Girasol alto oleico: de “speciality” a “commoditie” P. Adreani

Hace poco más de un año, el precio del aceite de girasol alto oleico “AO” (1.400 dólares la tonelada) superaba en un 60 por ciento al precio del aceite girasol convencional o tradicional (860 dólares). En ese momento, campaña 2014/15, el fracaso en la cosecha de girasol de Francia provocó estos sobreprecios en el girasol alto oleico.

Pero apareció el “cisne negro”; la Argentina sembró en la campaña anterior más del 50 por ciento de la superficie de girasol con semilla alto oleico y, en simultaneo Ucrania, viendo las mismas señales que nuestro país, llegó un récord en la campaña 2015/16, inundando el mercado. Esto generó una sobreoferta mundial de aceite de girasol alto oleico, con la consecuente caída de los precios; y algo mucho peor: la caída en picada de la demanda por dicho producto.

Este comportamiento del mercado es muy común en las specialities; cuando se satura, cualquier excedente hace bajar los precios. En estos momentos, los precios de exportación del aceite de girasol alto oleico y del aceite de girasol tradicional son muy similares, y esto le quita atractivo a la siembra de girasol alto oleico en razón de que se reducen las posibilidades de obtener una prima como sucedía anteriormente.

Hemos llegado al punto en el que una “speciality” se transforma en una “commodity” , por una razón muy simple: en los mercados siempre manda la ley de la oferta y la demanda.

Hay que destacar que los usos de los aceites alto oleico y del aceite tradicional son bien distintos. Mientras el aceite alto oleico orientaba su negocio al aceite para frituras, por su mayor estabilidad y mayor tiempo de utilización, el aceite de girasol tradicional es utilizado para elaboración de mayonesas y consumo directo en ensaladas.

El problema que existe en estos momentos es que se han agotado las semillas de girasol tradicional (negros y estriados) para sembrar en esta próxima campaña 2016/17 y hay grandes existencias de semillas de girasol alto oleico, lo que dificulta su venta y comercialización.

En el plano internacional, las perspectivas de producción 2016/17 son muy optimistas; se proyectan en un récord de 45,3 millones de toneladas, mientras que el consumo mundial también se estima que alcanzará un récord de 45,1 millones de toneladas. Ucrania y Rusia son los líderes del mercado mundial, con una producción entre ambos de 22,8 millones de toneladas, el 50 por ciento del total.

En este sentido, lo que suceda con estos dos países en los próximos dos meses desde el punto de vista climático y su impacto en la evolución de los cultivos tendrá influencia directa sobre los precios internacionales.

Hoy, los cultivos se encuentran en muy buen estado y en ambos países se está proyectando un volumen de producción récord: 12,5 millones de toneladas en Ucrania y 10,3 millones en Rusia. La Argentina tendrá su mayor cosecha de la última década, con una producción estimada de 3,6 millones de toneladas, equivalente al ocho por ciento de la producción mundial.

Las perspectivas del mercado en la Argentina van a depender del tipo de girasol a considerar; los tradicionales es probable que tengan una mayor demanda y un mayor precio que el alto oleico, cuyo mercado ya no trabaja con las “primas” de un año atrás.

Por lo pronto, el Matba está mostrando un precio de 330 dólares por girasol disponible sobre Rosario, pero el mercado real con oferta en firme puede llegar a los 350 dólares. A este precio hay que agregarle la bonificación por materia grasa y así llegamos a los 370 dólares.

Todo un desafío para los productores que siembran girasol este año: poder comercializarlo sin los problemas que tuvo el alto oleico en la última campaña.