Argentina llegó al Bicentenario con dependencia energética: buena parte de la solución está en el agro

Argentina llegó al Bicentenario con la pérdida de independencia energética que, además de consumir divisas, condiciona la concreción de inversiones orientadas a ampliar la capacidad instalada agroindustrial.

Luego de más de un década de ocupación kirchnerista –que desmanteló la matriz energética local– Argentina debe importar gas natural, petróleo crudo, fueloil y energía eléctrica para intentar afrontar la demanda interna de energía.

Este año, aún con importación de gas natural boliviano y de gas natural licuado (GNL) regasificado en los puertos de Bahía Blanca y Escobar (Argentina) y de Mejillones y Quinteros (Chile), las autoridades energéticas nuevamente deben recurrir a cortes programados de suministros a industrias para poder abastecer el consumo domiciliario.

En los primeros cinco meses de este año –según los últimos datos oficiales disponibles– el 65% de los 57.490 Gwh producidos en la Argentina se originaron a partir de fuentes térmicas (hidrocarburos no renovables y en parte importados), mientras que un 27.3% correspondió a energía hidráulica y 5.8% a nuclear. Las energías eólica, solar y biomasa no llegaron a aportar ni siquiera el 2%.

En Uruguay –acá nomás– en lo que va del presente año los parques eólicos generaron el 24% de la energía eléctrica y se estima que en algún momento de 2016 podría darse la situación que el 100% del consumo diario energético nacional sea abastecido solamente por fuentes eólicas.

En la Argentina el uso de energías limpias quedó en el freezer: la compañía estatal Cammesa no está empleando, en lo que va del año, biodiesel para destinarlo a la generación eléctrica. Y el programa para estaciones de servicio de corte de gasoil con 10% de biodiesel y nafta con 12% de etanol no está siendo cumplido por las compañías refinadoras de petróleo (porque es más conveniente refinar crudo local a precios subsidiados con fondos públicos).

En los primeros cuatro meses del año, según los últimos datos oficiales, se destinaron 291.908 toneladas de biodiesel para el corte con gasoil versus 346.665 toneladas en el mismo período del año pasado, mientras que en el caso del etanol fue de 279.145 metros cúbicos (con un corte teórico del 12%) versus 262.702 en enero-abril de 2015 (con un corte del 10%).

Recientemente el Ministerio de Energía y Minería dio inicio al “Programa RenovAr-Ronda 1” a partir del cual se pretende la incorporación de 1000 megavatios de potencia provenientes de fuentes renovables, de los cuales 600 megavatios serían eólicos, 300 solares, 65 de biomasa, 20 de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y 15 de biogás.

La promoción de las energías renovables, además de asegurar la “independencia energética”, es una herramienta indispensable para generar valor en la cadena agroindustrial, a través, por ejemplo, de la planta de Biogás montada recientemente en Río Cuarto (Bioeléctrica) que funciona en base a silo de maíz o de los muchos proyectos eólicos que se proyectaron sobre campo del sur bonaerense.