Argentina sigue de joda: un tercio de las exportaciones agroindustriales se utilizaron para financiar viajes turísticos

Una política heredada del kirchnerismo que continúa vigente.


Buena noticia. En el primer semestre de 2016 el sector agroindustrial argentino generó un volumen neto de divisas 17% superior al del mismo período de 2015. Mala noticia. Un tercio de esa cifra se destinó para pagar viajes al exterior.

La política macroeconómica instrumentada por el equipo macrista no logró –o no quiso– resolver la apreciación del tipo de cambio real que venía de arrastre del último tramo del (des) gobierno kirchnerista. El resultado: los argentinos con mayores ingresos siguen aprovechando el dólar barato para viajar a otras naciones del mundo al tiempo que para los turistas extranjeros seguimos siendo un destino caro (a pesar de los extraordinarios activos turísticos culturales y naturales presentes en territorio argentino).

La actual política económica promovió en los primeros seis meses de 2016 un déficit turístico de 4251 millones de dólares (M/u$s), según datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA). Se trata de un déficit equivalente a un 32% de las divisas ingresadas al país por las compañías agroindustriales integradas en Ciara-CEC (13.280 M/u$s en el primer semestre del año).

En el primer semestre de 2016 se registraron salidas de divisas por 4118 y de 866 M/u$s en concepto de los rubros “turismo y viajes” y “pasajes de buques, aeronaves y medios de transporte terrestre” respectivamente, mientras que el ingreso de divisas por esos mismos conceptos fueron de apenas 721 y 12 M/u$s.

El turismo receptivo es un factor clave para desarrollar la cadena de valor de la agroindustria argentina, porque los visitantes extranjeros, además de aportar divisas, luego se convierten en embajadores de productos argentinos (como las clásicas empanadas). Pero es casi imposible desarrollar esa actividad con un tipo de cambio real sobrevaluado.

El Tipo de Cambio Real Multilateral de la Argentina –considerando una canasta de monedas integradas por el dólar, euro, real y yuan– sigue en niveles muy lejanos a los presentes en el período 2002/2008, en el cual las exportaciones agroindustriales registraron un dinamismo extraordinario.

El retraso cambiario –entre otros factores que afectan a la competitividad argentina como una elevada presión impositiva, conflictividad sindical y déficit de infraestructura– es uno de los factores que explican la destrucción de empleos privados que se viene registrando en los últimos años.