminará industrializando en
los próximos meses. Los números -el márgen- de la industria aceitera
siguen muy ajustados en bajo la lupa. En este entorno, es muy posible
que los demandantes busquen la oferta norteamericana que no presenta
obstáculos para que se vuelque al mercado una cosecha récord de soja.